Ante el riesgo por el que está atravesando la extradición a la justicia de Estados Unidos de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel -exjefe máximo del Clan del Golfo-, el presidente Iván Duque lo calificó de “sinvergüenza” al recurrir a maniobras para dilatar su envío a Norteamérica para que responda por crímenes relacionados con narcotráfico.

Así mismo, el primer mandatario recordó que alias Otoniel no solamente es el Pablo Escobar actual que tiene el país, sino que es uno de los principales autores de abusos sexuales en contra de menores edad, hechos que deben ser castigados, sentenció el presidente Duque.

“Otoniel es quizá el bandido más tenebroso que ha tenido Colombia, Pablo Escobar era el demonio, un ser humano despreciable que lo único que hizo fue dañar a este país, pero este criminal Otoniel es Pablo Escobar mas lo que usted quiera”, sostuvo Duque.

También señaló el mandatario: “Otoniel es un violador de menores en todas las comunidades en donde estaba mandaba que le mandaran niñitas de 14 años que se las tenían que entregar la familias para que no les pasara absolutamente nada, fuera de eso asesino de líderes sociales, reclutador de menores y actos de terrorismo”.

“Ahora el sin vergüenza entonces quiere vender la idea de que la extradición es para que no diga nada y diga la verdad, no señor, la extradición de alias Otoniel cuando procesa tendrá que ir acompañada de un compromiso de seguir colaborando con la justicia colombiana”, agregó el jefe de Estado en Caracol Radio.

Las órdenes de Otoniel quedaron plasmadas en estas cartas. Ocupar los espacios que dejó las Farc, aumentar la producción y atacar con contundencia a las autoridades, entre sus directrices.

Señaló: “Adicionalmente después de pagar sus condenas en los Estados Unidos tendrá que regrese a Colombia a cumplir con sus condenas, ahora lo que él quiere es manipular y yo he trasmitido a toda la fuerza pública y al Ministerio de Justicia, ese sin vergüenza es una amenaza a la seguridad nacional y va a tratar de mover todo su poder y dinero para evitar una extradición”.

Extradítenlo ya

Por otro lado, la extradición hacia EE. UU. de Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el ex jefe del Clan del Golfo, el peor narcotraficante de los últimos tiempos está en riesgo. Como en las épocas de Pablo Escobar, pero con otros métodos, ‘Otoniel’ trata de impedir ser enviado a responder a una corte de ese país.

Durante años, los narcotraficantes como Pablo Escobar del Cartel de Medellín y los hermanos Rodríguez Orejuela, del Cartel de Cali, lograron infiltrar las más altas esferas de la sociedad política y judicial del país a través del dinero producto del narcotráfico. El mismo Escobar decía que prefería una tumba en Colombia que una cárcel en EE. UU.

La caída de Otoniel marca el final del Clan del Golfo como estructura criminal monolítica.

Una de los principales argumentos de la violencia y del terrorismo desatados en los años 80 fue, precisamente, el deseo de esos capos de acabar con la extradición. Y en un momento dado arrodillaron al país a punta de plata y plomo y lo lograron. En ciertos casos se compraban funcionarios, periodistas, policías y militares con el poder casi infinito de corrupción de los narcodólares. Miles de personas que se opusieron a esos objetivos acabaron muertos defendiendo la legalidad. No obstante, se logró restablecer el mecanismo de extradición para castigar a estos criminales. Durante décadas ha sido una herramienta poderosa en la lucha contra la corrupción y muchos delincuentes colombianos están presos en EE. UU. o ya pagaron largas condenas delatando a sus cómplices.

Finalmente, pareciera que Colombia regresa a esos dolorosos años. El mundo al revés. Algunos políticos de la oposición, periodistas e incluso voces en la justicia aplauden y piden que ‘Otoniel’ no sea extraditado como lo hicieron en el caso de Jesús Santrich, que terminó escapando hacia Venezuela, al ser dejado en libertad tras su captura con pedido de extradición por narcotráfico por parte de EE. UU. Su caso quedó en la impunidad. Como sociedad no podemos aceptar que los más peligrosos delincuentes se escuden en supuestas verdades para evadir la justicia. Así como ha pasado especialmente con los más peligrosos excomandantes de las Farc que no han dicho la verdad, no han reparado a sus víctimas, y tampoco se les ha aplicado justicia. Por el contrario usaron los acuerdos para limpiar su pasado impunemente. Muchos siguieron delinquiendo, y se dedicaron principalmente al narcotráfico y Colombia ahora exporta más cocaína que nunca. Algunos van más allá con la idea de moda de legalizar las drogas. Es hora de despertar.