El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, luego de conocerse la tragedia que ocurrió en el centro carcelario de Tuluá, que dejó más de 50 personas muertas en un incendio, llamó al Gobierno nacional a que tome cartas en el asunto sobre el hacinamiento que existe hoy en día en estos lugares.
Ante esto, el ministro de Justicia, Wilson Ruiz, declaró en medios de comunicación que para mejorar esta penosa situación que se vive en las cárceles colombianas no solo el Gobierno nacional es el que debe trabajar, sino que también es tarea de los gobiernos locales, quienes deben poner su cuota para que el sistema carcelario presente un alivianamiento.
“El alcalde está fuera de base, Jorge Iván Ospina debe leer la Ley 65 de 1993 y el Plan de Desarrollo que obliga a alcaldes y gobernadores a solucionar la problemática de hacinamiento de sindicados, mientras tanto la nación lo debe de hacer con los condenados”, dijo el ministro.
Esta respuesta llegó a oídos de Ospina, quien no dudó en reprocharle la declaración. “Ahora resulta que el ministro de Justicia les quiere trasladar a los alcaldes la horripilante situación vivida en el sistema carcelario que tiene como reciente hecho la muerte de 53 internos en Tuluá. No, ministro, existe una crisis nacional carcelaria y debe asumirla”, escribió en su perfil oficial de Twitter el mandatario de la capital del Valle.
El incendio en el pabellón ocho de la cárcel de Tuluá, en la madrugada del martes, sigue causando conmoción y, de hecho, continúa cobrando vidas. En la madrugada del viernes primero de julio falleció uno de los reclusos que estaba hospitalizado en Cali, incrementando el número de víctimas mortales.
El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses le confirmó a SEMANA que ya son 52 las víctimas que ha dejado el incendio dentro de la cárcel. La más reciente víctima es un joven de 26 años que tenía quemaduras en más del 50 % de su cuerpo, identificado como Maicol Alexander Mejía Angola, quien murió en la Clínica de Los Remedios.
En el lugar de la tragedia fallecieron 50 personas, según reportes entregados por las autoridades, y los otros dos fallecieron en clínicas de Cali. El primero el mismo día del incendio, pues tenía quemaduras en el 100 % de su cuerpo, y el segundo en la madrugada de este viernes, para un total de 52 víctimas.
A causa del incendio permanecen hospitalizadas 22 personas en centros asistenciales de Cali y Tuluá. “Están en muy malas condiciones, los pronósticos son reservados para casi todos ellos, sobre todo para los que tienen alto porcentaje de quemaduras. También tenemos otras personas que tienen afección pulmonar y siguen en unidades de cuidado intensivo”, explicó la secretaria de Salud del Valle del Cauca, María Cristina Lesmes.
El panorama para los hospitalizados es desalentador, pues “todos están en malas condiciones de salud”. Sin embargo, aclaró que ninguno de los pacientes que han llegado a los hospitales presentan heridas provocadas por arma blanca: “Solo hemos recibido personas con quemaduras y afecciones respiratorias, producto de la inhalación de humo en el incendio”.