La manzana de la discordia es, según los sindicalistas, la falta de apoyo del Gobierno central para respaldar plenamente a un grupo de trabajadores de El Cerrejón, que fue despedido pese a que tenía protección laboral especial, a pesar de que ya habían ganado varios pleitos en los estrados judiciales.
Aunque esos amparos fueron obtenidos durante el mandato del expresidente Iván Duque, las órdenes emitidas por los juzgados no fueron ejecutadas por el Ministerio del Trabajo de entonces, y por eso la Unión de Trabajadores de Colombia, UTC, esperaba que, con la llegada del Gobierno de Gustavo Petro, al cual apoyó en campaña, la entrante ministra, Gloria Inés Ramírez, cercana al movimiento sindical, acelerara el paso.
Sin embargo, no fue así y hoy se declaran tan indignados que adelantan una manifestación pacífica en cercanías al Capitolio Nacional, donde algunos de ellos se encadenaron, pues, según denuncian, tampoco encontraron eco en los parlamentarios a quienes les brindaron respaldo durante la campaña que llevó a Gustavo Petro a ganar la Presidencia de la República.
“Reclamándole al Congreso y al Gobierno del cambio por el incumplimiento, porque el pueblo trabajador, que lo apoyamos, no vemos los cambios, no nos vemos representados, nos siguen atropellando y desde el Ministerio del Trabajo no se hace absolutamente nada por el sectarismo de la ministra Gloria Inés Ramírez, quien solamente es una ministra para la CUT, Central Obrera de Trabajadores, al resto de trabajadores no le importamos; solamente le interesa fortalecer a esa central y discriminarnos al resto”, aseguró Giovanni Benavides, presidente de la UTC.
Según el líder sindical, esa supuesta preferencia por algunos grupos puntuales de organizaciones ha provocado un profundo descontento en varios sectores, entre ellos el de algunos exintegrantes de las extintas Farc, que luego de desmovilizarse adhirieron a las centrales obreras, pero, al parecer, no encuentran eco para sus peticiones en la ministra del Trabajo ni en las instancias que deben velar por los que acordaron con el gobierno de Juan Manuel Santos.
“Porque no quiere sentarse a escuchar las problemáticas en derechos humanos que tenemos algunos de los compañeros firmantes de los acuerdos de paz, que no hacen parte de la rosca de lo que se denomina Partido Comunes, pero que, como firmantes de paz, el Gobierno está igualmente obligado a cumplir lo que se firmó en el Acuerdo, y no les están cumpliendo”, explica Benavides.
Por eso, hoy oficializaron la decisión de convertirse en el primer sindicato en anunciar públicamente que no acompañará al presidente Gustavo Petro en las movilizaciones masivas que convocó para la semana entrante, y en las que anunció que explicará a quienes se reúnan en las plazas públicas todos los detalles sobre las reformas estructurales que piensa adelantar, entre ellas la laboral, la pensional y la muy polémica reforma a la salud, que lidera la ministra Carolina Corcho.
“No acompañaremos las marchas del próximo 14 de febrero convocadas por el presidente Gustavo Petro; este Gobierno que se eligió por el cambio no nos representa porque nos tiene olvidados; somos del sector de los nadie que no hemos tenido la oportunidad de vivir sabroso, como lo manifestaban en sus promesas de campaña”, justificó el presidente de la entidad gremial.
Benavides fue claro en explicar también que no asistirán a la marcha los trabajadores asociados en la UTC y quienes como los integrantes de la Asociación Nacional de Firmantes del Acuerdo de Paz, Anfap, se sienten excluidos de lo que denominan las decisiones trascendentales que permitan el cambio prometido en campaña por el presidente Gustavo Petro.
”Acá hay trabajadores de El Cerrejón, de Avianca, de Bavaria, de Postobón, que han sido vulnerados en sus derechos; hay también trabajadores del sector público, del Inpec, denunciando el vil asesinato de un compañero ayer en la cárcel de Tuluá, y todos indignados porque el Gobierno del cambio no hace nada; al contrario, es patrocinador de lo mismo de siempre”.