La incertidumbre terminó. Luego de la jornada electoral de este domingo, 29 de mayo, Colombia eligió que Gustavo Petro y Rodolfo Hernández, dos candidatos que prometen un cambio para el país, se disputen la Presidencia de la República el próximo 19 de junio.
Las apuestas estaban dadas, pero Petro y Hernández fueron quienes salieron victoriosos. El senador de la Colombia Humana, con el 99,99 % de las mesas escrutadas, sacó 8′527.768 votos para el 40,32 %, mientras que el exalcalde de Bucaramanga logró 5′953.209 votos para el 28,15 %.
En tercer lugar, y relegado de cualquier aspiración presidencial, quedó Federico Gutiérrez, quien llegó a 5′058.010 votos, para un 23,91 %. El cuarto lugar fue para Sergio Fajardo, con 888.585 votos, es decir, el 4,2 %.
Pero el fenómeno político que dejó la jornada, sin duda, fue el triunfo de Hernández. El exalcalde de Bucaramanga lanzó su candidatura de forma independiente y, con un discurso sencillo y efectivo contra la corrupción y la política tradicional, quedó de finalista en la carrera por la Casa de Nariño. Sin alianzas de partidos, sin recibir financiación, sin maquinarias, logró derrotar a Gutiérrez, quien tenía el apoyo de las principales colectividades y estructuras partidistas.
Después de conocerse estos resultados, las reacciones y apoyos políticos no se hicieron esperar. Los primeros en anunciar su apoyo a Rodolfo Hernández, sin esperar nada a cambio, fueron Federico Gutiérrez y su fórmula vicepresidencial, Rodrigo Lara.
“Al saber que nuestra posición es determinante para el país, yo no he hablado con Rodolfo ni necesito hacerlo, nosotros no queremos perder el país ni perder el futuro de Colombia. Por eso Rodrigo y yo votaremos por Rodolfo el próximo 19 de junio. Nosotros no somos ni seremos indiferentes y queremos lo mejor para colombiano”, dijo el ahora excandidato en su discurso después de las elecciones.
En la mañana de este lunes, 30 de mayo, llegó una nueva reacción de parte de la coalición Equipo por Colombia, esta vez del exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, quien afirmó que la ideología de Gustavo Petro “es del siglo pasado” y en ese sentido anunció su voto a favor de Rodolfo Hernández.
“Votaré por Rodolfo. Petro demostró en la Alcaldía que es un pésimo gobernante. Sus propuestas le harían un daño grave a la economía, ocasionarían desempleo, dejarían a millones sin oportunidades”, precisó Peñalosa.
A renglón seguido, el exmandatario de los bogotanos puntualizó: “Su ideología es del siglo pasado, gastada y fracasada en muchas partes”.
La victoria del ingeniero santandereano también se interpreta como el reflejo del hastío ciudadano con el establecimiento y el deseo de un cambio, en medio de una grave crisis económica y social que se profundizó con la pandemia. Pero Petro, su rival del próximo 19 de junio y quien ha sido el jefe de la oposición, también enarbola esa bandera y de tiempo atrás. Por esa razón, los colombianos deberán elegir entre esos dos modelos de cambio.
En las elecciones de este domingo, según el preconteo de la Registraduría, Petro conquistó electoralmente Bogotá, la costa Caribe, el Pacífico y departamentos como Amazonas, Putumayo, Guainía y Vaupés. Hernández, por su parte, ganó en Santander, Norte de Santander, Arauca, Boyacá, Vichada, Cundinamarca, Caldas, Tolima, Huila, Caquetá, Guaviare y Meta. La segunda vuelta será una puja entre dos propuestas distintas para enfrentar los problemas políticos, sociales y económicos.
La frase central de batalla de Hernández, como eje transversal de solución a los principales problemas del país, pasa por “quitarles la chequera a los corruptos y ladrones”. Para el ingeniero, la corrupción debe ser erradicada de tajo con el fin de que los recursos públicos sean protegidos y destinados eficazmente a resolver los problemas de las personas más necesitadas. El ingeniero, por ejemplo, ha dicho que impulsará una política de austeridad, que pondrá en marcha donando su salario a causas sociales. También, ahorrando gastos del funcionamiento de la Casa de Nariño que implican, más allá de recortes en temas de protocolo como el tinto o los desayunos, fusionar ministerios.