El ex candidato presidencial Sergio Fajardo escribió su propia intervención como si asistiera al debate de control político –que ya se dio en el Congreso- en el que el Polo Democrático intentó demostrar por qué el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, debe salir del gobierno al que recién volvió. Pero el exalcalde de Medellín lo hizo a su estilo, días después de que la espuma bajó tras el álgido debate de ocho horas en el Capitolio. Por Twitter plantó posición. Aseguró que tiene amigos de lado y lado y que su opinión obedece a una reflexión después de analizar los argumentos de parte y parte. Le recomendamos: Carrasquilla: golpeado pero no en la lona "Carrasquilla debe renunciar". Esa fue su conclusión, la cual se basa más en un debate ético que en una acusación frontal por corrupción, como la que hizo el senador Jorge Robledo al asegurar que el negocio de los llamados bonos de agua estuvo “absolutamente preñado de corrupción”, en el que “cambiando leyes, tumbaron a 117 municipios pobres del país”, con la promesa de acueductos (que nunca se terminaron) a cambio de una billonaria deuda a 20 años, con una tasa de interés "leonina".
Fajardo describe a Carrasquilla como un hombre creativo e inteligente, que precisamente ha usado esas dos virtudes en su trabajo. Y tal como dijo el propio ministro, él resuelve problemas. Ese es para Fajardo el meollo del asunto. “El ministro diseñó los bonos y resolvió el problema que le pusieron quienes lo contrataron. Les fue muy bien. Pero para la gran mayoría de municipios que accedieron a los bonos el resultado fue muy malo: las condiciones económicas y los términos de los contratos era desventajosos para los municipios”, aseguró el exgobernador.
El ministro Alberto Carrasquilla aseguró que no participó en el trámite de la ley ni del decreto que permitió el giro directo de los recursos del Sistema General de Participaciones. Pero además, Fajardo cree que parte del problema estuvo en que los municipios no estaban preparados para ejecutar con efectividad y necesitaban la aprobación de los concejos municipales, previa aprobación de los proyectos por los alcaldes. “Las condiciones descritas son el espacio preciso para la corrupción territorial: plata en la mano, sin responsabilidad ni seguimiento”, aseguró. Este mismo argumento fue utilizado por varios parlamentarios el día del debate a Carrasquilla, pero lo que les contestaron otros tantos –entre ellos el uribismo- es que Carrasquilla no podía responder por el manejo que cada alcalde le diera al dinero que recibió en los préstamos. “El ministro ha respondido que él no es responsable por lo que ocurrió con los bonos. Ese no era su problema. Era de otros. ¿Dónde quedó su conocimiento del Estado? Él sin duda podría haber previsto lo que iba a ocurrir, pero no era su problema”, señaló Fajardo. Esto, desde la visión del exgobernador de Antioquia, debió ser investigado “bajo circunstancias normales” y al hacerlo “mucho se descubriría y los resultados son fácilmente imaginables. ¿Por qué no se ha hecho?”, cuestionó. La razón por la que Carrasquilla no debería estar al mando de la cartera de Hacienda, a juicio de Fajardo, no es entonces por corrupción, sino por tener en sus manos el presupuesto de la nación y tener que velar siempre porque sus decisiones beneficien el interés público por encima de intereses particulares. “¡Seguro que nunca aceptaría unos bonos como los que él mismo diseñó cuando no era ministro! Asumir la máxima responsabilidad en el manejo de los recursos públicos exige unas condiciones que, dado lo que ocurrió con los bonos de agua, el ministro Carrasquilla hoy no tiene”, explicó. Por eso, Fajardo considera que esta es una discusión sobre ética, “y la mejor forma de educar en la ética es con el ejemplo. Ese es el problema de Carrasquilla”. Este también fue el argumento que se dio en el debate, el senador Gustavo Bolívar (Decentes) dijo que si de algo era culpable el ministro era “concierto para enriquecerse lícitamente” con los dineros del Estado. Pero fue el propio expresidente Álvaro Uribe quien intentó disolver este argumento en el debate: "En el Estado de derecho es muy difícil juzgar la moral, a mí la doctrina liberal me enseñó que en el Estado de derecho uno puede ser autojuez, pero no puede juzgar la moral de los demás en aquello distinto en el cumplimiento de la ley· Yo no sé cómo se puede decir en un Estado de derecho que alguien que cumplió la ley violó la moral”, dijo el senador Uribe, para quien la ética en este caso se puede reducir a no hacer daño a las instituciones, a la ciudadanía, al prójimo.