El jueves, el presidente Iván Duque se sumergió en la inmensidad del Amazonas. Llegó allí después de sobrevolar el bosque más grande del planeta y aterrizó en el corazón de la selva colombiana: el parque Chiribiquete. Junto a él andaba maravillado Howard Buffett, un peso pesado de la filantropía, heredero de la tercera fortuna del mundo. Desde este paraíso, Duque volvió a indicar una de sus mayores apuestas en materia de medioambiente: sembrar 180 millones de árboles. Desde que el presidente lanzó esa ambiciosa cifra, muchos han sacado la calculadora para explicar que en esa titánica tarea las cuentas no cuadran. La Presidencia asegura que a la fecha ya han sembrado 24,7 millones de árboles, el 13,7 por ciento de la tarea. Eso significa que a Duque le quedarían 919 días de mandato para sembrar 155,3 millones de árboles más, un promedio de 168.988 por día. La cifra de 180 millones de árboles no es una novedad. El presidente incluyó esa propuesta en el Plan Nacional de Desarrollo y lo anunció a la comunidad internacional con entusiasmo en el Foro Económico Mundial que se realizó en Davos (Suiza). SEMANA consultó con expertos lo que significa cumplir una meta de este calibre en términos de inversión de recursos financieros y humanos, estudios técnicos, planificación y capacidad institucional. En primer lugar, alcanzar ese objetivo requiere una inmensa extensión de tierras. Carlos Javier Llanos, vicepresidente de la Asociación Colombiana de Arboricultura (ACA), calcula que pueden tratarse de 360.000 hectáreas, el equivalente a dos veces la superficie de Bogotá. El experto señala que en las áreas destinadas a la restauración y conservación sería posible sembrar un promedio de 500 árboles por hectárea, según la especie y las condiciones del terreno. Una cifra similar a la que maneja el Gobierno, que pretende plantar 600 árboles por hectárea, en zonas donde fenómenos como la minería, la ganadería y la deforestación han degradado los suelos.
También hay que elegir dónde sembrar, otro gran desafío. Para Llanos esto significa “cuencas hidrográficas, áreas de amortiguación de los parques nacionales y páramos, zonas en proceso de desertificación y bosques a los que les han extraído sus especies más valiosas”, explica. Según el exministro de Medio Ambiente Manuel Rodríguez, es importante restaurar el Macizo Colombiano, donde nacen los ríos Cauca, Magdalena, Patía, Putumayo y Caquetá, así como otros que surten a la Orinoquia. Considera que en esa zona existe la tierra suficiente para adelantar este proceso. "A Duque le quedarían 919 días de mandato para sembrar 155,3 millones de árboles más, un promedio de 168.988 por día". El tercer punto importante es qué tipo de árboles plantar. Para eso es preciso tener en cuenta los pisos térmicos, las condiciones del suelo y las especies nativas de la zona. En efecto, según el ingeniero forestal Vicente Medina, las especies foráneas podrían convertirse en plagas en el futuro. Los expertos no creen que en la actualidad los viveros del país cuenten con el material forestal necesario para suplir esa demanda, por lo que recomiendan realizar un inventario nacional para determinar cuánto y qué hay. Por otro lado, sembrar 180 millones de árboles demanda “un ejército de personas”. Llanos, ingeniero forestal y arborista, aseguró que para plantar una sola hectárea en un día deben trabajar como mínimo diez personas, lo que significa que para alcanzar la meta se necesitaría contratar 3.600.000 jornales. “Se debe tener en cuenta, además, que antes de sembrar hay que adecuar el terreno, limpiarlo, fertilizarlo, etcétera, lo que, sin duda, demanda más tiempo”, dice. Pero el Gobierno debe garantizar la supervivencia de los árboles y ejercer un adecuado control y seguimiento para asegurar los recursos invertidos. Para tal fin, la administración de Duque se apalancaría en las 44 instituciones estatales que conforman el Sistema Nacional Ambiental, así como en el sector privado, las instituciones educativas, las Juntas de Acción Comunal, las organizaciones de la sociedad civil, las ONG y la fuerza pública.
Para cumplir la meta, el Gobierno proyecta adelantar este año tres sembratones de 5 millones de árboles cada una. Sin embargo, para Manuel Rodríguez eso no es suficiente. El exministro considera “famélica” la capacidad administrativa del Ministerio de Ambiente para manejar un programa de esta magnitud. Por tanto, asegura que solo, si el Gobierno crea un grupo especializado, podrá cumplir su propósito. Recordó que para reforestar las 160.000 hectáreas de bosques protectores propuestas en el Plan Verde, entre 1999 y 2002, se creó un equipo especializado dedicado solo a esa tarea. Según el Ideam, en Colombia deforestan, en promedio, entre 150.000 y 200.000 hectáreas al año. De tal suerte que, si el Gobierno logra alcanzar la meta propuesta, estaría compensando, en buena parte, el flagelo medioambiental más grande que padece el país en la actualidad. Frente al compromiso de reforestar en grande resulta indispensable que la estrategia venga acompañada de recursos, capacidad de gestión y un buen plan. Un gran reto para el Gobierno.