Quizás la persona que más la conoce es él. Álvaro Castaño y Gloria Valencia contrajeron matrimonio en 1947 y ambos lograron ser una de las parejas públicas más estables en el país. Con ternura y amor hacia su esposa, Castaño habló de Gloria, su relación amorosa, su carrera profesional y su pasión por la cultura.  En entrevista con Caracol Radio, Álvaro dijo que la salud de Gloria estaba deteriorándose y era el momento de su descanso.  “Ya había sufrido mucho. Entonces es lo más justo. Que descansara. Pobrecita. Tan paciente. Tan dulce en todos los eventos de su vida. Ya la naturaleza estaba abusando de su paciencia”, relató. Álvaro contó que en los últimos 64 años, todo el tiempo, él estuvo a su lado. “Estuvimos unidos visceralmente toda la vida. Fuimos por bondad de Dios inmensamente felices. Es una bendición de Dios que me haya concedido ese privilegio de conocer a Gloria, eso ya era una suerte muy especial, y luego conocerla totalmente y empezar una vida en común”.  El esposo de Gloria celebró que su relación se haya cultivado en el trabajo y el hogar. “El mayor beneficio es trabajar al mismo tiempo y en la misma cosa que les interese a los dos. Unirse bajo un mismo techo y ser feliz en la casa y luego en el trabajo, hay que agradecerlo a Dios”.  Al hablar de sus primeros encuentros con Gloria como novia, Álvaro recordó una frase: “Hay dos cosas en la vida que nunca se solicitan y se toman por asalto, la libertad de los pueblos y el primer beso a la novia”.  El secreto para su estable relación matrimonial fue la tolerancia: “no enredarse en minucias, a los tropiezos menores no hay que darles importancia. Nosotros vivíamos en el mundo de los libros, de los autores, del arte, la pintura, la música, le dábamos a la vida un tono muy especial. No tuvimos tiempo de ocuparnos de cosas menores”, relató.  Álvaro recordó que siempre fue coqueto, cualidad que Gloria siempre recibió con una sonrisa. "Un día yo estaba bailando con una niña muy linda, y Gloria estaba cantando, entonces la niña le dijo: 'Gloria, ¿también cantas?', y recuerdo que Gloria le respondió: 'Sí, ¿tú tampoco cantas?". Tras contar la anécdota, Álvaro admitió que nunca dedicó un poema a una mujer que no fuera su esposa. Sobre la trayectoría profesional de Gloria, Álvaro aplaudió su entrega a Colombia. “El amor por Colombia inspiró todo. El amor por los animales, los niños, la música. Dios la favoreció con tantas virtudes... ¡Fue tan bondadoso con nosotros!”. Entre los legendarios programas que presentó Gloria, Álvaro recordó “Naturalia”: “permitía que ella expresara una de las vivencias más hondas de su vida, que era el amor por la naturaleza y los animales. Se preocupaba de verdad y estudiaba”.  Y es que las experiencias con Gloria no terminan en la televisión, en la radio, o en el mundo de la moda. Álvaro relató cómo su esposa era una colombiana orgullosa que hablaba de su país con total dominio del idioma francés.  “Salía por las calles de Roma abriendo la ruana de Colombia, el poncho. Cuando condujo la exposición “Tres mil años del arte colombiano”, una exposición muy bella, ella se lució porque estaba hablando de su Colombia que adoraba en un francés muy bueno. Eso fue tan lindo”. Sobre su papel en la historia de la radio, Álvaro elogió las capacidades de Gloria: “A los cinco días de fundada la HJCK, hizo un imposible metafísico: transmitir un desfile de modas por la radio”.  Como ícono de la moda, su esposo relató que Gloria siempre concibió ese mundo como una fuente de ingresos para Colombia: “Ella decía que había que imponer la idea de la importancia de la moda no solo para las mujeres bonitas, sino para el país. Ahí empezó el auge de la moda en Colombia”. Álvaro recordó que en Gloria “todo perdurará. Ella fue ejemplar, aleccionadora, su vida fue un ejemplo y tengo la obligación de respetarlo”.