El banquete estaba servido. Almuerzo por cuenta del gobierno para que los senadores de la comisión primera aprobaran el primer debate de la reforma política, uno de los proyectos bandera del gobierno de Iván Duque en la lucha contra la corrupción, pues fue presentado como la fórmula para acabar con el clientelismo y la compra de votos. Más de un mes de reuniones privadas en el Ministerio del Interior en busca de acuerdos con los partidos políticos, pero a la hora del té, o de la votación, la ministra Nancy Patricia Gutiérrez no logró consenso alrededor de su propuesta: 62 proposiciones para modificar el texto fueron presentadas, toda una avalancha de propuestas que demostraron que consenso político no existía. El primer debate tuvo que ser levantado. Primer traspié para el gobierno. 62 proposiciones para modificar el texto fueron presentadas, toda una avalancha de propuestas que demostraron que consenso político no existía. En lo único que se pusieron parcialmente de acuerdo el gobierno y los partidos fue en la idea de eliminar el voto preferente y dar paso a las listas cerradas para corporaciones públicas, pero no hubo acuerdo con la fórmula de democracia interna para que los partidos puedan seleccionar los candidatos. El gobierno planteaba que mediante convenciones, congresistas como Angélica Lozano (Alianza Verde) la descalificaron al señalar que eso es lo mismo que designarlos mediante bolígrafo. Puede leer: “El cáncer de la corrupción lo tenemos que vencer”: Duque en el Congreso Pero lo que más molestia generó fue que el proyecto del gobierno no proponía reformar la autoridad electoral, sino que mantenía al cuestionado Consejo Nacional Electoral e incluso le entregaba mayores poderes, como autonomía presupuestal. Gustavo Petro fue el más crítico en cuestionar al gobierno e incluso calificó de falta de seriedad presentar una reforma política que no modificaba la autoridad electoral. Acusó al gobierno de querer controlar la organización electoral, y aseguró que eso no es propio de dictaduras sino de tiranías, y dijo que tanto se cuestionaba al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, que el gobierno de Iván Duque pretendía hacer lo mismo en Colombia. “Se habla del discurso frente al fraude, a la compra de votos, pero se mantiene el mismo sistema”. Petro acusó al gobierno de querer controlar la organización electoral, y dijo que eso no es propio de dictaduras sino de tiranías. A las críticas de la oposición, se sumaron las del partido independiente Cambio Radical. Rodrigo Lara también descalificó la propuesta del gobierno. “Hacer una reforma política dejando intacto el actual sistema político es una burla a los colombianos. La propuesta del gobierno no solo mantiene al actual Consejo Electoral sino que lo refuerza porque le dan más presupuesto, más contratación”. La ministra Gutiérrez defendió la propuesta en que en la actualidad el Consejo Nacional Electoral depende presupuestalmente de la Registraduría, y que esa había sido una petición expresa de los actuales magistrados que representan a todos los partidos políticos. Aparte de esta controversia, la avalancha de proposiciones para modificar el actual sistema electoral desbordó a la ministra y a los ponentes del proyecto. Las 62 proposiciones para incluir nuevas disposiciones en la reforma política, dieron al traste con la aprobación del primer debate. En video: ¿Qué tanto contribuye a la justicia la reforma propuesta por el gobierno? Para el ponente, senador Roy Barreras, esas proposiciones no tendrían el objeto de mejorar la reforma sino de propiciar su fracaso. Las llamó “zancadillas” que tendrían una “intención soterrada” para que Colombia siga “nadando en el pantano clientelista y corrupto de la compra y venta de votos. No me explico la razón. Después de haber hecho un consenso o un acuerdo llegan 62 proposiciones nuevas que obligarían a semanas de discusión”. ¿Quién estaría detrás de torpedear la reforma? La ministra del Interior tiene una explicación. “Una reforma política siempre tiene bastantes detalles y están los intereses de cada quien”. Pero en el Congreso culpan a la ministra por no tener el suficiente liderazgo. “Llevo 16 años en el Congreso y siempre ha habido un acompañamiento del gobierno. Hoy yo no he visto al gobierno ni mucho menos a la bancada de gobierno”, dijo Armando Benedetti. Al preguntarle a Roy Barreras si había liderazgo del gobierno, su respuesta fue: “Veo un gran liderazgo en los ponentes”. En la comisión primera del Senado se hizo todo menos lo que pidió el gobierno, a tal punto que la senadora Angélica Lozano calificó de “raquítico” el consenso que supuestamente había liderado el gobierno: "Esta reforma política es un maquillaje". La mesa quedó servida, el almuerzo listo pero la reforma política nada que encuentra la receta. La senadora Angélica Lozano calificó de “raquítico” el consenso que supuestamente había liderado el gobierno. La ministra del Interior se defiende con el argumento de que la propuesta está en la cancha del Congreso, y es allí donde se dará la última palabra: "El gobierno presentó una reforma para acabar el voto preferente, los partidos han adicionado diferentes temas. El debate democrático es legítimo, será el Congreso el que tome la decisión y el gobierno la respetará".  Le puede interesar: Nancy Patricia Gutiérrez, la mujer tras las riendas del Capitolio De momento los partidos políticos que en público sellan el compromiso de cambiar las formas de hacer política, a la hora de la verdad le sacaron el cuerpo a la reforma. Este miércoles la ministra del Interior tendrá una nueva oportunidad de liderar un acuerdo, y evitar que los partidos dilaten la reforma política anticorrupción.