Cada día que pasa la situación de la polémica exrectora de la Universidad Autónoma, Silvia Gette, se complica más. Esta semana Medicina Legal, luego de 16 meses de estudios forenses, dictaminó que su esposo, Mario Ceballos Araújo, no falleció en 2003 por causas naturales sino envenenado. En los restos “había altos niveles de mercurio, sustancia que le habría sido suministrada de manera premeditada”. Este hallazgo abre nuevos interrogantes en este complejo caso. Como se sabe, al morir Ceballos, quien era el rector de la universidad, fue reemplazado por su esposa, Silvia Gette Ponce, quien se mantuvo en el cargo hasta mediados de 2012, meses después de que SEMANA destapó las acusaciones que en su contra habían formulado paramilitares pertenecientes al frente José Pablo Díaz, que delinquió en el Atlántico. La hija de Ceballos, María Paulina, y su esposo Fernando Cepeda, intentaron impedir que Gette asumiera la rectoría, pero perdieron el pulso. En agosto de 2004, la disputa llegó a su punto más crítico cuando Cepeda fue asesinado por sicarios. Pasaron varios años y las investigaciones nunca prosperaron hasta 2012, cuando los paramilitares Édgar Ignacio Fierro, alias don Antonio y Johnny Acosta Garizábalo alias 28, dijeron que Silvia Gette les pagó 150 millones de pesos por matar a Cepeda. Para agravar aún más la situación de la Gette, la Fiscalía General inició esta semana un proceso de extinción de dominio contra 27 propiedades suyas en Barranquilla y Cartagena, entre los que hay apartamentos, casas, edificios, lotes y locales. A estos reveses se une que un juez decidió la semana pasada rebajarle la pensión que obtuvo como rectora, que pasó de la exorbitante suma de 98 millones de pesos a ‘apenas’ 72 millones. Sin embargo, la universidad insistirá ante la Justicia en que legalmente no merece más de 15 millones de pesos de pensión. Lo curioso es que Silvia Gette no está presa por la muerte de Cepeda ni por la de su esposo, sino porque su abogado, Arcadio Martínez, intentó sobornar con 250 millones de pesos al paramilitar don Antonio para que cambiara el testimonio que había dado ante Justicia y Paz. Las cosas tampoco han sido fáciles para María Paulina Ceballos, pues los exparamilitares Rafael Eduardo Julio Peña, alias Chiqui, José Gélvez Albarracín, alias el Canoso y Eliécer Ramón Orozco, alias Cochebala, afirmaron que ella fue quien ordenó matar a su esposo, Fernando Cepeda, porque tendría para entonces un romance con alias Pedro Ramón Solera, Pedro de las Aguas, un paramilitar muerto en 2006 en Cartagena. Por esas acusaciones la Fiscalía le abrió un proceso y ordenó detenerla el año pasado, pero días después fue dejada en libertad ante las contradicciones de los paramilitares. Además del envenenamiento de Ceballos, por el que la Gette sin dudas será interrogada, la exrectora también deberá responder por su posible participación en la supuesta compra de testigos. Al respecto SEMANA tuvo acceso a una grabación en la que alias don Antonio habla del tema con alias Chiqui, quien fue jefe de sicarios de Sabanalarga. La conversación es particularmente grave, pues los dos exparamilitares acusan a una investigadora criminalística de la Fiscalía que ingresa a las cárceles, habla con los postulados y ofrece dinero a cambio de que testifiquen a favor de Silvia Gette o en contra de María Paulina Ceballos. La grabación, hasta ahora desconocida, es una de las pruebas que alias don Antonio presentará a la Justicia en el juicio que se sigue contra los paramilitares que se han convertido en falsos testigos en el proceso contra Guette por el asesinato de Fernando Cepeda. Este caso, que ha desvelado a Barranquilla durante más de dos años, apenas comienza. Caso Gette Un cartel de falsos testigos, en total ocho desmovilizados de los grupos paramilitares, habrían recibido dinero para declarar a favor de Silvia Gette y en contra de María Paulina Ceballos. Semana tuvo acceso a una grabación en la cual Édgar Ignacio Fierro Flórez, alias ‘Don Antonio’ graba una conversación con alias ‘Chiqui’, del siguiente tenor: Don Antonio: Me dijeron que te dieron 200 millones. Alias Chiqui: Qué van a dar 200 millones, me salieron con unas chichigüitas, me entiende, me dieron 50 barras. Don Antonio: A mi me dijeron que tú estabas encargado de buscar los testigos y que cada vez que conseguías un testigo te daban plata. Alias Chiqui: Están saliendo muchos testigos falsos como el tal ‘Canoso’, que fue el que me propuso algo y después como se cayó con la Fiscalía, salió diciendo que yo fui el que lo busqué para que dijera lo que dijo contra María Paulina, la viuda. A ‘cochebala’ le dieron plata y eso lo voy a decir, el magistrado me dijo que tenía que poner eso, que quede claro cuáles son los postulados que están sirviendo de testigos’.   El anterior es el fragmento de la transcripción de una conversación de 22 páginas entre Edgar Ignacio Fierro Flórez, alias 'Don ‘Antonio’, comandante del frente paramilitar José Pablo Díaz y Rafael Enrique Julio Peña, alias ‘el Chiqui’, jefe de sicarios en el municipio de Sabanalarga, Atlántico. Ambos están presos. Fierro Flórez, que fue jefe del frente en La Picota, y ‘el Chiqui’, sicario, en La Modelo en Barranquilla. El tema de la conversación, el caso del homicidio de Fernando Cepeda, y el lugar donde don Antonio grabó la conversación con su exsubalterno fue en el tercer piso en el edificio 'Lara Bonilla' de Barranquilla, durante un receso en una audiencia de formulación de cargos contra Fierro y otros 12 paramilitares, hace pocas semanas. (Ver conversación completa)