La coalición Centro Esperanza se juega horas claves para definir no solo su futuro, sino para marcar buena parte del rumbo de lo que serán las elecciones presidenciales.

La crisis arrancó luego de los cuestionamientos que le hizo Íngrid Betancourt a Alejandro Gaviria por los apoyos que ha recibido en los últimos días, especialmente sectores del Partido Liberal y el senador de Cambio Radical Germán Varón Cotrino.

El asunto ha llegado a tal punto que Betancourt puso un ultimátum y dijo que si no se sacaban esos respaldos, ella se iba de la Centro Esperanza.

“Si la coalición no toma la decisión de prohibir los apoyos de personas vinculadas con maquinarias que llevan a la corrupción, y si esa decisión no se toma esta noche, con mucho dolor, pero con el compromiso y la responsabilidad que tengo con la coalición y con los colombianos, yo me retiro de la coalición”, aseguró Betancourt.

Frente a la crisis, el exsenador Juan Manuel Galán y precandidato del Nuevo Liberalismo les pidió a sus compañero “madurez”.

“Somos un proyecto de oposición al duquismo, al uribismo, al uribismo de ese régimen político que ya tiene a los colombianos cansados, aburridos (…) somos la opción y tenemos que ser maduros políticamente para lograr superar esta crisis”, manifestó Galán.

El exsenador les pidió a sus compañeros encontrar caminos para solucionar esta crisis que se ha presentado, “solucionarla de manera franca, transparente, de cara al país, estableciendo unos criterios claros”.

Galán agregó que es clave que la coalición Centro de Esperanza encuentre cohesión, pues es la opción al “continuismo”, ya que “Gustavo Petro no lo es”.

“El Gustavo Petro de ayer seguramente estaría denunciando al Gustavo Petro de hoy, por sus alianzas, por la manera como quiere llegar el poder a toda costa, la manera como ha olvidado su discurso progresista, sobre las mujeres, sobre el aborto, solo por ganarse los votos de un pastor cristiano fanático, que además considera a los consumidores de droga como pecadores”, apuntó Galán.

Por ahora, las declaraciones que ha venido haciendo Betancourt le han jugado en contra. Varios han cuestionado una supuesta autoridad moral sobre otros candidatos y políticos y eso no ha gustado.

Desde adentro de la Centro Esperanza ya han enviado algunos mensajes. Carlos Fernando Galán, aspirante al Senado por el Nuevo Liberalismo, rechazó esas declaraciones.

“El centro no puede autodestruirse, tenemos una responsabilidad que está por encima de cualquier aspiración personal o de partido. Tenemos que ser capaces de dialogar, sin ultimátums, sin amenazas. No podemos condenar al país a tener que escoger entre el continuismo y el populismo”, aseguró.

El hecho ha llegado a permear todos los sectores políticos, y desde otras orillas cuestionan la actitud de Íngrid por rechazar el clientelismo, las maquinarias, la burocracia, preguntando si esas prácticas que dice enfrentar no han sido utilizadas por algunos candidatos que la rodean.

Una de las que más ha criticado la posición de la candidata es Ángela María Robledo, que se ha despachado por la actitud que ha tenido en los últimos días desde que cuestionó a Alejandro Gaviria en el cara a cara de SEMANA y El Tiempo.

Al igual que Gaviria, la llamó “oportunista” y dijo que solo aparecía en las elecciones presidenciales, recordando que hace cuatro años la apoyó a ella y a Gustavo Petro.

Robledo hizo un análisis que varios ya se plantean y que en la Centro Esperanza ya retumban. “¿Si Íngrid Betancourt se va de la coalición de la Esperanza, también se irían Sergio Fajardo y Carlos Amaya, quienes tienen aval de Oxígeno Verde?”, cuestionó la congresista.

En medio del encuentro de SEMANA y El Tiempo del pasado martes, Fajardo se alineó con Íngrid diciendo que tampoco estaba de acuerdo con los apoyos de Gaviria, ya que esa había sido una condición para su ingreso. Tanto así que el exrector de la Universidad de los Andes se molestó ante la falta de respaldo de los demás líderes de la centroizquierda.

Jorge Enrique Robledo, que al comienzo acompañó con vehemencia a Betancourt en sus críticas a Gaviria, ha buscado moderar el tema diciendo que es evidente que hay diferencias dentro de la alianza que se deben resolver. Aun así, Robledo siempre se ha mantenido en que tampoco quiere esos apoyos que tiene el exrector de Los Andes.