Dropbox, el popular servicio de almacenamiento de archivos en la nube, debutará esta semana en los mercados bursátiles. De esa manera, se suma a una serie de start-ups tecnológicas que adoptaron este camino en el último año como única tabla de salvación para sobrevivir en el difícil y muy concentrado mundo de la economía digital.Spotify, el servicio de música en línea más popular del mundo, hará lo mismo en la primera semana de abril, y se sabe que Uber y Airbnb se preparan para tomar similar camino en algún momento del año. Las tecnológicas que adoptan la estrategia de salida pública para recaudar fondos que les permitan seguir compitiendo tienen en común el hecho de que su valor en bolsa al momento de estrenarse es inferior al que tenían cuando recaudaban inversión privada. Es decir, se trata de compañías exitosas en popularidad y expectativas, pero que aumentan pérdidas año tras año y afrontan una caída severa en su valor.Puede leer: Redes sociales: las empresas dicen bastaDurante el anuncio oficial de su primera oferta pública inicial (IPO, como se le conoce a esta operación), Dropbox ha sido valorada en 7.500 millones de dólares aproximadamente, una cifra inferior a los 10.000 millones que valía cuatro años atrás, cuando este emprendimiento alcanzó su mayor nivel de auge. Es claro que los inversionistas han moderado sus expectativas en relación con estos ‘unicornios’, como se conoce a las start-ups nacidas de la nada que logran valores superiores a 1.000 millones de dólares. La última gran tecnológica que salió a bolsa fue Snapchat, el año pasado, y su comportamiento ha sido decepcionante, puesto que debutó con un precio por acción de 27 dólares y hoy se cotiza a 17, una caída del 34 por ciento en cuestión de meses.Todas ellas están lejos del milagro financiero de Facebook, hoy valorada en 511.000 millones de dólares, o de Amazon, valorada en 887.000 millones, las cuales incrementan sus ingresos y el precio de sus acciones sin signos de fatiga. La semana pasada, Tim Berners-Lee, el ingeniero que creó la web y figura emblemática de internet, con ocasión del aniversario 19 de su poderoso invento publicó un artículo que ha dado la vuelta al mundo, en el que advierte que la web está en grave peligro por la extrema concentración del modelo de negocio en unas muy pocas grandes empresas (Facebook, Google, Amazon, Netflix, etcétera), cuyo poder enorme impide el florecimiento de nuevas iniciativas.Le sugerimos: 2017 el año en que Facebook tuvo que disculparseCada vez que un emprendimiento empieza a prosperar, una de estas grandes lo adquiere y evita de este modo la sana competencia. En el caso de Dropbox, fundada en 2007 por dos estudiantes de MIT, Drew Houston y Arash Ferdowsi, su idea pionera de servicios de almacenamiento en la nube empieza a ahogarse en la competencia contra Google Drive, OneDrive de Microsoft y el iCloud de Apple, que gracias a sus ecosistemas muy extendidos de hardware y software acumulan más usuarios que las ofertas independientes como Dropbox o Box, otra compañía similar que todavía subsiste.El caso de Spotify es notable, puesto que a pesar de ser una empresa independiente, todavía tiene un volumen de usuarios superior a la poderosa Apple Music. Con 71 millones de suscriptores de pago versus 32 millones de Apple Music, Spotify es el servicio número uno de música en streaming, pero acumula pérdidas por 1.235 millones de dólares en el último año. La salida a bolsa, que tendrá lugar en abril, es el único camino que le queda para apalancar recursos que le permitan mantenerse viva.Le recomendamos: La semana de terror de las bolsas alrededor del mundoDropbox, que saldrá en Nasdaq bajo el símbolo DBX, es considerada aún una grande en la competencia de las tecnológicas, gracias a sus más de 500 millones de usuarios y sus ventas de 1.100 millones de dólares en 2017. Pero, al igual que la mayoría de promesas rutilantes de la economía digital, acumuló el año pasado pérdidas por 111 millones de dólares. Habrá que esperar el resultado de Spotify y Dropbox en su nueva aventura, que podría dar pistas a Uber, valorada actualmente en 48.000 millones de dólares, y a Airbnb, valorada en 30.000 millones, sobre el futuro que les espera en la economía digital.