En Boyacá este 21 de noviembre podría suceder una situación que sería ejemplo para el agitado ambiente que se vive en América Latina. Ese día, cuando el país realizará una gran movilización nacional, el departamento le apostará a una manifestación diferente. "Es una arriesgada, muy importante", dice el gobernador Carlos Amaya. "Sin Esmad, sin capuchas:Sin miedo, sin violencia", es el lema al que decidió apostarle Amaya. El gobernador habló con SEMANA.
SEMANA: ¿Cómo llegó a la idea de pedirle al Esmad que se quede en los comandos? Carlos Amaya: Yo he tenido la posibilidad de estar en las dos orillas, protestando y gobernando. Como todos saben, en 2008 fui el líder de las movilizaciones estudiantiles nacionales que buscaban presupuesto para la universidad pública. En esas discusiones internas siempre se planteaba la disyuntiva de que las movilizaciones pacíficas siempre terminaban en choques con la Policía y con el Esmad. Por la misma esencia del Esmad, siempre se terminaba en agresiones de un lado y del otro. "Queremos garantizar el derecho a las personas que van a protestar, pero también el derecho a las personas que no lo van a hacer". SEMANA: ¿Y cómo pasa de ese recuerdo a la propuesta concreta de No Esmad? Carlos Amaya: Pensé que siempre el argumento de los estudiantes ha sido que el Esmad inicia las peleas, las agresiones, las confrontaciones. Entonces lo que nosotros quisimos fue reunir a todos los convocantes de la movilización y a toda la institucionalidad. Es decir, a los comandantes de Policía, de Ejército, al alcalde de Tunja, a la Procuraduría, la Defensoría. Todos ellos estuvieron en un espacio de diálogo con los líderes de la movilización para tratar de llegar a unos acuerdos que permitieran que se pudiera desarrollar una movilización pacífica. Queríamos garantizar el derecho a las personas que van a protestar, pero también garantizar el derecho a las personas que no lo van a hacer. Queremos combatir el miedo.
SEMANA: ¿Combatir el miedo cómo? Carlos Amaya: Tenemos el lema de ‘Boyacá 21N sin miedo y sin violencia”. Y el miedo va en dos sentidos: en los estudiantes y en los trabajadores y demás que sí quieran salir a protestar. A ellos queremos decirles que no tengan miedo de que la Policía los va a reprimir. Pero también entendemos el miedo de los comerciantes, de las personas que quieren abrir su negocio. Y a ellos también queremos decirles que no tengan miedo de que les van hacer vandalismo y les van a dañar sus propiedades. SEMANA: Eso suena muy bien, pero la verdad parece muy díficil... Carlos Amaya: Sí. Claramente no es tan fácil lograrlo si no hay espacios de diálogo y de concertación. Y esa es la razón por la cual nos sentamos. Yo diría que fueron muchas las conclusiones pero estas son las más importantes. Logramos, por ejemplo, que la Policía se comprometa a no sacar policías de civil. Alrededor de eso hay muchas teorías de que hay infiltraciones, de que los policías se infiltran en las marchas y que son ellos los que inician los disturbios, entonces digamos que con eso se logra dar tranquilidad a los estudiantes. También logramos que la Procuraduría fuera a la Policía antes de que inicien, antes de que salgan a la calle. Los policías que se van a encargar de contener las protestas o de controlarlas van a estar plenamente identificados. Lo que han dicho varios estudiantes es que en muchas ocasiones los policías no están plenamente identificados, y en muchos de los casos el casco no coincide con el chaleco y demás. Eso no va a pasar.
SEMANA: Y qué pasa si igual hay disturbios. ¿La Policía no va a poder intervenir? Carlos Amaya: Tenemos mecanismos y protocolos para cuando se presente algún bloqueo de vías o alguna situación. Establecimos que no llega la Policía directamente a desbloquear con fuerza sino que se va a establecer un camino de diálogo para poder buscar solucionar la situación. La organización que está liderando la convocatoria estará visitando los puntos y estará en contacto con los directores de las mesas de los derechos humanos para buscar un diálogo entre la Policía y las personas que se estén manifestando para eventualmente buscar que se desbloqueen las vías de manera pacífica. "Los líderes de los estudiantes presentes se comprometieron a promover que no se usen capuchas" SEMANA: Usted también habla de que será una marcha sin capuchas. ¿Qué acuerdos hay en ese sentido? Carlos Amaya: Los líderes de los estudiantes presentes se comprometieron a promover que no se usen capuchas. Esto será en el ejercicio de que es una protesta que tiene todas las garantías y ellos saben que cuando se empiezan a poner capuchas eso impide que se pueda controlar la protesta. Lo que hemos dicho públicamente es que podamos hacer un autocontrol en la manifestación, es decir que si hay estudiantes encapuchados no llegue la Policía directamente a levantarlos, a pelear sino que sean los mismos estudiantes los que lleguen.
SEMANA: ¿Es decir, si los estudiantes incumplen con el tema de las capuchas, lo que se acordó es que lo primero que va a pasar es que los estudiantes van a ser los primeros en reaccionar ante estas personas que incumplan? C.A.: Sí, los que están convocando la movilización van a ir ellos mismos en el ejercicio de autocontrol a pedirles que se quiten la capucha. Ese es el compromiso de los líderes estudiantiles. Lo que yo he dicho es que esto ha funcionado en otras mesas, es decir no nos estamos inventado la rueda. Hay ejemplos de movilizaciones exitosas que han sido pacificas en Colombia. En 2011, por ejemplo, uno revisaba y eran los estudiantes mismos los que se ponían al frente de los policías para impedir que les tiraran piedras o al frente de los edificios para impedir que los dañaran que los llenaran de pintura. En últimas, lo que proponemos es coger todas esas cosas buenas que han venido sucediendo y ponerlas en práctica. Obviamente son arriesgadas, como ya lo dije. Y para contestarle su pregunta inicial, fue en ese marco que yo solicité después de todo este acuerdo es que el Esmad no salga, que el Esmad se quede en los comandos de Policía. "Yo solicité después de todo este acuerdo es que el Esmad no salga, que el Esmad se quede en los comandos de Policía". SEMANA: Muchas personas deben criticarlo a usted por esta vía. ¿Ha recibido rechazo por esta medida? C.A.: Muchos dirán que al gobernador le falta autoridad y que si algo llega a pasar es culpa de él. Y lo que nosotros pedimos es que el Esmad se quede en los comandos y podamos hacer de la protesta una protesta pacífica y que los mismos convocantes se encarguen de controlar algún brote de violencia, si en algún momento se sale de control. Hemos acordado que no habrá manera de evitar que el Esmad entre a tomar el control, pero yo espero y soy optimista en que lo podamos lograr, creo que todos estaban en una muy buena tónica y en las diferentes reuniones se ha estado promoviendo los acuerdos a los que se llegaron. Habrá una interlocución directa de los diferentes voceros conmigo, yo todo el día voy a estar ahí en el puesto de mando unificado, con eso podemos generar una acción inmediata que permita primero recurrir al diálogo antes del ejercicio de la fuerza.
SEMANA.: ¿Cuál fue la recepción de la Policía, la primera reacción cuando se les hizo esta propuesta? C.A.: No es tan fácil para ellos pero lo vieron después de tres horas y media, al principio los estudiantes se desahogan, los policías también, son escenarios normales, pero al final la Policía vio tan buen disposición de los líderes que estuvo de acuerdo, estuvo de acuerdo en aceptar esto, dejando por supuesto claro que si el tema se llega a salir de control y no hay posibilidad de que los mismos líderes y los convocantes controlen cualquier acto de violencia, que ellos entrarían a actuar con su fuerza y al final firmamos un acuerdo, dijeron que se comprometen todos los actores a seguir construyendo un departamento de paz y un ejemplo de diálogo social; el diálogo social ha estado desde principios de mi gobierno y creo que existe hoy la legitimidad para poder convocar un espacio como estos y que todos vayan con la intención de que salga bien. SEMANA: ¿Qué tan usual es que se hagan este tipo de reuniones entre los actores que se van a enfrentar en la marcha, porque eso como usted mismo señala aliviana la tensión del paro, uno poder encontrarse con su adversario días antes? C.A.: Pues eso nunca se había hecho, yo no había sido tan arriesgado en hacerlo. Lo que se habían hecho eran mesas por aparte, con los sectores aparte, esta vez lo hice porque las tensiones de este último tiempo están exacerbando los ánimos a tal punto que tenemos preocupación sobre lo que pueda pasar y quise generar un espacio de interlocución como este. Incluso ayer un alcalde había sacado decreto de ley seca y demás, yo convencí al alcalde de que no emitiera ese decreto de ley seca. Al ejército aunque es autónomo le pedimos que retirara las tanquetas que tenía en las ciudades, yo creo que es un ejercicio de confianza. Si sale bien es un ejemplo para Colombia, sino sale bien por lo menos habremos intentado que en medio de tanta confrontación nos hayamos sentado a mirarnos a los ojos, y ante todo todos somos colombianos y hay que tratar de ponernos de acuerdo para expresar nuestras diferencias sin agredir a los demás. SEMANA: ¿Qué tan activo siente usted que está Boyacá frente a esta marcha? C.A.: Yo siento que todo el país está activo, muy activo, creo que va a ser una movilización importante, creo que muchos sectores van a salir y se van a movilizar; no me corresponde a mí decir si son buenas o no las razones del paro, pero sí puedo decir que va a ser una movilización importante, y creo como siempre lo he dicho que un país que garantice el derecho a la protesta demuestra la buena salud de la democracia, así que estamos muy interesados en que las personas puedan protestar sin agredirse y sin afectarse.
SEMANA: Cuentenos para finalizar de esa época en que usted fue líder estudiantil. ¿Cómo recuerda esa marcha, ahora que justamente esta del otro lado? C.A.: En el año 2008 yo lideré una movilización de 8.000 estudiantes de Tunja hasta Bogotá, salimos un 6 de noviembre y llegamos un 11 de noviembre al Congreso de la República. Intervinimos y logramos al final unos recursos importantes en pleno gobierno del expresidente Uribe, que no era propiamente fácil frente a la protestas. En el año 2009, como presidente de la Federación Nacional de Representantes Estudiantiles convocamos una gran movilización en Bogotá con presencia de 27 universidades, un 20 de octubre, para la aprobación del presupuesto. Con presencia de 50.000 personas en la plaza de Bolívar y personas de todo el país. Movilizaciones siempre pacíficas, digamos que tengo la autoridad para decir que las movilizaciones deben ser pacíficas porque siempre las promoví en mi ejercicio como líder estudiantil. En ese momento logramos importantes recursos para la universidad púbica colombiana y en el año 2011 siendo congresista digamos que estuve acompañando las movilizaciones estudiantes que permitieron que se hundiera la reforma a la Ley 30. Fui el congresista que en el Congreso lideró el hundimiento de esa reforma. SEMANA: ¿Qué se siente estar hoy del otro lado, tiene nostalgia de cuando iba usted ya no como responsable del orden público sino como un líder? C.A.: Es más fácil marchar y protestar, pero también es un reto importante tener esta historia y estar al frente de mantener el orden público y darle garantías de derechos a todos, tanto los que protestan como los que no. En el trasegar de mi vida y un poco con ese contexto y con mi historia de vida no tendría, no tiene sentido que yo me haga el loco y que diga que es culpa de los alcaldes o que tome medias como toques de queda. Creo que se pueden buscar mecanismos y estamos dispuestos a mediar para que se generen espacio de diálogos entre el Gobierno nacional y las organizaciones sociales. Yo creo que es la diferencia en una democracia, la hace fuerte y creo que ante las voces que hoy se han levantado hay que escucharlas y tratar de construir consensos que permitan que el país avance. Boyacá como siempre convoca a que este 21 de noviembre se vivan las movilizaciones sin miedo y sin violencia.