El ministro de Defensa, Iván Velásquez, aseguró que los soldados que fueron secuestrados en la mañana de este viernes por las disidencias de las Farc en Nariño están con vida.
“Sabemos que se encuentran con vida, que hay una intervención de la oficina del alto comisionado para la Paz buscando su liberación”, dijo el ministro. También aseguró que, ante la actual situación de orden público en el país, los militares deben estar reunidos y actuando conjuntamente para evitar este tipo de sucesos.
“Lo que ocurre en circunstancias de estas es el factor sorpresa, de un lado, la necesidad de vigilancia respecto de los propios miembros de la fuerza pública, en cuanto a saber en situaciones como esta que deben permanecer siempre reunidos, actuando conjuntamente”, dijo.
El ministro aseguró que no quiere decir que esté responsabilizando a los soldados de su propio secuestro.
“No significa, para que no se vaya a tergiversar, que les estoy atribuyendo responsabilidad a los soldados por haberse regresado solos en los camiones, pero estamos en una circunstancia en la que el estado mayor central está cometiendo estos actos de violencia, tratando de presionar para un cese que, como ya hemos dicho, no hay interés en que sea solo un cese al fuego; si está de por medio el bienestar de las comunidades, el cese de la violencia contra las comunidades, el Gobierno naturalmente está en la disposición de convenir ese cese con ellos”, concluyó el ministro.
El secuestro de los dos soldados profesionales se produjo hacia las 9:00 a. m. en la vereda La Herradura, zona rural del municipio de Cumbitara, oriente de Nariño.
Se trata de Edwer Paz Pantoja y Nelson Vásquez Reina, quienes, según información preliminar, se movilizaban en dos camiones del Ejército cuando fueron interceptados por hombres armados.
Los supuestos integrantes de las disidencias obligaron a descender de los vehículos a los conductores. Posteriormente, les prendieron fuego y secuestraron a los uniformados.
Prueba de supervivencia de soldado secuestrado en Cauca
El pasado sábado 12 de agosto, en la vía que comunica los municipios de Caloto y Santander de Quilichao, departamento del Cauca, el soldado profesional Juan David Estrada Suárez, orgánico del Batallón de Operaciones Terrestres n.° 13 y quien se encontraba en estado de indefensión, fue secuestrado.
Hasta hace menos de 24 horas se desconocía sobre su paradero, sin embargo, las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, desde el frente Dagoberto Ramos, dieron a conocer un video, en el que se ve al soldado Estrada Suárez sentado con aparente buen estado de salud.
En el clip se escucha lo siguiente: “Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, Farc-EP, frente Dagoberto Ramos. Nos pronunciamos que el soldado profesional retenido por las unidades del frente Dagoberto Ramos de las Farc-EP, identificado como Juan David Estrada Suárez (...), oriundo del departamento de Nariño”.
Además, agregaron: “El prisionero de guerra se encuentra en óptimas condiciones de seguridad y de salud, esperamos la suspensión de la ofensiva pactada entre el Estado y las Farc-EP, para así poder trabajar por su pronta liberación”.
“Conocida la situación, se dio aviso a las autoridades competentes, para instaurar la denuncia por secuestro y, en coordinación con la Policía Nacional, se activaron los protocolos y un completo dispositivo de búsqueda para ubicarlo”, informó el Ejército Nacional.
De igual forma, se ordenó un acompañamiento especializado a la familia del militar secuestrado. “En la zona donde se habría presentado el plagio delinque el grupo armado organizado residual Estructura Dagoberto Ramos, a quienes se responsabiliza por la seguridad e integridad de nuestro militar”.
“Esta acción criminal es una flagrante violación a los derechos humanos e infracción al derecho internacional humanitario, por lo que el Ejército Nacional de forma categórica rechaza estos hechos e instaurará las denuncias antes las autoridades judiciales competentes a fin de que se identifique a los responsables y se lleve a cabo su judicialización”, detalló la institución.
La situación del Cauca superó, desde hace varios meses, los pronósticos económicos y sociales más desalentadores. Este departamento del sur de Colombia divaga en una realidad de sangre, violencia, invasiones, extorsiones, bloqueos y una caída libre de todos los sectores productivos.
A las pérdidas millonarias por la pandemia se sumaron las del estallido social, que mantuvo ese departamento bloqueado por el norte, en conexión con Cali y el Valle, y por el sur, conexión con Nariño y Ecuador. Una vez terminados esos dos eventos, y cuando la economía daba respiros de reactivación, llegaron las disidencias con un apetito voraz para exigirles a micro, medianos y grandes empresarios parte del recaudo mensual.
Uno de los empresarios del sector ganadero, que accedió a hablar con SEMANA, relató que a mediados del año anterior fueron citados por la disidencia Dagoberto Ramos a un lugar llamado Dosquebradas, en el norte del departamento. Allí, en medio del monte, un emisario de ese grupo criminal les explicó la nueva dinámica: “Nos pasaron una lista con los precios establecidos, a algunos se les cobraba cinco millones de pesos y a otros, 15. En un tono cordial, pero amenazante, nos dejaron claro que quien no pagara tenía dos caminos, irse o morir”, cuenta el ganadero, quien por obvias razones pidió reserva de su identidad.