190 años después de la muerte del libertador Simón Bolívar, de nombre completo José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios, fue hallado el documento que consta su fallecimiento en el archivo de la Diócesis de la ciudad de Santa Marta, en una caja fuerte empotrada en la Sacristía de la Catedral.

El acta de defunción del militar y político venezolano que contribuyó a la independencia de países como Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú, fue encontrada en una exploración del templo religioso que lideró el historiador William Hernández Ospino, con la autorización del exobispo Ugo Puccini y quien también participó de la difícil misión.

El historiador se dio a la tarea de encontrar la reliquia histórica del documento, el cual fue reconstruido por la Registraduría Nacional del Estado Civil, elevando a la categoría de partida de defunción con apostilla del Gobierno colombiano.

“Después de muchos meses de búsqueda vi una llave sobre una pared de la sacristía de la Catedral de Santa Marta y dije: algo hay ahí. El Obispo me apoyó y un albañil raspó la pared y descubrimos la caja fuerte. Vino un experto de Barranquilla y la abrió y en su interior estaba el libro Partidas de Defunción. Con algunos recursos económicos que me obsequió Fuad Char la hice restaurar en el Archivo General de la Nación en Bogotá”, precisó Hernández al diario El Magdalena.

Fue así como gestionó ante la Fundación alemana Luxburg Carolath, para que se hiciera el Registro Civil de Defunción del considerado el Padre de la Patria.

“Esta fundación alemana se puso en la tarea de visitar al Registrador Nacional del Estado Civil, quien emocionado ordenó inmediatamente el Registro Civil de Defunción de Simón Bolívar con una Apostilla Internacional, el cual reposará en el Panteón Nacional de Caracas”, indicó el historiador.

Según el relato del historiador, el documento en su contenido dice que Simón Bolívar nació en la ciudad de Caracas y que estuvo casado con Teresa del Toro. Además, relata las honras fúnebres de alto rango que recibió el gran hombre de América y los sacerdotes que acompañaron su cadáver durante la ceremonia que ofició el Presbítero José Arenas en la Catedral.

El mensaje de Manuelita Sáenz a Simón Bolívar

El amor entre Manuelita Sáenz y Simón Bolívar estuvo ligado por los ideales de una Patria Grande, ya que Sáenz luchó hombro a hombro junto con Bolívar por la independencia de la corona española.

Estas acciones de Manuelita Sáenz, llevaron al general José de San Martín a otorgarle el reconocimiento de ‘Caballeresa del Sol’ en el año 1822. Asimismo, el Congreso de la Gran Colombia la ascendió al rango de Coronel por su gesta en la batalla de Junín, el 6 de agosto de 1824, que marcó la independencia de Perú.

No obstante, el título por el que más se le recuerda a esta prócer de la independencia es el de ‘Libertadora del Libertador’, el cual le otorgó el propio Simón Bolívar, ya que el 25 de septiembre de 1828 ella le salvó la vida al Libertador tras ayudarle a escapar por la ventana del Palacio de San Carlos tras un intento de asesinato. Este episodio es conocido como la ‘nefasta noche septembrina’.

Cartas de Simón Bolívar y Manuelita Sáenz. | Foto: Cortesía Archivo General de la Nación.

A continuación se pueden leer los escritos de estos próceres de la independencia:

Carta número 1:

“Cuartel General en Guaranda, 3 de julio de 1822

A la distinguida dama, Sra. Manuela Sáenz

Apreciada Manuelita:

Quiero contestarte, bellísima Manuela, a tus requerimientos de amor que son muy justos. Pero he de ser sincero para quien, como tú, todo me lo ha dado. Antes no hubo ilusión, no porque no te amara Manuela, y es tiempo de que sepas que antes amé a otra con singular pasión de juventud, que por respeto nunca nombro.

No esquivo tus llamados, que me son caros a mis deseos y a mi pasión. Solo reflexiono y te doy un tiempo a ti, pues tus palabras me obligan a regresar a ti; porque sé que esta es mi época de amarte y de amarnos mutuamente.

Solo quiero tiempo para acostumbrarme, pues la vida militar no es fácil, ni fácil retirarse. Me he burlado de la muerte muchas veces, y esta me acecha delirante a cada paso.

Qué debo brindarte: ¿un encuentro vivo, acaso? Permíteme estar seguro de mí, de ti y verás querida amiga quién es Bolívar al que tú admiras. No podría mentirte.

¡Nunca miento! Que es loca mi pasión por ti, lo sabes.

Dame tiempo. Bolívar”.