La terrible escena fue captada por quien acompañaba al sicario, de acuerdo con la investigación de la Fiscalía. El escenario fue el barrio El Amparo de la localidad de Kennedy, en el sur de Bogotá.

En la grabación, que fue compartida a través de grupos y redes sociales, se observa a dos personas que se acercan a un grupo de jóvenes en una calle sin pavimentar y cuando los tienen a punto sacan un arma de fuego y todos salen a correr.

Sin embargo, el sicario y su camarógrafo tienen un objetivo claro: un joven de chaqueta y pantalón negro que corre angustiado, consciente de que su vida está en riesgo y a merced de un delincuente que no esconde su intención asesina, quien dispara una y dos veces hasta que la víctima termina en el suelo.

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El sicario llega al lugar en una bicicleta, con un traje de bioseguridad, pedalea con normalidad, se acerca despacio y cuando identifica a la víctima, lanza la bicicleta y corre tras él.

Lo que tiene impactado al país es la modalidad. Una banda de sicarios que graba sus crímenes para dejar registro y así causar terror entre la población, además de intimidar a otras organizaciones delincuenciales.

Este caso ocurrió a plena luz del día y en presencia de varias personas. Nada detuvo a los sicarios, cuyo objetivo era claro y sus roles estaban bien definidos: uno se encargaría de disparar y el otro de grabar, incluso de alentar al sicario para que no fallara en el disparo.

“Péguele”, gritaba alguien a lo lejos cuando el sicario perseguía a su víctima por la calle mientras disparaba, pero no se escucharon gritos ni se vio el desespero de la gente que normalmente queda como testimonio en otras escenas igual de terribles.

La víctima no ha sido identificada. La Policía confirmó que el Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía asumió el caso, que por ahora deja como hipótesis un enfrentamiento entre organizaciones criminales dedicadas al tráfico de estupefacientes en esta zona de Bogotá.

Al completar el crimen, se escucha una sentencia, al parecer de quien graba la escena, el camarógrafo del sicario, en la que deja de manifiesto una advertencia póstuma para la víctima.

“Mira… para que no ladilles más”. La sentencia se escucha muy claro en el video, que luego de compartido queda como prueba del crimen que ahora es elemento o evidencia en la investigación que asumió la Fiscalía.

En las mismas redes quienes comentan y comparten el video confirman que el caso ocurrió en el sector de El Amparo, algo que no resulta tan extraordinario, pues son muchos los casos de sicariato en la zona, la gran mayoría por “ajustes de cuentas” entre las bandas dedicadas al narcomenudeo, una batalla interna por el control del tráfico en esta concurrida y afectada población.

Los investigadores del CTI buscan a testigos. Ya recuperaron el video y esperan identificar a los responsables del asesinato y a quien graba el crimen. Lo complejo del caso es la poca colaboración de la ciudadanía, que claramente se ve amedrentada por las bandas. “Quien hable se mete en un lío”, es la amenaza que circula para evitar que entreguen información a las autoridades.

Hasta el momento ni la Policía ni la Fiscalía ha entregado una versión oficial de lo ocurrido. Lo que por ahora se confirma es que se trataría de una modalidad criminal de "sicarios con camarógrafo”.