Detectar 874 kilos de clorhidrato de cocaína mezclados con aloe vera, que se iban a enviar desde Barranquilla hasta España, fue uno de los golpes más grandes que Tako, un perro antinarcóticos de raza Belga Malinois, le propinó al narco en sus intentos por sacar la droga del país y continuar con sus actos delictivos.
En esa operación y con su gran destreza olfativa, Tako le dañó los planes a los cárteles de la droga, en especial al Clan del Golfo, que ya tenía en la mira al perro para eliminarlo. Un can que participó en varias operaciones de detección de narcóticos y fue la estrella de la Dirección Antinarcóticos de la Policía Nacional.
Entre sus logros, el perro, que estaba a cargo de su entrenamiento y acompañamiento por parte del patrullero Fernel Castro, detectó 500 kilos de cocaína en un contenedor en el puerto de Santa Marta con rumbo a Europa en 2016. Además de este golpe, el animal desde los nueve meses ya mostraba sus habilidades y al ver que estaba amenazado por este grupo criminal fue trasladado a Cúcuta para otras operaciones.
Allí, Tako acompañó las tareas en el Aeropuerto Internacional Camilo Daza, donde también se destacó al estar continuamente revisando el equipaje de los vuelos que tenían conexiones internacionales. Y de nuevo lo hizo: incautó varios paquetes de cocaína de alta pureza.
Al ver que se incrementaban las amenazas contra la vida del can, este fue custodiado por el patrullero y la misma Policía, por lo que fue enviado al puerto de Barranquilla para realizar otras operaciones, entre ellas el hallazgo de tres contenedores de desechos de plástico picado, con 665 kilos de este narcótico, que tenían como destino México en marzo de 2021.
Y es que ante la gran actividad del ejemplar y su trayectoria llegó el momento de jubilarse luego de tantos éxitos para la Policía.
Por eso, la Policía Nacional Dirección Antinarcóticos, junto con la Sociedad Portuaria de Barranquilla, le hicieron un sentido homenaje de despedida con una calle de honor a Tako, quien nació en Sopó, Cundinamarca, y ahora descansará de una vida entregada a combatir el crimen en el país.
Pero el perro no estará solo, tras su retiro, el patrullero Castro se hará cargo de él tras ser aprobada su adopción.
Killer, el perro antinarcóticos más custodiado de Colombia
A Killer, uno de los caninos antinarcóticos más aventajados del Ejército Nacional, lo vigilan las 24 horas de los siete días de la semana. Un centinela lo acompaña a donde se mueva. Su hombre de confianza no lo deja solo ni le quita la mirada de encima. Incluso dormido, este soldado, con fusil en mano, lo sigue monitoreando.
Este golden retriever de 7 años, adiestrado en el Centro de Entrenamiento de Caninos, en la Sexta Brigada del Ejército Nacional, se ha convertido en uno los activos más importantes de la institución castrense, por su tremenda capacidad para detectar cargamentos de drogas en las carreteras del país. No es para menos: en los últimos dos años ayudó a los soldados a incautar 1,5 millones de dosis de marihuana que iban a ser comercializadas en el centro del país.
Su olfato minucioso lo ha llevado a ganarse el respeto de los uniformados, quienes lo consideran un lanza más, y el temor de las organizaciones narcotraficantes, que lo han declarado objetivo militar por los golpes que les ha dado.
Killer, ante la menor oportunidad, le hace honor a su nombre, pues se escabulle usando su entrenamiento olfativo para hallar estupefacientes, principalmente marihuana, en lugares impensados donde la pericia más alta de los soldados no alcanza a llegar y mata las ilusiones de los narcotraficantes. Por las mismas razones que las autoridades lo alaban, lo quieren asesinar los criminales.
“Ojo abajo en Cajamarca, porque allá están los verdes de casco que tienen el amarillo (Killer) que no deja pasar nada. No se vayan a meter, verifiquen con el de las arepas para que les dé luz verde”, dice un narcotraficante en un audio conocido por inteligencia militar, advirtiendo a los traficantes que mueven droga desde el Cauca hacia el centro del país sobre la presencia del canino en la carretera.
En el mismo material, asegura que desean verlo muerto, pero que no han logrado entrarle: “No hemos podido con el amarillo, no hemos podido hacerle la vuelta”.
Esas amenazas son las que han hecho de Killer, quizás, el canino más protegido en Colombia. Como temen un atentado en su contra, el Ejército también ha puesto a su disposición protocolos para su alimentación y salida a los operativos de control en las vías.
El teniente coronel Néstor Fabián Castellanos Caicedo, comandante del Batallón de Infantería n°18 Jaime Rooke de la Sexta Brigada del Ejército Nacional, ubicado en Ibagué, Tolima, le contó a SEMANA que la alimentación de Killer solo se la confían a su guía, quien vela para que no sea envenenado, y que antes de llevarlo a trabajar los soldados montan un dispositivo de seguridad y analizan el perímetro para su tranquilidad.