El Servicio Geológico Colombiano reportó en el último boletín frente a la actividad del volcán Puracé, que desde ayer y hasta lo que va del día de hoy, la actividad sísmica asociada a fracturamiento de roca al interior del edificio volcánico mantuvo un comportamiento similar al observado en días anteriores. Por su parte, la actividad relacionada con el movimiento de fluidos mostró un leve descenso en cuanto a número de eventos y a energía liberada en comparación al día de ayer 6 de mayo.

Los sismos de fractura siguen ubicándose bajo el cráter del volcán Puracé y de su flanco oriental, a profundidades de hasta 4.0 km. La máxima magnitud calculada fue de 1.7 ML, correspondiente a un sismo registrado el día de hoy a las 7:50 a.m. La sismicidad relacionada con movimiento de fluidos sigue concentrándose en el sector del cráter y en su flanco norte, a profundidades menores a 1 km. Permanece el registro de sismos de muy baja magnitud asociados al ascenso, emplazamiento o movimiento de magma, los cuales se han ubicado bajo los centros eruptivos Piocollo y Curiquinga, con profundidades que van de 1 a 3 km.

volcán Puracé | Foto: Twitter: @sgcol

Debido a la baja visibilidad asociada con las condiciones meteorológicas, durante el tiempo evaluado en el reciente boletín no fue posible observar la columna de gases. Los procesos de deformación del suelo y las concentraciones de los gases dióxido de carbono (CO2) y dióxido de azufre (SO2) no mostraron cambios y sus valores continúan estando por encima de las líneas base conocidas para este volcán.

Volcán Puracé sigue con alerta naranja

El Servicio Geológico Colombiano ratifica que el estado de alerta del volcán Puracé continúa en naranja: volcán con cambios importantes en los parámetros monitoreados. Si bien es posible que los niveles de actividad sísmica, así como los de desgasificación, disminuyan o sean oscilatorios, en el sentido de aumentar unos días y disminuir otros, esto no implica que el volcán haya retornado a sus niveles normales de actividad.

”Para retornar a un estado de alerta menor (Amarilla) se requiere de un tiempo prudencial en el que se evalúan todos los parámetros monitoreados y se determinan tendencias que puedan indicar una mayor estabilidad. Durante este tiempo, en caso de que se produzca una aceleración de los procesos que sugieran una erupción inminente o que se produzca la erupción en sí, el nivel de estado de alerta se cambiará a Roja.”, señaló el SGC.

Panorámica de la Cadena Volcánica de los Coconucos, conformada por doce volcanes. Se encuentra entre los departamentos de Cauca y Huila. Fotografía tomada en el 2011 por científicos del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán del Servicio Geológico Colombiano. En primer plano el volcán Puracé con el cráter con campos fumarólicos, es el más activo de la cadena y uno de los más activos de Colombia. Al fondo el volcán Pan de Azúcar. | Foto: Servicio Geológico Colombiano

La entidad recomienda a la comunidad que conserve la calma y siga todas las instrucciones de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), así como de las autoridades locales. Además, “estar atentos a la información proporcionada por el Servicio Geológico Colombiano sobre la evolución del estado del volcán, y hacer caso omiso de mensajes que circulen por redes sociales y que no provengan de fuentes oficiales”.

En el estado de alerta naranja, el volcán puede presentar aumentos de sismicidad de moderados a altos, que pueden estar asociados a la dinámica de fluidos o a fracturas de rocas al interior del volcán, a la deformación considerable de la superficie, a cambios importantes en los niveles de desgasificación (incremento o disminución drástica en la frecuencia de emisiones de SO2 u otros gases magmáticos), al aumento de las alturas de la columna de vapor de agua y gases.

En el estado de alerta naranja, el volcán puede presentar aumentos de sismicidad de moderados a altos, que pueden estar asociados a la dinámica de fluidos o a fracturas de rocas al interior del volcán | Foto: Servicio Geológico Colombiano

Las manifestaciones superficiales que pueden generar algunos de estos fenómenos son: emisiones de ceniza frecuentes (erupciones menores) cuyo volumen no afecta de manera importante el diario vivir, explosiones o incandescencias, anomalías térmicas importantes, ruidos, sismos sentidos, olores fuertes e irritantes en zonas cercanas al volcán, precipitación de azufre elemental en inmediaciones del edificio volcánico, liberación de gases magmáticos de manera importante que pueden causar la muerte de pequeños animales que estén cerca al volcán y agrietamientos en el terreno. “También se puede presentar el ascenso y destrucción de domos con poco alcance de afectación, proyectiles balísticos, lahares con volúmenes pequeños o corrientes de densidad piroclástica restringidas a la parte proximal del edificio volcánico”.