No hay día en que el senador Gustavo Bolívar no sea epicentro de fuertes controversias. Este martes, el choque fue con el exsecretario de Gobierno y excandidato a la Alcaldía de Bogotá Miguel Uribe Turbay.
”Estuve 4 días por fuera de Twitter y ahora que vuelvo me encuentro que Gustavo Bolívar se hace el loco para pagar impuestos y estafa a proveedores; y que Roy Barreras anda con fajos de billetes y miente sobre el origen de la plata. Pacto Histórico no es, ¿será Pacto de Bandidos?”, se preguntó Uribe.
Como era de esperarse, Bolívar no se quedó callado y le salió al paso. “Deber y reconocer las deudas no es estafar. El que estafó un banco del Estado fue su papá. Así que se respete y retráctese, por favor”, respondió.
Uribe, uno de los líderes más vehementes contra el petrismo, lo llamó ‘No-honorable Senador’ y le dijo: “Primero, mi papá fue absuelto y declarado inocente por un juez. Fue víctima de la persecución política que ustedes promueven. Segundo: el respeto no se exige, se gana. Usted, además de que no se lo ha ganado, es un ejemplo vulgar de lo que no se debe ser”.
Miguel Uribe se ha convertido en uno de los más acérrimos contradictores de Bolívar. Y más tras los recientes videos del actor Bruno Díaz donde denunció cómo su hijo falleció esperando que el libretista colombiano le pagara una deuda millonaria.
“Gustavo Bolívar calumnia, ofende y desprestigia. Es un maltratador. Acusa sin pruebas y se pavonea alardeando de lo que no es. Hoy queda claro que es un ladrón sinvergüenza. Para el Falsario: ‘dime de qué te ufanas y te diré de que careces’”, expresó Uribe en su momento.
Mientras Gustavo Bolívar promovió una recolección de gafas y cascos para los jóvenes de la primera línea, una propuesta que lo tiene en la mira de la Corte Suprema y la Procuraduría, el exsecretario de Gobierno de Bogotá recogió más de 100 millones de pesos para beneficiar a las familias de los policías muertos y heridos durante las protestas.
Bolívar y Uribe están en polos ideológicos opuestos. El primero intenta defenderse y salir de sus enredos jurídicos y económicos para revalidar su credencial como congresista por el Pacto Histórico, un hecho complejo porque así en el 2018 se haya convertido en uno de los senadores más votados con más de 115.000 electores, la lista cerrada en el petrismo, y en uno de los últimos puestos, como él ha pedido, lo pone en apuros.
Mientras tanto, Uribe busca convertirse en la cabeza de lista al Senado por el Centro Democrático.