Luego de conocerse este viernes la decisión de un juez de enviar a prisión domiciliaria a Enrique Vives, señalado de asesinar a seis jóvenes mientras conducía en estado de embriaguez en Santa Marta, los familiares de las víctimas señalaron que la determinación del togado no tiene ningún fundamento y es injusta.
“¿Cómo van a darle la domiciliaria a un tipo de esos que mató a seis pelados, mientras manejaba borracho?”, señaló Alex de Lima, papá de Laura de Lima, al término de la audiencia virtual donde se decidió que el empresario Vives esperará su juicio en casa.
De Lima fue más allá y denunció que en este proceso “hay manos negras. Se está moviendo mucha plata para favorecer a ese tipo (...) Esta decisión me dejó con el alma destrozada, estoy dolido. Destrozado. ¿Si él sabía que venía borracho, por qué no llamó un chófer o se montó en un taxi? El juez dice que no hubo intención de querer matar a los pelados, pero sí es responsable de tomar las llaves y subirse a manejar un vehículo en ese estado”.
Cabe recordar que la prueba de alcoholemia de Vives Caballero arrojó tres puntos, el más alto grado, de alcohol. “Donde hubiera sido yo, una persona que vive del día, que comete un acto de esos no me dan ni un vaso de agua. Estaría preso sin ningún beneficio”, agregó Alex de Lima. Y, además, denunció que ni él ni los otros familiares de las víctimas se sienten garantes con el juez del caso.
Así ocurrió la tragedia
La noticia llegó a casa de Álex de Lima pasadas la 1:05 de la madrugada del lunes 13 de septiembre. Un sobrino dedicado al transporte informal en moto le avisó que su hija Laura fue atropellada por una camioneta Toyota Hilux en la avenida principal. Como pudo, Álex se incorporó, aunque por segundos pensó que aún seguía dormido y se trataba de un mal sueño. Mientras caminaba por inercia hacia el lugar del accidente, se repetía como un mantra el último diálogo que sostuvo con su hija ese día a las 8:30 de la noche: “Te amo, papi, porque nunca me desamparas (...). Yo no te desamparo, mi niña”, decía una y otra vez para calmar el dolor.
A la avenida principal, contigua al barrio Gaira de Santa Marta, llegó siete minutos después. Recuerda poco de ese momento, no vio los otros cinco cuerpos sobre la vía, solo se enfocó en tratar de abrazar el cadáver de su hija. Quiso tocarla para comprobar con sus propias manos que ya no respiraba, pero la Policía lo detuvo. Cinco días después parece que su alma se quedó detenida en ese momento. “Ellos venían caminando por la acera y el carro los levantó como si fueran piezas de bolos”, le contó Álex a SEMANA.
Su sobrino relató todo lo que vio esa madrugada: “Él me dijo que sonó un golpe duro y que vio en el aire cosas que volaban, como si fueran cartón. Los cuerpos quedaron totalmente destrozados”, agrega Álex. En el accidente no solo falleció su hija de 17 años, también murieron Camila Romero Troncoso, 19 años; Eleonor de Jesús Romero Troncoso, 17 años; María Camila Martínez Mendoza, 24 años; Rafaela Petit, 30 años, y Juan Diego Alzate, 17 años. Este último era futbolista en formación y ya tenía todo arreglado para incorporarse al Junior de Barranquilla. “Era arquero, me prometió que sería jugador profesional y el reemplazo de David Ospina en la selección Colombia”, dijo su papá, Armando Alzate.
Quien estaba detrás del volante es el reconocido empresario samario Enrique Vives Caballero, ingeniero electrónico y especialista en ingeniería portuaria; sin embargo, su capital económico procede del sector gastronómico. En 2019 aspiró al Concejo de Santa Marta, y en menos de dos años tiene dos multas de tránsito, una de ellas por conducir con exceso de velocidad. El día del accidente, no solo llevaba el pie al tope en el acelerador, sino que conducía con grado tres de alcohol (el nivel más alto), según la prueba de alcoholemia conocida por SEMANA.