Los soldados Jonathan Díaz y Paulo César Rivera salieron a rectificar lo dicho en un video divulgado por el canal Telesur, grabado durante su cautiverio, en el que hacen duras críticas al Gobierno y a las Fuerzas Militares. Un día antes de su liberación por parte de las FARC, que los había secuestrado semanas atrás en un área rural de Tame (Arauca), ambos soldados fueron grabados en un video en el que hicieron varias aseveraciones que causaron malestar en el Ejército. En el video afirman, palabras más palabras menos, que su liberación no era gratuita y que era más bien consecuencia del anuncio de liberación del comandante de la Fuerza de Tarea Titán, general Rubén Darío Alzate, cuyo plagio hizo que se suspendieran los diálogos de entre el Gobierno y esa guerrilla. La versión de los soldados es totalmente diferente a lo que dijeron antes de su liberación. Por separado señalaron que fueron bien tratados y sin malas palabras. Los dos parecen sentados hablando tranquilamente y dicen ser prisioneros de guerra. Uno de ellos señala que los cogieron en un combate “no nos cogieron recochando ni en una casa”.  Ver video.  En rueda de prensa los militares le dieron un giro de 180 grados a su versión y aseguraron que fueron presionados por los jefes guerrilleros de las FARC para decir lo que dijeron. "Nos dijeron que dependiendo de lo que dijéramos salíamos", dijo el soldado Díaz. “En ese momento uno tiene que decir lo que digan ellos”, resaltó Rivera, quien contó que detrás de las cámaras estaban al menos 20 guerrilleros. Los soldados aseguraron que caminaron todos los días y que los iban a sacar hacia Venezuela pero la presión del Ejército no permitió la salida del país, lo que para ellos fue un alivio, pues su liberación hubiese sido imposible. El video fue grabado un día antes del fin de su cautiverio, el 24 de noviembre. Rivera incluso señaló que la periodista llegó en compañía del jefe guerrillero Carlos Antonio Lozada, uno de los negociadores de paz en La Habana, y quien solo los saludó. En su primera declaración pública tras la liberación, tanto Diaz como Rivera aseguraron que durante el cautiverio les dijeron lo que tenían que decir, eso si querían ver pronto a sus padres y demás familiares. La declaración de los soldados fue corta y en ella narraron cómo fueron secuestrados los difíciles momentos que pasaron. Los dos estuvieron amarrados en el cuello y los pies para impedir una fuga. Además todo el tiempo les decían que si intentaban escapar iban a ser asesinados.