La imputación contra Jesús Alejandro Garzón, el sustanciador del despacho del exprocurador Fernando Carrillo, capturado el pasado viernes por presuntos hechos de corrupción, fue contundente, aunque en criterio de la defensa de Garzón, fue una imputación soportada en “chismes”.
Más de cinco horas duró la imputación de la Fiscalía en contra del sustanciador e igual tiempo tardó su defensa en reprochar los argumentos de la fiscal anticorrupción. Al final de la audiencia, Garzón pidió la palabra mientras anticipó que no era curtido en el escenario del derecho penal.
“Yo trabajo en la Procuraduría, como ustedes bien saben y este ente es el garante de garantías como suele decirse románticamente, y no se me concedió ninguna porque hace más de 14 meses tal vez, que se puso en conocimiento del ente de control la irregularidad que se me atribuye y jamás se me dio la oportunidad de defenderme y si apenas me enteré hasta el 15 de enero de este proceso como es posible incidir en las declaraciones de personas que ya declararon”, dijo Garzón.
La intervención del sustanciador arrancó con un reproche a la Procuraduría, entidad que integró por más de 27 años y a la que calificó de desleal al desconocer esas casi tres décadas de trabajo sin sanciones. Insistió que solo conoció de la investigación que le seguían, el mismo día que lo notificaron de la suspensión del cargo por tres meses.
“Lo que es desleal es perseverar en una muy mediática orden de captura y desconocer que todo este escándalo se habría podido evitar porque fui capturado frente a mi hija y el dolor es algo que no se borrará y fui expuesto ante los medios, pero eso ya no me importa porque finalmente uno aprende de las experiencias a valorar lo que es importante, pero el dolor de mi hija y mi humillación debo decirlo es una factura bastante larga”, aseguró el sustanciador.
A Jesús Alejandro Garzón lo acusan de desarrollar una serie de actos irregulares, en compañía de otros funcionarios de la Procuraduría y en el piso 23 de la sede principal de la entidad en el centro de Bogotá. Él se defendió y dijo que la Fiscalía actuó de manera desleal, pues junto a su abogado estuvieron atentos a cualquier citación, incluso expresaron su intención de colaborar y aún así ordenaron su captura, en lo que llamó un “show mediático”.
“Cabe preguntarse si yo tengo el alcance para manipular a todas esas personas, pasando insisto no en uno, sino en dos jefes. Sería yo tan obtuso, tan bruto, presento disculpas de antemano, sería yo tan imbécil de intentar cometer un delito acudiendo a personas que no conozco y que no me conocen”, explicó el funcionario para insistir en su inocencia.
La Fiscalía advirtió los detalles de la denuncia que radicó el senador Richard Aguilar y otra funcionaria de la Procuraduría y que dejaban a Garzón como el responsable de ofrecer la posibilidad de modificar fallos disciplinarios a cambio de millonarios pagos.
Para defenderse de los señalamientos de la Fiscalía, la defensa del sustanciador insistió en que las evidencias en contra de su cliente no eran más que “chismes” comentarios y razones entre algunos abogados que llegaron, supuestamente, a oídos del senador Aguilar que finalmente denunció.
“Tanto la Fiscalía como quien adelantó la investigación, sólo escogieron aquellas cosas que consideraban que podrían ser imputables a título doloso y en sede penal a Jesús Alejandro Garzón quisieron ver sólo lo que quisieron ver”, denunció Garzón en su intervención.
Garzón dijo, a partir de su experiencia de un cuarto de siglo en la Procuraduría, que en el Ministerio Público hay un sistema que impide, de cualquier manera, que funcionarios puedan acceder a los procesos y decisiones de otros. El propio sistema, según el sustanciador, no permite revisar o proyectar procesos que no estén asignados a determinado funcionario, de ahí que rechaza los señalamientos de la Fiscalía al ubicarlo como el supuesto manipulador de procesos.
“A final de año a mí me llaman, yo no voy por mi cuenta, a mí me llaman del despacho del doctor Juan Fernando Gómez Gutiérrez, me llama y me dice mire, tenemos esto de este señor, se le va a absolver y al otro hay que modificarle la sanción para que sea más simétrica, porque no puede ser que uno se absuelva y al otro se le imponga una medida tan severa como es la destitución”, relató el sustanciador para señalar que llegó al caso del exgobernador Aguilar por orden de sus jefes en la Procuraduría.
El sustanciador no dudó un segundo en decirle a la juez de control de garantías que no aceptaba los cargos imputados. Este miércoles se definirá si Jesús Alejandro Garzón irá a una cárcel tal y como lo solicitó la Fiscalía y la misma Procuraduría.