Una nueva norma nació para combatir al llamado “muñeco” en los taxis, esa estrategia que se usa para alterar el taxímetro y cobrar más de lo debido. Se trata de una resolución de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) en la que se establecen los requisitos técnicos que deberán cumplir los dispositivos electrónicos.La idea es lograr que los taxímetros cumplan con estándares internacionales, que estén certificados y que sean confiables. En definitiva lograr garantizar que las mediciones de tiempo y distancia que toman sean precisas en todo momento.El reglamento nació “a raíz del gran número de quejas que presentan los usuarios por el servicio de taxi, especialmente por la posible adulteración de los taxímetros”, explicó Alejandro Giraldo, superintendente Delegado para Reglamentos Técnicos.¿Qué es un taxímetro? "El dispositivo instalado en un taxi para liquidar el costo del servicio público a una tarifa oficialmente autorizada": Ley 769 de 2002.Así las cosas a partir del 1 de julio de 2018 todos los taxímetros, nacionales o importados, deberán cumplir con los requisitos de calidad. Para eso tendrán que pasar por una verificación que hará un organismo acreditado ante el Organismo Nacional de Acreditación. Según la regla, el costo de la verificación la deberá pagar el titular del taxímetro, y deberá hacerla cada año.En caso que no supere la verificación metrológica este será retirado del servicio. Le podrán negar la certificación por errores, indicaciones de dispositivos, manipulaciones, porque le falte algún precinto colocado por el productor o importador. Además, deberá llevar en un lugar visible una ficha donde se anuncia que no la superó.
Los taxímetros deberán ser instalados en talleres certificados, en donde les deben poner precintos que impidan la manipulación posterior del instrumento. (Vea la resolución completa)¿Para quiénes aplica?La reglamentación debe ser acogida en los lugares del país en los que el uso del taxímetro es obligatorio. Cada alcalde determinará cuánto tiempo da al gremio para que reemplacen sus taxímetros, pero en ningún caso esta fecha podrá ser superior al 1 de julio de 2020. Todo esto entendiendo que representa un nuevo gasto para los dueños de taxis.Sin embargo, la resolución tiene dos excepciones. No aplica para los taxímetros mecánicos. “Tampoco aplican a los sistemas de georeferenciación que se utilizan para determinar el precio del servicio de transporte individual de pasajeros los cuales no son instrumentos de medición sujetos a control metrológico”, se lee en la norma.Fue en este punto en el que se abrió el debate en Bogotá. “¡Teníamos la razón! Los GPS como taxímetro no son válidos, para el cobro a los usuarios del servicio público individual deberán ser unos taxímetros con tecnología de acuerdo a la Ley 1471 de 2014”, escribió en Twitter Hugo Ospina, el líder de los taxistas en Bogotá.La interpretación de Ospina nace a raíz de la norma del Distrito en la que se reglamenta el nuevo sistema de cobro mediante plataforma tecnológica, y con la que se deja atrás el uso de los taxímetros. Esto ha puesto el dedo en la llaga y ha provocado protestas del gremio amarillo. Sin embargo, la norma no ha cambiado. Según la Secretaría de Movilidad, hasta el 27 de enero de este año las empresas tienen plazo para registrar sus conductores en el sistema y acreditar al menos una plataforma tecnológica, y hasta el 27 de marzo para implementarlo y adecuarlo a todos sus vehículos.En contexto: Adiós a los taxímetros en BogotáSEMANA consultó con la Secretaría de Movilidad sobre la aplicación de la resolución de la SIC en Bogotá. "La resolución aplica únicamente a los taxímetros. Establece el reglamento técnico metrológico para asegurar la calidad de los mismos. No aplica a nuestros dispositivos”, explicaron.Hay que tener en cuenta que la Superindustria no está reglamentando la forma en la que las ciudades tienen que calcular el valor del servicio de taxis, sino que optó por reglamentar la parte técnica del taxímetro, un dispositivo que algunas ciudades usan a la hora de liquidar la carrera. Con esta resolución de la superintendencia no se obliga a las administraciones a optar por el taxímetro, solo se aboga por la certificación.En caso de que la reglamentación resulte bien implementada y efectivamente todos los taxímetros cumplan con los requisitos y sean confiables el consumidor final será quien se beneficiará. El gremio también podría recuperar parte de su credibilidad y sería más competitivo.