La Procuraduría General de la Nación afirma que hay 10.733 colombianos a la espera de los resultados de la prueba de coronavirus. Unos llevan hasta 20 días sin respuesta del Instituto Nacional de Salud (INS) en Bogotá, a donde fueron remitidas las muestras de secreción de estos pacientes. El represamiento tiene tal magnitud que el procurador general, Fernando Carrillo, le pidió al Ministerio de Salud explicación del retraso y un informe sobre el proceso de diagnóstico que se adelanta en el país.

Fernando Carrillo - Procurador general.

“¡Pruebas, pruebas, pruebas!” fue el mensaje que a mediados de marzo envió el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, a los países miembros. No hacer suficientes pruebas, dijo el funcionario, es como combatir un incendio con los ojos vendados. Las naciones que muestran mejores resultados, como Corea, Singapur y Alemania, tienen en común que aplican a diario un número mayor de pruebas que el resto de países. En pequeña escala también hay evidencias de su valor. En la localidad de Véneto, en el norte de Italia, tan pronto se presentó la primera manifestación del virus, a mediados de febrero, las autoridades decidieron aplicar el test a los 3.500 habitantes, lo que permitió aislar inmediatamente a los portadores, incluidos los asintomáticos. El éxito fue abrumador y derrotaron la epidemia en cuestión de semanas.

La llegada de la covid-19 tomó a Colombia sin la preparación necesaria, y el problema desbordó las capacidades de diagnóstico del sistema de salud pública. El INS realizó 30.445 pruebas desde el día en que apareció el virus hasta el 7 de abril. Pero hay que multiplicar rápidamente esa cifra. Los diagnósticos son procedimientos de biología molecular para encontrar el material genético del coronavirus en muestras de moco o saliva de las personas. La manera óptima de hacerlo es utilizar sistemas automatizados, mediante máquinas que extraen el ARN. Un artefacto de este tipo puede procesar 96 muestras en una hora, y en un día completo puede dar los resultados de más de 2.000 casos. No obstante, estas máquinas escasean en Colombia. El INS cuenta con una de ellas, en Bogotá, a donde llegaban hasta hace poco las muestras enviadas desde los departamentos. La máquina estuvo dañada durante tres días al finalizar marzo. Por supuesto, el represamiento fue inevitable y desató una polémica acerca de la urgencia de incrementar la estrategia de pruebas.

Fernando Ruiz - Ministro de Salud La biología molecular también puede realizarse de manera manual, y así han comenzado a hacerlo en varios departamentos. Un equipo de tres especialistas en un laboratorio autorizado para hacer las pruebas puede procesar manualmente 24 muestras cada tres horas. En la práctica, este procedimiento analiza en promedio entre 100 y 190 muestras al día. La diferencia con el trabajo automatizado es enorme.

Para responder a la congestión, el INS creó una red de 57 laboratorios asociados en el país, a los cuales está capacitando para realizar las pruebas. Con 40 de ellos ya firmaron convenios y ocho departamentos ya están listos, o casi listos, para considerarse autónomos. Valle del Cauca se declaró el martes de la semana pasada completamente autosuficiente para procesar pruebas de covid-19 sin enviarlas a Bogotá, gracias a cuatro laboratorios avalados por el INS. En Salud Pública Departamental, el Centro Médico Imbanaco, la Fundación Valle del Lili y la Universidad del Valle procesarán entre 350 y 500 muestras diariamente. La secretaria de Salud, María Cristina Lesmes, aseguró que entregarán los resultados en 12 horas. Pero eso decía el INS antes de que su capacidad se desbordara. En Medellín hacen las pruebas desde el 26 de marzo en tres laboratorios (Salud Pública, EPS Sura y el Instituto Colombiano de Medicina Tropical), y cuatro más están en proceso de certificación para comenzar a hacerlo la próxima semana. Tendrán capacidad para 500 pruebas diarias.

Martha Ospina - Directora del INS Atlántico, Cesar, Nariño, Santander, Antioquia, Valle y Bogotá ya tienen capacidad diagnóstica. Rita Almanza Payares, líder de epidemiología de la Secretaría de Salud de Medellín, destaca la colaboración de laboratorios y universidades en Colombia para hacer frente a la pandemia. De acuerdo con los expertos, el número de pruebas hechas en el país es probablemente el adecuado para las dimensiones de la epidemia, porque el confinamiento temprano ha mantenido las cifras en un nivel aceptable. Durante el primer mes, Corea del Sur realizó menos pruebas que Colombia en el mismo lapso. El problema saltará cuando el país alcance el pico, probablemente a finales de abril o principios de mayo. En ese momento se necesitará un volumen mucho más radical de pruebas diarias. Pero aunque la red de 57 laboratorios esté funcionando, hay un cuello de botella: la escasez de reactivos para los laboratorios y la imposibilidad de adquirir las máquinas, porque las existencias se agotaron en el mundo. La buena noticia para Colombia es que, según indican los conocedores del mercado, cuando el virus alcance el pico en Colombia, probablemente habrá disminuido en otras naciones, así que podría haber disponibilidad de insumos en los mercados internacionales. En Bogotá quedó autorizada una red de universidades que cuenta con laboratorios de microbiología. La Universidad del Rosario realizará 3.000 pruebas, y recaudó 4.000 millones de pesos en donaciones de Alpina, el Grupo Santander y otras empresas. En el INS están convencidos de que las batallas más duras contra la covid-19 están todavía por llegar, y que la cuarentena es una estrategia para ganar tiempo y preparar el sistema para el momento del pico de contagios.

Las muestras tienen una función más epidemiológica que clínica. Rita Almanza explica que con pruebas o sin ellas, el tratamiento médico para los pacientes contagiados es el mismo. Las pruebas tienen como propósito conocer el comportamiento del virus, sus rutas de contagio, calcular cuántas camas van a necesitarse, entre otras variables que permiten a las autoridades sanitarias tomar decisiones bien documentadas. Para el presidente de la Asociación Colombiana de Infectología, José Oñate, la clave del éxito con esta estrategia radica en la búsqueda activa de contagiados: llegar hasta sus casas, atenderlos y asegurar que no contagien a otros. Así ha tenido éxito Corea del Sur al aplicar más de 150.000 pruebas diarias. Lo preocupante es que la parte proactiva de esta estrategia está muy débil en Colombia. Por cada persona a la que se haga una prueba, habría que contactar a quienes estuvieron en contacto con ella, aplicarla también a aquellos y así sucesivamente hasta detener la cadena de contagios. Las aplicaciones tienen aquí un papel fundamental, como CoronApp, que servirá para monitorear por georreferenciación a los positivos y a sus contactos.

El Gobierno anunció que esta semana llegarán al país un millón de kits de pruebas rápidas, técnicamente llamadas inmunocromatografía. Pero estas tienen el propósito específico de identificar anticuerpos en los pacientes, y su utilidad se limita a personas con más de siete días de presencia del virus. La prueba reina sigue siendo la biología molecular que realizan los laboratorios de la red. Los entes territoriales reconocen el esfuerzo del INS en atender la emergencia. Hacer 30.445 pruebas en algo más de un mes es una cifra respetable, considerando la poca preparación que tenía el país. Sin embargo, se requiere escalar esa cifra en las semanas que vienen o el confinamiento no habrá servido para nada.