Suena el primer Tik Tak de hoy martes 28 de febrero en SEMANA, y suena por los lados de la primera crisis ministerial a escasos siete meses de gobierno del presidente Petro.
¿Qué se iba a imaginar el ministro de Educación Alejandro Gaviria, del que todo el mundo está hablando esta mañana, que él sería el protagonista de su propio vaticinio? Porque antes de que comenzara el gobierno, Gaviria había dicho en la entrevista con el muy simpático Juanpis González que en poco tiempo se restauraría su primer gabinete, que no lograría cohesionar una unidad nacional -como efectivamente ha sucedido- y que comenzaría pues a desintegrarse a los seis u ocho meses de gobierno..., pues fue a siete.
Alejandro Gaviria es un hombre de manera suaves, claramente conciliador y muy valiente y coherente a la hora de defender sus convicciones. Por ello, los colombianos debemos agradecerle por haber prendido las primeras alarmas sobre los esperados estragos de la reforma a la salud. El país queda en deuda con él, porque se arriesgó a que lo sacaran del gabinete por no callarse la verdad sobre la reforma Corcho.
Y la forma en que lo hizo el presidente Petro no deja de ser bien curiosa, porque para sacar a este ministro, muy vistoso por cierto, porque viene de ser candidato presidencial, pero además porque es un hombre muy respetado en el mundo académico, lo empaquetó con la remoción de otras dos ministras que brillaron muchísimo menos: la de Deportes y la de Cultura para tratar de no convertir a Gaviria en la vistosa víctima de su reforma a la salud.
El hecho es que Alejandro Gaviria no estuvo solo en sus críticas, lo acompañaron el ministro de Hacienda, a quien lo desvela la financiación de la reforma Corcho, y la ministra de Agricultura, a quien a su vez la desvela que se vuelva a implantar en Colombia la ineficiencia corrupción del antiguo Seguro Social, que cuando aún existía ella presidió y por lo tanto Cecilia es testigo de lo que allí ocurrió.
Precisamente Félix Martínez, director del Adres, el banco de la salud que en adelante será el que pague directamente los servicios de clínicas y hospitales en lugar de que sean las EPS, de manera retadora dijo ayer: “El Seguro Social está de vuelta gústele a quien le guste, venimos de una etapa muy neoliberal en donde el Gobierno trabaja para los empresarios”, cierro comillas.
Es por ideas como estas que cobra cada vez más sentido que la filtración del documento privado de los tres ministros, que Petro había advertido que si se filtraba se caía la reforma, y además del director de Planeación, porque él también participó en la elaboración del documento, lo haya producido finalmente el mismo gobierno. Esto para crear el ambiente de lo que el presidente anunció ayer en su breve e insólita locución presidencial.
Pues en el arranque de esa locución, según Petro, en democracia la diversidad de opiniones o diversidad de opiniones es un valor que él comparte plenamente. Pero más adelante aclara que las reformas de este gobierno, si bien necesitan debate en la sociedad, también requieren consenso en el Gobierno. Como quien dice, en este gabinete no caben quienes no piensen como yo quiero que piensen.
¿Se quedarán en su cargo luego de la salida de Gaviria los ministros de Hacienda y de Agricultura?, porque fueron copartícipes de Alejandro Gaviria. Ambos están en momentos cruciales de su gestión. José Antonio Ocampo, montado en la creación de una gran holding con las empresas satélites estatales que podrían mejorar considerablemente las finanzas de gobierno, y Cecilia López, cerrando con Fedegán la venta de grandes extensiones de tierra ganadera destinada a la reforma agraria.
No es improbable que el que salga a continuación sea primero Ocampo, que desde el primer día había anunciado que su permanencia en el Gobierno sería corta porque él apenas tiene un año de licencia académica en una prestigiosa universidad de Estados Unidos, que se cumplen pocos meses.
Pero además, es muy difícil creer que a Ocampo no le duela el tratamiento que recibió su colega, Alejandro Gaviria, por sus compartidas objeciones sobre la reforma Corcho, y que no esté preocupado porque su prestigio llegue a salir maltrecho de los experimentos de este gobierno.
Pero la conclusión es que Gaviria sale del gabinete con un futuro abierto para seguir opinando libremente, como ya anunció que lo haría, y políticamente como un líder con la autoridad para alertar sobre el descarrilamiento del país, especialmente en materia de salud, sobre la cual la mitad de los colombianos aún no han entendido tan claramente lo que nos espera con la resurrección del Seguro Social.