A las 6:34 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy lunes 24 de octubre en SEMANA, y suena por los lados de la polémica intervención del viceministro del Interior Gustavo García en la liberación de unos jóvenes capturados ayer por la policía luego de nuevos disturbios en el Portal de las Américas.

Al parecer, los jóvenes habían participado en el ataque a piedra del carro del director de la Policía, pero aquí ocurrió una de dos, o el viceministro García hizo un algo que se convirtió en un abuso de autoridad, interceptando la captura de los jóvenes y, según las primeras imágenes que se conocen, hizo que ―dentro de la tanqueta donde estaban detenidos― la policía les quitaran las esposas y los pusieran en libertad bajo las instrucciones que el viceministro iba dando.

Pero, pregunta, ¿qué hacía el viceministro del Interior en una tanqueta? Según sus propias declaraciones, informándoles a los jóvenes que no los iban a retener ni a judicializar, ¿o sea, los absolvió? Pero lo raro es que el artículo 28 de la Constitución, que según el director de la de la Policía justificó tal captura de los jóvenes, dice en su inciso segundo que la persona detenida será puesta a disposición del juez dentro de las 36 horas siguientes, pero aquí eso no sucedió.

Aquí los jóvenes fueron absueltos, o por la policía o por el viceministro del Interior, pero aquí nunca participó ningún juez. La segunda posibilidad es que los jóvenes hayan sido capturados por la Policía de manera arbitraria injusta e injustificada y tuvieron que ser liberados al poco rato, pero no por la intervención del viceministro del Interior, sino porque la propia policía admitió luego de retenerlos que los jóvenes no reunían las pruebas de su responsabilidad.

Ninguna de las dos posibilidades es buena, ni que el viceministro ande obligando a la Policía a liberar vándalos ni que la policía captura jóvenes al azar de manera arbitraria sin que haya sido cogidos en flagrancia como se creía en hechos vandálicos y violentos. Irónicamente, ayer mismo el Gobierno retiró los dos artículos calificados, no como micos, sino como ‘micasos’, que había incluido la Ley de Orden Público o Ley de ‘paz total’, que debe quedar aprobada hoy.

El hecho es que prácticamente despenalizaban estos dos artículos los hechos vandálicos de la primera línea porque le permitían al presidente indultarlos y hasta sacarlos de las cárceles y designarlos como gestores sociales.

Pero el retiro de los artículos no obedeció a que el Gobierno considerara que eran inconvenientes, sino a lo mal que le cayeron en la opinión pública y al antecedente bien reciente de los indígenas atacando a palo y piedra a la Policía, comportamiento que quedaba en contravía de los artículos tolerantes con la violencia en la protesta social que estaban a punto de aprobarse.

Contra la exclusión de estos artículos, precisamente de la Ley de Orden Público, era que protestaban ayer los jóvenes en la estación de las Américas, algunos de los cuales capturados por la policía y soltados por el viceministro del Interior, no sabemos cuál de las dos posibilidades. Pero el Gobierno, con tal de no arriesgar su ley de paz total, pues resolvió a retirar los micos, eso sí, prometiendo que serán materia de una futura ley.