Los tres candidatos que el presidente Iván Duque puso en la cancha de la Corte Suprema de Justicia para elegir fiscal ad hoc en el caso Odebrecht, comparten a primera vista una condición: aunque juristas de contrastada trayectoria, ninguno es experto penalista. Pero no es el único rasgo que los une. Tanto Margarita Cabello, como Clara María González, y Leonardo Espinosa, tienen lazos que los acerca con el uribismo y su ideología política, o incluso el nombre del expresidente Álvaro Uribe ha eestado rondando en algún capítulo de sus carreras profesionales. Por eso, para muchos, la terna de Duque es de la entraña del uribismo. Una circunstancia que a nadie debe sorprender. El presidente no iba a nombrar personas a las que desconociera o que no fueran de su confianza. Y menos para una misión tan delicada como las investigaciones de Odebrecht. Y como Duque llegó al gobierno de la mano de Álvaro Uribe, no iba a buscar candidatos de otras posiciones ideológicas o que no tuvieran cercanía con la línea política que representa. Como quien dice, Duque recurrió a su propia casa para buscar candidatos para fiscal ad hoc.

Puede leer: ¿Cuál de los ternados para fiscal ‘ad hoc’ lleva la ventaja? Del alma mater La nominación más evidente fue la del decano de la facultad de Derecho de la Universidad Sergio Arboleda, Leonardo Espinosa Quintero. Duque es egresado de esa misma facultad y al incluirlo en la terna mantiene su fidelidad con la que fue su alma mater, de donde ya había fichado a uno de sus funcionarios, el alto comisionado de paz Miguel Ceballos, quien antes de ingresar al gobierno era decano de la escuela de Política y Relaciones Internacionales de la misma. Espinosa fue secretario general del rector y fundador de la Sergio Arboleda, Rodrigo Noguera Laborde, dirigente de origen conservador pero cercano a Álvaro Uribe. De hecho hizo parte de la comisión de notables que Uribe creó para sugerir una reforma a la justicia. Noguera también es cercano  al Centro Democrático, partido que fundó Uribe en 2014. De hecho, Zayda Barrera, esposa del rector de esta universidad hizo parte de la lista de candidatos en las pasadas elecciones del Senado. Herencia de Uribe La cercanía de Clara María González con el presidente Duque proviene desde los años en que fue su profesora en la facultad de Derecho de la Sergio Arboleda. Nació en Buga, abogada de la Universidad del Rosario y  experta en derecho electoral, ocupó el cargo de registradora nacional del Estado Civil a finales de los 90. Le recomendamos: Duque presentó terna para elegir fiscal ‘ad hoc‘ en el caso Odebrecht Fue abogada de Álvaro Uribe Vélez y del fallecido Fabio Echeverry, el mismo que gerenció las dos campañas presidenciales de Uribe, en 2002 y 2006. Para ellos se encargaba de los trámite de reposición de gastos electorales, por eso se le tiene como de la entraña del uribismo. La actual secretaria jurídica de la Casa de Nariño también hizo parte del equipo de la campaña de Óscar Iván Zuluaga, candidato de Uribe a la presidencia en el año 2014. Tras la derrota del uribismo en esas elecciones trabajó de la mano con Duque y como se dice en términos coloquiales, “le cargó la maleta” desde el día cero, antes que el entonces senador uribista registrara en las encuestas. En el equipo de campaña de Duque era la encargada de los asuntos jurídicos. En su pasado también hay un capítulo que la une al uribismo. Fue abogada de Yidis Medina, la misma excongresista que confesó haber recibido dádivas de parte del gobierno para votar a favor del proyecto que habilitaba la reelección presidencial. Paradójicamente esta ex congresista fue la que llevó a la cárcel a dos exministros de Uribe, Sabas Pretelt y Diego Palacio.   En una de sus columnas de la época del escándalo de la yidispolítica, el periodista Daniel Coronell la señaló de haber sido la abogada que un miembro del gobierno Uribe le recomendó a Yidis Medina para orientar sus declaraciones y sacar limpios a los altos funcionarios comprometidos en ese caso. Puede interesarle: Uribe, al rescate del gobierno Duque Duque había prometido que los ternados tendrían total independencia, pero el hecho que Clara María González hubiera quedado en la terna cuestiona esa premisa. Además, la circunstancia de haber trabajado en la campaña de Zuluaga es un elemento que seguramente levantará críticas. Como el propósito de los ternados es que ninguno tuviera vinculación con el caso Odebrecht, se sabe que la campaña uribista del 2014 se vio involucrada en el escándalo, cuando se conoció que el candidato y el propio Duque, que fungía como jefe programático, viajaron a Brasil para concretar los servicios del estratega Duda Mendoca, los cuales habrían sido pagados por la multinacional brasileña. Por eso mismo se puso en duda de que Duque estuviera libre de impedimentos para presentar la terna. Ternada por Uribe, ternada por Duque El lazo más directo entre Margarita Cabello y el uribismo también fue una terna. A finales de su gobierno, Álvaro Uribe la nominó para acceder al cargo de fiscal general, aquella terna que se hizo célebre porque ocupó a los magistrados casi año y medio hasta que llegó Juan Manuel Santos y cambió la terna. Cabello, que hoy es magistrada de la Corte Suprema, era la que obtenía mayor número de votos, pero no alcanzaba los requeridos para ser elegida a la Fiscalía. Antes, Cabello fue nombrada por el entonces procurador general Alejandro Ordóñez como procuradora delegada para la vigilancia disciplinaria. Gozó de la confianza de Ordóñez, en ese entonces un dirigente conservador, pero que se movió hacia el uribismo gracias a la campaña del plebiscito por la paz. De hecho Ordóñez fue el que más promovió su nombre para que Uribe la ternara al cargo del fiscal. En febrero del 2010, cuando la Corte Constitucional se preparaba para definir si habría un referendo para una segunda reelección, trascendió que el entonces secretario jurídico de Álvaro Uribe, Edmundo del Castillo, visitó con una acompañante el despacho de uno de los magistrados que tenía en sus manos la decisión, Nilson Pinilla. Se supo que la acompañante era Margarita Cabello. Nacida en Barranquilla, Cabello es abogada de la Corporación Universitaria de la Costa con especialización en la Universidad del Rosario de Bogotá. Toda su carrera la ejercido dentro de la rama judicial. Su primer trabajo fue de estudiante como escribiente de un juzgado civil municipal. Apenas se graduó la nombraron juez penal del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Desde ahí escaló todas las posiciones. Fue una de las primeras abogadas que hicieron el concurso público para ser magistradas, cargo al cual llegó a los 32 años. Le sugerimos: Gobernabilidad de Duque: el país con los nervios de punta Antes la política la intentó seducir. Dirigentes políticos de la costa como Roberto Gerlein, los Name, y Fuad Char la impulsaron para presentarse como candidata a la gobernación de Atlántico en el 2011. Finalmente desistió. Aunque no es uribista, sí es de origen conservador. En febrero de 2012 fue elegida por la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia como magistrada de la Sala Civil de ese tribunal. En marzo del 2016 Cabello fue elegida presidenta de la Corte Suprema y desde allí  lideró el proceso de elección de Néstor Humberto Martínez. Su nominación no le pone fácil la decisión a la Corte Suprema de Justicia pues los encargados de escoger al fiscal ad hoc son sus colegas. Como magistrada, Cabello tendría que enfrentar un fuerte y extenso debate sobre los impedimentos que tendrían sus compañeros de sala en donde genera resistencia entre los magistrados que no son allegados a Álvaro Uribe ni a Néstor Humberto Martínez. Como la Corte sale a vacaciones el viernes 14 de diciembre, aquí se podría dilatarse el propósito de que haya fiscal para Odebrecht antes de terminar el año.