Era una elección casi cantada, segura desde el comienzo del legislativo hace tres años. El Partido Conservador y el Centro Democrático, según se acordó entre los partidos políticos, se quedarían con dos joyas de la corona en el Congreso en 2022: las presidencias del Senado y la Cámara en el último recorrido del gobierno de Iván Duque, un año clave para el país y, desde luego, para la Casa de Nariño.
Aunque la oposición, especialmente la senadora Angélica Lozano, postuló al senador del Partido Verde Antonio Sanguino, no tuvo eco. Los senadores Esperanza Andrade y Efraín Cepeda, del conservatismo, coincidieron en postular a Juan Diego Gómez y ganaron el pulso, tal y como estaba previsto.
Gómez obtuvo mayorías (93 votos frente a siete de Antonio Sanguino), una cantidad suficiente que lo convirtió en el reemplazo de Arturo Char en un año decisivo para el Congreso. Es antioqueño, abogado de la Universidad de Medellín, diputado de Antioquia, representante a la Cámara, senador, presidente de las comisiones Segunda y Quinta del Senado, conferencista internacional en asuntos ambientales. “Nos llena de orgullo postular su nombre”, dijo la senadora huilense Esperanza Andrade Serrano.
Al Partido Conservador se sumó el Centro Democrático alrededor de Gómez. Lo mismo que el Partido Mira, Colombia Justas Libres, La U, Cambio Radical, entre otros. “No es un momento fácil, pero la grandeza de los líderes se mide en la capacidad de superar sus dificultades. Aspiro a ejercer una Presidencia activa en pro de bajar el grado de polarización en que vivimos”, dijo el senador Gómez.
Gómez es conciliador, expresó el senador Efraín Cepeda. Y durante su año en cabeza del Senado promete convertirse en una voz alejada de los extremos, sin pasiones. A SEMANA, por ejemplo, le confirmó este martes que tiene como reto conectar el Legislativo con la ciudadanía, con los jóvenes, y escuchar y tender puentes entre los colombianos y el Gobierno nacional.
Por esto, dentro de sus planes está la modernización y sistematización del Congreso, un legislativo que, como ocurre en el parlamento norteamericano, combine la presencialidad con la virtualidad. “El Congreso en virtualidad produjo más del doble de lo que produce en la presencialidad en debates, proyectos de ley, en todos los avances que se tuvieron en el Congreso, de manera que la pandemia llegó, el mundo cambió y los legisladores en el mundo -el de Colombia no es la excepción- tendrán también que modernizarse”, expresó.
Por los lados de la Cámara también se cumplió lo acordado. Jennifer Arias se convirtió en la nueva presidenta de la Cámara al anotarse mayorías. La congresista es cercana al expresidente Álvaro Uribe, también del presidente Iván Duque y del ministro del Interior, Daniel Palacios. Nació en Nueva York, pero tiene residencia colombiana, es ingeniera industrial de la Universidad de los Andes con maestría en Gobierno y Políticas Públicas. Además, fue candidata a la Alcaldía de Villavicencio en 2015 y se convirtió en la ficha clavel del uribismo en el Meta.
Recordemos que la elección de Arias al interior del uribismo generó divisiones porque, para uno de los extremos de Centro Democrático, la nueva presidenta es cercana de la Casa de Nariño. Cabe aclarar que dicho partido se divide entre los que aplauden el gobierno de Iván Duque y los que consideran que la baja popularidad del mandatario puede pasarles factura en las elecciones de 2022.
Mientras la elección de Juan Diego Gómez fue práctica y sencilla, la de Jennifer Arias fue controvertida. Sectores de oposición le cayeron encima por antecedentes judiciales de algunos de sus familiares. Pero en últimas, los señalamientos no pesaron porque en Colombia los delitos son individuales y, si no fuera así, más de un congresista estaría limitado a postularse a cargos directivos en el Capitolio.