Suena el segundo Tik Tak de este lunes 21 de febrero en SEMANA y suena por los lados de las compras, de las compras de cosas, porque mientras en Colombia se compran votos, todo parece indicar que en la Gran Bretaña se compran títulos honoríficos a cambio de jugosas donaciones para financiar los proyectos altruistas del príncipe Carlos, próximo a suceder a la reina Isabel con 95 años y 70 años de reinado en su trono.
Para los abolicionistas de los sistemas monárquicos, vale la pregunta, ¿y si se dona para una obra de caridad qué caramba importa si a cambio el donador recibe un título nobiliario? El problema no es tan fácil, vender títulos inmobiliarios implica violar la ley de honores que se estableció en 1925, precisamente para evitar ese tipo de cosas.
Y que se ferreteara la nobleza entre otras, y tiene una pena de prisión y una multa elevada, pero el asunto toma ribetes tan excéntricos como que a cambio de hacer unas reparaciones benéficas, un millonario saudí recibió el título de Comandante de la Orden del Imperio Británico y obviamente su ciudadanía, ni más ni menos.
Y eso sucede precisamente en momentos en que la reina no solo parece estar despejando el camino a la sucesión a su hijo Carlos, sino incluso a la controvertida Camila ex-Parker Bowles, actual duquesa de Cornualles, a quien ya le despegó el tratamiento de futura reina de Inglaterra que se veía bastante embolatadito.
Mientras que su hijo consentido, el príncipe Andrés, guarda el silencio de su supuesta víctima Virginia Giuffre, cuando esta era menor de edad, que según dicen las malas lenguas va por los 16 millones de dólares para la obra benéfica de Virginia y otros diez millones para ella, que habría aportado la propia reina Isabel, porque el príncipe tiene para poco. En esta época de compraventas, hasta Andrés dizque tuvo que vender su chalet suizo para ayudarle a su abuela en tal descalabro, lo que indica que en la vida todo se compra y todo se vende.