A mediados de 2018, luego de perder en primera vuelta en las elecciones presidenciales, Sergio Fajardo lucía achantado, afectado por la derrota. Tanto es así que por esa época se fue a ver ballenas para alejarse un tiempo de la política mientras el país se encontraba en medio de la segunda vuelta presidencial, un acto que algunos sectores le han criticado hasta el cansancio.
En ese momento, Fajardo anunció que no volvería a aspirar a la Presidencia de la República. Sin embargo ahora, cuatro años después, es no solo nuevamente candidato, sino una de las cartas fuertes del centro para llegar a la Casa de Nariño.
En esta oportunidad luce renovado, ni siquiera los procesos que se llevan en su contra por el caso de Hidroituango han logrado hacerlo desistir de su idea de llegar al palacio presidencial.
Detrás de esta actitud hay una clave que le enseñó su padre, Raúl Fajardo Moreno, y que le ha servido en la política: aprender a perder y reinventarse.
Fajardo Moreno fue un reconocido arquitecto colombiano en Medellín. Diseñó el Edificio Coltejer, junto a Hernando Vélez, Germán Samper y Jorge Manjarrés.
“Entre las cosas que me enseñó fue a entender, a aprender a perder, aprender a ser noble, respetuoso de los demás y disfrutar con lo que se puede hacer de manera colectiva, él fue una persona muy especial para mí como ese ejemplo”, aseguró el exgobernador de Antioquia sobre su padre.
Parte de esta formación ha resultado clave especialmente cuando se han conocido los procesos en su contra por el caso de Hidroituango.
“Poco a poco he ido aprendiendo a reflexionar sobre los errores, ampliar la mente, ampliar la mente para entender mejor a las personas. No quedarse muy encerrado en la visión que yo tengo sobre lo que es el mundo, sino ser capaz de entender mejor, de escuchar mejor, y en política eso me ha servido porque una condición fundamental es aprender a escuchar y eso toma tiempo”, le confesó Fajardo a SEMANA.
El hoy precandidato presidencial contó que cuando era gobernador de Antioquia (2012-2015), una firma de ropa llegó a su despacho a ofrecerle que podía vestirlo, él agradeció el gesto pero dijo que por qué no mejor usaba ese dinero para unas becas que necesitaba para unos estudiantes. La marca de ropa no volvió a aparecer.
Si hay algo en lo que Fajardo no cede un milímetro es en modificar su manera de vestir. Su look no se toca.
En el reciente cara a cara de precandidatos presidenciales, propiciado por la gran alianza digital de SEMANA y El Tiempo, la mayoría de los aspirantes a llegar a la Casa de Nariño arribó de traje, excepto el exgobernador de Antioquia, quien se hizo presente con jean y blazer y sin cinturón, un elemento al que le tiene fobia.
“Yo tengo un montón de blue jeans, camisa casi todas son azules o blancas y cada vez me cuesta más trabajo porque siempre que voy a comprar compro igualitas, pero yo no ando vistiéndome de formas estrafalarias o así”, confesó Fajardo en diálogo con SEMANA.
El jean es su prenda predilecta, explica, debido a que en su época de profesor usaba tiza y tablero y se sacudía las manos contra el jean.
“Yo le paso muchos de mis jeans viejos a mi hijo, que le gustan así, más viejos. Yo calculo que tengo por ahí unos 10″, relató.