A una larga espera sometió el presidente Gustavo Petro a los banqueros en Cartagena para luego recibir algunas ideas del mandatario, acerca de ¿qué es lo que espera que deben financiar los bancos? El discurso, según varios espectadores, sonó a regaño.
No toda la nutrida asistencia que tuvo la 56.ª Convención Bancaria que se realizó durante tres días en la capital de Bolívar esperó las dos horas y media que tardó Petro en hacer su aparición. Finalmente, el mandatario llegó y procedió a la clausura del evento.
Primero, el presidente de la República escuchó las cuentas que le presentó Hernando José Gómez, presidente de Asobancaria, quien mencionó acerca de los 860 billones de pesos que la banca ha puesto en los dos últimos años en la economía, a través de créditos y manejo de ahorros. Eso sí, el dirigente del gremio bancario insistió en que están dispuestos a trabajar juntos con el Gobierno, con el cual, están de acuerdo en propuestas como las de una economía más productiva y más diversificada.
Posteriormente, Petro les lanzó tres propuestas, no sin antes expresar que no desconoce la importancia del sector financiero en la economía, sino que, por el contrario, podrían ayudar mucho, por lo cual los invitó a “construir la manera en que puedan servir en la generación de riqueza”.
Las tres propuestas
1. Financiar la producción. Lo primero a lo que se refirió Petro ante los banqueros fue la necesidad de que financien la producción.
2. Democratizar los créditos. Esta idea la sostuvo el mandatario, con el argumento de que es el único camino para que se democratice la producción agraria. En ese sentido, agregó que se trata de que millones de personas puedan producir, en un contexto de economía popular, con el apoyo de la banca.
3. Financiar la descarbonización de la producción. El último punto que hizo parte del discurso de Petro a los banqueros es en el que ha insistido desde su campaña: la transición energética, sin la cual, la humanidad quedará amenazada.
Gota gota es producto de incapacidad del sector financiero
Se refirió al gota gota, lo que, a su juicio, es muestra de la incapacidad del sector financiero para financiar la producción del campo, lo que llevaría a una sociedad más igualitaria y, por consiguiente, más pacífica.
Enfatizó que esos caminos, los del gota a gota, los tienen que tomar los ciudadanos, a expensas de su propia seguridad (los cobros son agresivos) y de los altos costos (al menos 20 % diario).