Una activista afrocolombiana de los derechos de la mujer y de las víctimas del conflicto en Colombia denunció este jueves en el Consejo de Seguridad de la ONU el alto riesgo de trabajar como líder social en el país.
“Ser líder social en Colombia es una de las tareas más peligrosas debido a las amenazas y ataques constantes”, indicó la activista Yolanda Perea.
“Es necesario detener los asesinatos de los defensores de los derechos humanos, líderes sociales, autoridades de grupos étnicos y firmantes de los acuerdos de paz”, instó esta víctima y superviviente de abuso sexual durante el conflicto armado que perdió a su madre a los 11 años.
Perea intervino por videoconferencia en la sesión del Consejo dedicada a la revisión trimestral del cumplimiento de los Acuerdos de Paz firmados hace siete años.
Pese a los riesgos, aseguró, es “posible encontrar la fuerza que necesitamos para participar y proponer un cambio positivo para nuestras comunidades”.
Desde la firma en noviembre de 2016 de los acuerdos de paz para poner fin a un conflicto de más de medio siglo, que la comunidad internacional pone de ejemplo para resolver otros conflictos en el mundo, no ha sido un camino de rosas, como demuestran los 1.604 líderes y 410 exguerrilleros asesinados en este periodo, recordó Perea.
“La violencia en las comunidades no ha cesado”, dijo, y afecta en particular a las personas que depusieron las armas y que sufrieron violencia sexual, “siguen en riesgo” y cargan con “el estigma de la sociedad y de sus familias”.
“Aún no hay una verdadera paz”, dijo la defensora, que instó al cumplimiento “integral” de los acuerdos, en particular en lo que respecta al capítulo étnico.
Antes del inicio de la reunión, un grupo de países firmantes de los compromisos compartidos sobre Mujer, Paz y Seguridad, entre ellos Francia (que este mes preside el órgano), Ecuador, Japón o Estados Unidos, leyeron una declaración en la que resaltaron la “importancia” de juzgar a los responsables de la violencia contra las mujeres.
“Es crucial” garantizar apoyo integral a las víctimas del conflicto, así como la participación “plena, significativa y segura” de la mujer en el proceso, agregaron.
En este contexto, el año que acaba de empezar, es “decisivo”, dijo el representante de la ONU para la verificación de los acuerdos de paz, Carlos Ruiz Massieu, al hacer balance de lo ocurrido desde el 27 de septiembre hasta el 26 de diciembre pasados.
Y a modo de advertencia sobre los escollos que quedan todavía por superar recordó el asesinato de cuatro excombatientes de las extintas FARC-EP en varias regiones y “continúan los crímenes contra líderes y lideresas sociales, incluyendo indígenas y reclamantes de tierra”.
Pese a las dificultades, el canciller colombiano, Álvaro Leyva, que agradeció la extensión un año más de la misión de la ONU en su país, reiteró el compromiso “irrenunciable” a la consecución de la “paz total” en el país del presidente Gustavo Petro.
Asimismo, anunció una visita de los miembros del Consejo de Seguridad a Colombia en febrero.
*Con información de AFP