Este miércoles el presidente Juan Manuel Santos entregó la noticia. Integró la terna de donde saldrá el próximo fiscal general. No hubo mayores sorpresas. Del listado de 16 finalistas eligió a la asesora jurídica de la oficina del alto comisionado para la paz, Mónica Cifuentes; al actual ministro de Justicia, Yesid Reyes, y al ex superministro Néstor Humberto Martínez.Causó sorpresa, eso sí, que la lista final no la integrara el actual fiscal general encargado, Jorge Perdomo, quien era uno de los más firmes candidatos. En los últimos días algunas voces de Palacio indicaron que, de no quedar Perdomo en la lista, sería enviado a una embajada. Un tema que aún está por resolverse.Santos hizo el anuncio desde Cartagena, donde legitimó el procedimiento de selección de los candidatos, muy cuestionado por otros sectores, pues a pesar de la convocatoria pública sugerida por varias organizaciones en procura de la transparencia del proceso, la última palabra recaía en el mandatario. Santos dijo que este ejercicio, por lo menos, evitó la costumbre de conformar las llamadas ternas de a uno, o con un candidato favorito.La primera de la terna es Mónica Cifuentes. Su nombre tiene buen recibo tanto en la rama judicial como en Palacio de Nariño. Cifuentes ha sido una de las asesoras más importantes detrás del proceso de paz en La Habana.Durante los últimos años se ha desempeñado como directora jurídica del alto comisionado para la Paz. En su hoja de vida se destaca que su mayor experiencia profesional está en “temas de desarme, desmovilización, reintegración (DDR) y justicia transicional”. Esta especialidad, en un momento en el que el país podría firmar el fin de la guerra con dos grupos subversivos, la hace ser una de las más opcionadas para estar en la terna (Ver hoja de vida).Hay otro elemento que le da gran peso a su hoja de vida y es la cercanía que puede tener con grupos que tendrían resistencia a un candidato que venga del Gobierno. En la rama judicial consideran a Cifuentes suya pues trabajó durante cinco años en la Fiscalía y se hizo a pulso allí. También trabajó en el Ministerio de Defensa del 2004 al 2011, algo que podría dar un alivio a los militares que sienten que mientras se firma la paz con las FARC, a ellos los están llamando a declarar a la justicia. Uno de sus contras es que muchos la ven muy cercana a su jefe, Sergio Jaramillo, quien genera algunas resistencias.El otro ternado es Yesid Reyes. El ministro de Justicia es quien más tenía asegurado su cupo. Se descartaba que lo dejaran por fuera pues era imposible que se hubiera candidatizado sin el visto bueno de su jefe. Tiene la gran ventaja de ser un reputado jurista, exento de polémicas y no genera resistencias. Es egresado del Externado y doctor en derecho de la Universidad Autónoma de Madrid. En el gabinete ha mantenido un bajo perfil, pero ha logrado tramitar algunas de las más importantes reformas para la justicia, como la ley de detención preventiva.Muchos le reconocen su transparencia pues, por ejemplo, es uno de los pocos altos funcionarios que cerraron su oficina de abogados antes de ingresar a un cargo público. Hace unos días anunció que si lo incluyen en la terna, renunciará al Ministerio para hacer la campaña sin ninguna ventaja. En los últimos días dijo que, de quedar ternado, se retiraría del ministerio.Reyes puede ser una de las personas emblemáticas hoy para la Rama Judicial. Su padre, el presidente de la Corte Suprema Alfonso Reyes Echandía, murió en 1985 en la toma del Palacio de Justicia. Su súplica para que el presidente Belisario Betancur cesara el fuego conmovió al país y es el recuerdo más vívido que tienen muchos colombianos de esa tragedia. El edificio de las altas cortes lleva su nombre.Por esa razón el ministro podría tener buena acogida en la Corte Suprema. Sin embargo, hay un sector que no lo ve con buenos ojos. Por cuenta de la reforma de equilibrio de poderes que tramitó el Gobierno, en el que Reyes tuvo un liderazgo, en las altas cortes quedaron resentimientos. Y un grupo de magistrados que se vieron afectados por ese acto legislativo (que prohibió la puerta giratoria, el “yo te elijo, tú me eliges” y la creación del tribunal de aforados) no le perdonan eso.Néstor Humberto Martínez: el hombre de Vargas LlerasEl otro peso pesado es Néstor Humberto Martínez. Su principal problema para llegar a ser fiscal no está en las cortes. Durante la reforma de Equilibrio de Poderes él se alineó en algunos puntos con los magistrados y eso le generó muchísimos apoyos.El ex superministro es uno de los hombres fuertes de Germán Vargas Lleras y por eso muchos guardan reserva sobre su nombre. Por otro, se sabe que el expresidente Gaviria y Horacio Serpa le pidieron al presidente que la terna fuera liberal, es decir, que no pusiera a Martínez en la baraja, pues consideran que esto es una gran ayuda para la campaña del vicepresidente en el 2018. El abogado de la Javeriana es quizás uno de los hombres que mejor conocen el Estado. Quienes han trabajado cerca de él dicen que por eso “le cabe el país en la cabeza” y la Fiscalía no le quedaría grande. Ha sido ministro de Justicia dos veces, ministro del Interior, miembro de la junta del Banco de la República, superintendente Bancario, embajador.Tiene un gran recorrido político y es cercano a todos los expresidentes con los que ha trabajado. En septiembre del 2014, el presidente Juan Manuel Santos lo nombró ministro de la Presidencia, algo así como el chief of staff en Estados Unidos, una especie de súper ministerio encargado de liderar los más importantes asuntos del Estado.En ese cargo, Martínez demostró nuevamente sus habilidades para gerenciar proyectos complejos, pero su protagonismo generó resistencia en el Palacio de Nariño.En junio del 2015, Martínez renunció y volvió a integrar su firma de abogados, que se fusionó con DLA Piper. El jurista tiene una particularidad que lo diferencia de los otros candidatos y es que es el único que no es penalista. Esto puede ser una desventaja entre los más puristas del derecho, que consideran que la Fiscalía debe estar dirigida por un experto en esa rama. Sin embargo, también puede ser una ventaja, pues su conocimiento técnico en materias civil, comercial y sobre todo financiera, puede ser vital a la hora de enfrentarse a los grandes escándalos que maneja la Fiscalía y que tienen que ver con el sector económico.