SEMANA: ¿Cómo llega usted al caso de Juliana Hernández?

Manuel Guarín (M. G.): Trabajo con Rodolfo Hernández, soy su abogado desde hace más de 20 años en su empresa, soy representante legal de sus sociedades. Jurídicamente, llevo toda la carga procesal que podemos tener en materia de cobros y lo que se presenta judicialmente. Por esa razón, la conexión con la familia.

SEMANA: La esposa de Rodolfo Hernández anunció que se iniciaba el trámite para declarar como una persona muerta a Juliana Hernández, su hija, tras su desaparición. ¿En qué consiste?

M. G.: Juliana desapareció el 5 de junio de 2004. Desde esa fecha la hemos buscado por todas partes, el ingeniero nunca perdió la ilusión de encontrar a su hija, desafortunadamente esto no ha ocurrido. La han buscado por todo el país. Desde hace cuatro años se empezó a considerar la posibilidad de iniciar este proceso judicial de muerte por desaparición, para que la declaren muerta, tener un certificado de defunción, tener su registro civil y poder hacer una sucesión de los bienes que tiene a su nombre. Hasta el momento la hemos representado en las juntas de las empresas a título de agencia oficiosa, pero ya no podemos mantener esta situación. Por eso se inició el proceso pertinente. El ingeniero, en varias oportunidades, me había dicho que empezáramos, pero después me decía ‘paremos’, él era optimista y creía que su hija podría aparecer en alguna parte, pero realmente no ha sido posible.

SEMANA: ¿Y ya empezaron el proceso?

M. G.: El 2 de marzo de este año iniciamos la acción, ya fue admitida por el Juzgado Séptimo de Familia de Bucaramanga con el radicado 288 de 2022. Al respecto del desaparecimiento de Juliana tenemos una investigación muy completa del Gaula que nos sirve como fuente probatoria del proceso.

SEMANA: ¿Y qué dice el Gaula?

M. G.: El Gaula hizo una investigación muy completa sobre la desaparición de Juliana, recopilaron una cantidad de testimonios de personas que habían visto a la joven, se pudo establecer que su secuestro fue en Norte de Santander, también por las interceptaciones telefónicas ellos hablaban de un grupo al margen de la ley, no dijeron cuál, establecieron que podía ser el ELN o EPL. La investigación abierta y así con toda su fuerza duró año y medio desde la desaparición, pero se cerró hasta 2020. Yo solicité copia del expediente que obra en el proceso, es demasiado extenso con todas las declaraciones e interceptaciones.

SEMANA: El ingeniero ha dicho que le pidieron un dinero por el rescate y él no accedió. ¿Cómo fue ese episodio?

M. G.: Eso es cierto, alguien llamó al doctor Rodolfo y le pidió un dinero por la liberación de Juliana, pero nunca se identificó quién era el que hacía el pedido. Y el ingeniero, como es espontáneo con sus cosas, les dijo que él no pagaría ningún rescate. Creo que no lo volvieron a contactar más para pedirle dinero. No se sabe si fue alguien que conoció que la chica estaba secuestrada y quería aprovecharse del asunto o si realmente fue la guerrilla la que lo llamó para eso. No sabemos.

SEMANA: ¿Cómo explicar que la cédula de Juliana esté activa y que ella tenga asiento en la junta directiva en la empresa de Rodolfo Hernández, pese a que desapareció hace 17 años?

M. G.: Claro, porque como no se ha declarado su muerte, la cédula está viva hasta que no se declare fallecida, bien sea porque realmente haya muerto y un médico haga un registro de defunción o porque un juez la declare muerta, como en este caso estamos solicitando. Por ahora, ella está viva jurídicamente.

SEMANA: ¿Juliana qué bienes tiene y a quién pasarán?

M. G.: Juliana tiene como herederos a sus padres porque son las personas que son sus ascendientes, ella no tiene descendientes, entonces, pasarían a Rodolfo Hernández y a doña Socorro Oliveros. Juliana tiene acciones en todas las empresas HG y tiene algunos bienes inmuebles.

SEMANA: ¿Qué ha pasado con los bienes de ella? ¿Quién los maneja?

M. G.: Desde que Juliana desapareció, el doctor Hernández ha manejado el tema. El bien inmueble donde vivía está arrendado desde el momento en que desapareció. Las acciones y demás se han manejado por uno de sus hermanos, quien la representa en las juntas directivas a título de agente oficioso; las declaraciones de renta se le hacen todos los años, como a toda la familia Hernández y se presentan a la Dian. Esa entidad también nos requirió para que, de alguna manera, pudiéramos destrabar todo esto porque como ella no está, siempre la ha representado un hermano. Hemos podido mantener eso hasta este momento, pero ya no podemos seguir manteniendo esa situación.

SEMANA: Usted trabaja hace más de 20 años con Rodolfo Hernández, pero lo conoce hace más de 30, es decir, ¿conoció a Juliana?

M. G.: Sí, claro. Conocí personalmente a Juliana, trabajé en la empresa en 2003 y un año después ella desapareció. Además, la conocí de niña cuando estudió en el colegio La Presentación porque era compañera de una de mis hijas en el bachillerato.

SEMANA: Después de leer el expediente de Juliana, las interceptaciones, de oír a la familia, ¿qué cree que pasó con ella?

M. G.: La verdad no pudimos establecer exactamente qué pasó con Juliana y su desaparición. Le cuento: teníamos preparado en la empresa un cargo para que la joven ocupara, ella tenía que presentarse a trabajar temprano, pero ese día desapareció. Fue cuando se supo que salió de su casa con una amiga y no se había vuelto a saber de ella. En esa época, Emilse Idárraga era la gerente y ella quería que Juliana le ayudara en la gerencia de la empresa.

SEMANA: ¿Usted qué opina de todas esas versiones falsas sobre la suerte de Juliana?

M. G.: Muy sensible eso, hablan sin saber, ojalá hubiéramos encontrado a Juliana en algún hospital psiquiátrico, por lo menos sabríamos que está viva y dónde está; se le hubiera brindado toda la ayuda que hubiera necesitado. La hemos buscado por todas partes, no la hemos podido encontrar, y viene un señor a decir que está en un hospital psiquiátrico, ¡por favor! Es jugar con el dolor ajeno.

SEMANA: ¿Este trámite para declararla muerta es engorroso?

M. G.: No, es sencillo. Interviene la Procuraduría –ya el procurador se pronunció–, un curador que representa a Juliana, interviene el doctor Rodolfo Hernández como administrador de los bienes, y el juez. Y, frente a las pruebas, el juzgado recoge lo que el Gaula ha dicho y también cita algunos testimonios. El juez determinará si la declara muerta por desaparición. El trámite es sencillo, no es tan engorroso. No es tan frecuente en Colombia. No son muchos los procesos de este tipo; parece mentira en un país donde desaparecen tantas personas, pero así es.

SEMANA: Por último, cuando empezaron las especulaciones frente a Juliana, confiese algo: ¿llegó a dudar de la suerte de la joven?

M. G.: Nunca he dudado, yo siempre he pensado que a Juliana le pasó algo terrible y definitivo en su vida. Si fuera que ella estuviera en algún lado ya habría llamado o mandado una prueba o indicio, pero no hemos tenido una sola noticia en estos 17 años.