Pocos saben que en las calles de Bogotá transitan -desde hace 5 años- 43 taxis eléctricos. Se trata de carros blancos con azul a los que muchos confunden con servicio empresarial o especial. Más allá del color, la diferencia es que estos vehículos son amigables con el ambiente. En los 9 millones de kilómetros que han recorrido, desde el 2013, entre todos, le han ahorrado 1.200 toneladas de CO2 al aire de Bogotá, y la contaminación auditiva también se redujo. Hace unos años el entonces alcalde Gustavo Petro les prometió al gremio de taxistas que si daban el paso a las tecnologías limpias iban a gozar de varios beneficios. Esto en aras de avanzar hacia la meta de proteger el medio ambiente y combatir el cambio climático. El beneficio que recibirían los que se sumaran a este piloto era que tendrían un subsidio mensual de 900.000 pesos por dos años y licencia sin pagar el cupo que cobran las empresas de taxis amarillos. Además, el mismo Distrito haría publicidad a estos vehículos y se harían todas las adecuaciones necesarias para que poco a poco todo el gremio diera el paso. Se esperaban tener en tres años 600 taxis eléctricos rodando en la ciudad. Pero estas promesas no se materializaron durante el gobierno de Petro. Solo recibieron el subsidio por dos meses pero los demás incentivos quedaron en el aire. El resultado fue que los 43 propietarios y taxistas se han visto en dificultades para sacar adelante este proyecto que hasta el momento no ha dejado de ser un proyecto piloto. Dos de ellos ya fueron embargados y muchos se quejan de la situación. Puede leer: Empiezan a rodar los primeros taxis eléctricos en Bogotá Claudio Alba le dijo a SEMANA que “Petro organizó un programa fantástico. El problema es que no cumplió en lo más mínimo. Peñalosa por su parte se desentendió y esa situación ha hecho que quedemos en la ruina”. El taxista explicó que le embargaron su carro porque no le fue posible cumplir con las cuotas mensuales de 1.400.000 pesos del vehículo que le valía más de 97 millones de pesos. “Como la gente no nos conoce y el gobierno no cumplió con hacernos publicidad fue muy difícil que nos salieran clientes”. Ese también es el caso de Euclides Cruz. Perdió su carro en julio del año pasado y hasta hace poco le hicieron un préstamo para pagar las cuotas en las que estaba atrasado. De todas maneras no le han devuelto el vehículo porque como hay paro judicial, su caso está estancado. “Nos habían prometido el 1,1 por ciento de interés pero con el tiempo la tasa fue aumentando hasta llegar al 2 por ciento”, explicó sobre la razón por la que se colgó con las cuotas. Pero además se suman otros gajes del oficio. El primero es que los repuestos de los carros eléctricos son mucho más costosos que los de diésel. Según cuentan los mismos taxistas, un eje para un vehículo diésel puede costar 120.000 pesos, mientras que para un carro eléctrico puede valer 730.000 pesos. Lo mismo sucede con las pastillas que, para un vehículo normal valen 30.000 pesos, mientras que para el eléctrico, considerado de alta gama, vale 135.000 pesos. También en la revisión tecnomecanica les cobran lo mismo por servicios que no necesitan, como la emisión de gases, por ejemplo. Otra de las quejas de los taxistas es que solo tienen 4 estaciones de carga cuando se les prometió que serían 18. Según información de Codensa, esas 4 son suficientes para recargar más de 400 vehículos con características similares a los taxis eléctricos. Como no hay nuevos taxis eléctricos circulando, tampoco parecen necesarias nuevas estaciones de carga. Puede leer: Más de 835.000 bogotanos prefieren la bicicleta para movilizarse La Secretaría de Movilidad de Bogotá ha dicho que mantuvo mesas de trabajo a lo largo del 2017, con el objetivo de concertar con los voceros del piloto soluciones a las problemáticas que planteaban. “En ella se llegaron a compromisos concretos para mejorar la atención en los puntos de recarga y para ampliar las campañas de difusión para dar a conocer estos vehículos a la ciudadanía”. Pero para los taxistas esos compromisos no se han visto materializados. Por otra parte, a través del nuevo esquema tarifario para taxis en Bogotá adoptado en el Decreto Distrital 568 de 2017, la Administración Distrital determinó que los taxis eléctricos pueden cobrar en su tarifa un factor de calidad. En promedio, tendrían la facultad de cobrar hasta un 13 por ciento más por servicio que un taxi a combustión que no cumpla con las especificaciones del factor de calidad. Además, se ha mantenido el incentivo de la exención del pico y placa, según lo establecido en los Decretos Distritales 677 de 2011 y 630 de 2016. No obstante, ellos aseguran que cobran la misma tarifa y que tienen el mismo tarjetón que los carros amarillos para incentivar el uso de estos entre los bogotanos. En cuanto a lo demás reiteran que aunque estén exentos del pico y placa si la gente no los conoce seguirán igual. Sugerimos: Los icónicos taxis de Londres ya son eléctricos La concejal María Fernanda Rojas recordó que el alcalde de Bogotá derogó el decreto 30 de diciembre de 2015 que firmó Petro antes de salir de la alcaldía. En este se obligaba a que la reposición de taxis fuera por vehículos de cero emisiones contaminantes como los eléctricos. Aseguró que valdría la pena volver a valorar esta decisión pues la reducción de 1.200 toneladas de CO2 es un logro importante. Recordó además la alerta que hizo la ONU en la que afirmó que estamos lejos de cumplir los acuerdos de París y por eso era necesario duplicar los esfuerzos para mitigar el cambio climático y reducir la huella ambiental. “Ojalá el gobierno le meta la ficha en lo que le queda y se repiense en la masificación de taxis eléctricos. Pero para generar confianza a los futuros taxistas de carros eléctricos hay que corregir lo que se ha hecho mal hasta ahora”.
Recomendamos: Taxis inteligentes en Bogotá, ¿se cumplirá la medida? Rubén Vargas, taxista de carro eléctrico, es un poco más optimista. Le dijo a SEMANA que la empresa en la que trabaja le ha ayudado bastante y que los extranjeros valoran su servicio. Reconoce el esfuerzo de Codensa por mantener las estaciones de carga y de BYD para proveer los repuestos. Sin embargo, no desaprovechó la oportunidad para recordarle al Distrito que les prometieron tener “fuentes de trabajo muy altas, entre otras el aeropuerto, pero hoy en día, solo están los que han podido comprar el cupo, que es de 450.000 pesos”. Para Vargas vale la pena apostarle a los carros eléctricos, porque no se trata solo de un negocio sino de impactar positivamente el ambiente y la salud de los ciudadanos. Dijo que en diciembre va a haber una aplicación llamada Taxis élite, con la que los usuarios van a poder acceder a todos los eléctricos. Y espera que el Distrito cumpla con sus compromisos. Tiene la esperanza de que con esto y la ayuda del voz a voz de los ciudadanos los taxis eléctricos en la capital sobrevivan.