Aunque el Gobierno nacional anunció acciones para ir evacuando a los miles de migrantes que buscan llegar a Panamá y luego a los Estados Unidos procedentes de varios países —como Haití y otras regiones—, la situación en Necoclí, en la zona bananera de Antioquia, sigue siendo crítica.
Pese a que se ha reducido la presencia de los migrantes —que llegó a ser de 14.000 personas—, se mantiene una población flotante bastante alta —de 11.000— debido a la llegada y salida de más personas procedentes del sur del continente que atraviesan la frontera con Nariño y llegan a las costas de Urabá.
El hecho genera preocupación entre las autoridades por la posibilidad de un nuevo brote de covid-19, en medio del colapso de los centros hospitalarios del municipio, lo que se suma a la escasez de agua y a la alta ocupación de las playas.
La situación más difícil la enfrenta el Hospital San Sebastián de Urabá, que atendía antes de la crisis a 40 pobladores cada día, mientras que esa cifra llega actualmente 100 pues recibe entre 50 y 60 migrantes.
“Tenemos un personal agotado por el aumento de carga laboral. Casi todos vienen por consulta externa, pero quieren que los atendamos por urgencias. El problema es que nuestras urgencias son pequeñas y se congestionan. Si no se toman medidas, podremos colapsar”, le dijo Neider Pupo a El Colombiano.
En la mayoría de los casos, estas personas son atendidas por afectaciones gastrointestinales debido a que hay cerca de 2.000 personas acampando en las playas, guareciéndose de la lluvia bajo carpas y tomando agua que no es potable.
“Algunos ajustan 20 o 30 días acá. Las lluvias les han provocado problemas respiratorios y tampoco consumen alimentos adecuados, pues cocinan en la playa”, señaló el personero de Necoclí, Wilfredo Manco, al destacar que en los últimos tres días han caído aguaceros fuertes, lo que ha empeorado las condiciones.
Los albergues, hoteles y hostales no han sido suficientes para atender la demanda, por lo que hay una cantidad de personas que, en las últimas semanas, volvieron a acampar en las playas, también porque, de acuerdo con el funcionario, muchas personas se quedaron sin plata para costear el hospedaje.
Además de enfermedades como la gastroenteritis, la preocupación de las autoridades sanitarias es por el aumento de los casos de contagio con el nuevo coronavirus, aunque la propia Alcaldía de Necoclí asegura que no ha habido brotes masivos de covid.
Por el municipio han pasado, en lo que va corrido del año, unos 45.000 migrantes, el 70 % haitianos.
Sin embargo, la secretaria de Salud municipal, Kiara Berrío, señaló que en lo que va corrido de este año seis migrantes han muerto por la pandemia, cuatro de los cuales fallecieron en el hospital local, mientras dos lo hicieron en Montería, a donde habían sido trasladados.
“Hemos instalado un PMU (Puesto de Mando Unificado) para hacer pruebas masivas, entregar tapabocas y evitar un brote. No obstante, no ha sido fácil”, aseguró la funcionaria.
Una de las mayores dificultades que han tenido que afrontar las autoridades sanitarias está relacionada con la realización de las pruebas covid, debido a que muchos de los migrantes no acceden a realizárselas.
La Secretaría de Salud señaló que se llevó a cabo una campaña masiva para tomar 1.000 pruebas, pero al intentar hacerlas se encontraron con la negativa de estas personas, por lo que apenas alcanzaron a hacer 248, de las cuales 48 fueron a migrantes.
Ya que es una prueba voluntaria, para la funcionaria, la negativa es entendible debido a que si los viajeros salen positivos deben guardar una cuarentena obligatoria, lo que puede retrasar su desplazamiento.
“Además, es una población que no utiliza el tapabocas. Nosotros les entregamos y ellos los reciben, pero después no se los ponen. También les hemos dado preservativos y les ofrecemos charlas sobre enfermedades de transmisión sexual”, indicó.
Y aunque se había avanzado en evacuar a un gran número de migrantes, en este momento se presenta un nuevo represamiento debido a que Panamá restringió su entrada, ya que se está dejando atravesar la frontera a 500 personas cada día, reconoció el alcalde de Necoclí, Jorge Tobón Castro.
A pesar de que hubo una reactivación en la economía en almacenes y tiendas han tenido su “agosto”, el turismo se ha visto afectado.
“Ya nadie quiere venir. Los turistas prefieren irse a Turbo o Arboletes. Los migrantes no son malos, nos los estigmaticen. El pueblo está seguro y la Playa del Turista, donde están los hoteles, no tienen problema alguno”, dijo el propietario del hotel Casa de Pioneros, Alejandro Jaramillo.
Ante esta nueva situación, las autoridades municipales se mantienen en estado de alerta para evitar que esta se agrave y se agudice la crisis social.