El ambiente sigue tenso en el Cauca por cuenta de las invasiones de los indígenas a los terrenos dedicados al cultivo de caña. Este lunes festivo, miembros de estas comunidades volvieron a tomarse la Hacienda Japio, ubicada en Caloto.

Hace apenas dos semanas, aproximadamente 100 indígenas se intentaron tomarse esta propiedad por la fuerza. Cabe recordar que estas disputas no son nuevas y que en terrenos de varios municipios estas personas han intimidado a trabajadores de los ingenios azucareros.

Los indígenas reclaman que ellos son propietarios milenarios y ancestrales de todos los predios donde se cultiva caña.

En esta nueva invasión llegaron, como las otras veces, encapuchaos y con emblemas de sus comunidades. Hasta la Hacienda Japio, que pertenece a la familia Eder Garcés, llevaron una bandera con franjas verde, roja y negra que tiene escrita una consigna: “Movimiento los sin tierra, nietos de Manuel Quintín Lame”, haciendo referencia al famoso líder indígena colombiano.

Ante la presencia ilegal de los indígenas, se hizo necesaria la presencia de miembros de la fuerza pública en un intento por diluir la invasión.

La invasión ocurre pocos días después de haberse realizado una reunión con presencia de los representantes del sector cañero, las comunidades indígenas y el Gobierno. En este encuentro, los gremios agroindustriales pidieron que cesaran las invasiones y hostilidades, mientras que los indígenas dijeron que debían consultar la decisión con sus bases.

Estas invasiones han generado incertidumbre en los trabajadores, que alegan no tener garantías, pues han sido desalojados de las siembras de caña. Además, por cuenta de estas ocupaciones ilegales ha habido enfrentamientos con los indígenas.

Tras estas invasiones, congresistas del Centro Democrático como Christian Garcés y María Fernanda Cabal se han pronunciado rechazando estos comportamientos tajantemente.

“Se necesita Plan de Acción Integral de la Fiscalía General, la Policía Nacional y la Defensoría del Pueblo para prevenir y judicializar a responsables de violar el derecho a la vida, al trabajo y la propiedad”, sostuvo Garcés en Twitter cuando ocurrió la primera invasión a la Hacienda Japio. Por su parte, Cabal aseguró que estas acciones de los indígenas son parte de un plan para tomar el control de las tierras. “Esa es la estrategia para ver si logran un diálogo que les otorgue tierras que NO les pertenecen”, aseveró.

Más de 15 invasiones que han dificultado las labores de los trabajadores se han registrado recientemente en fincas, haciendas y terrenos sembrados con caña, municipios como Padilla, Guachené, Caloto y Miranda.

“Hacemos un llamado a la sociedad colombiana a que manifieste su rechazo a estas acciones de hecho, acompañadas de actos violentos, que ponen en vilo la vida e integridad de quienes trabajan por el norte del Cauca, así como la productividad y sostenibilidad de los miles de empleos que genera el sector agropecuario e industrial en esa zona y, por ende, el desarrollo social y económico de la región”, afirmaron en un comunicado conjunto los gremios Asocaña, Procaña y la SAG, entre otros.