Suena el primer Tik Tak de hoy jueves 23 de marzo en SEMANA, y suena por los lados de la posición del fiscal general Francisco Barbosa frente al gobierno del presidente Gustavo Petro, porque eso está que arde.
Barbosa se ha hecho oír en los últimos días a través de muy contundentes posiciones frente, no sólo al contenido de las reformas -que el Gobierno viene presentando a ritmo de metralla-, sino frente a decisiones del propio Gobierno. Por ejemplo, la muy ingratamente recibida del cese al fuego bilateral, que de bilateral poco o nada ha tenido.
Precisamente, el fiscal Barbosa, ante los acontecimientos pidió suspender los decretos de cese al fuego, pero no sólo en el Clan del Golfo -por la situación en que tiene al Bajo Cauca antioqueño camuflado tras el paro minero-, sino que con la desempolvada el escudo nacional resucitado por gobernadores y alcaldes cuando se obligaron a recordar al presidente con sus mensajes de “libertad y orden” se destapó el secreto a voces de que el orden público se está haciendo agua y la libertad de la población civil también, como nunca antes.
Por lo tanto, se estaba echando de menos la acción de nuestra fuerza pública, prácticamente acuartelada por decisión del presidente Petro, y con el asentimiento pasivo de su inexistente ministro de Defensa. “Yo no vivo en el mundo del idilio”, dijo el fiscal, seguramente ante la idílica propuesta de la ‘paz total’, que plantea un gran trecho entre lo que todos los colombianos queremos que ocurra, la ‘paz total’, y lo que es factible que ocurra.
También les envía descarga eléctrica a los decretos de cese al fuego firmados en fechas en que normalmente el país está pues como anestesiado, dormido, enrumbado en otra cosa: 30 y 31 de diciembre pasado, por lo que su trámite no fue riguroso y están provocando estos decretos -en palabras del fiscal- “el desmadre del orden público del país”, e irónicamente atentando contra el objetivo de la ‘paz total’.
Es que en virtud de esos decretos del cese al fuego, el Estado se entregó, no como las bandas de crimen organizado que se potenciaron y repotenciaron. Precisamente el fiscal le cogió la caña al presidente del Congreso, Roy Barreras, quien ya había dicho que se deberían derogar esos decretos porque ponen en riesgo el orden público.
Finalmente, el fiscal resaltó el peligro de negociar con narcos por el riesgo histórico que corre el país con ello, y dijo algo que ha impactado mucho: “Pablo Escobar estaría feliz”. Pero ahí no paran las fuertes posturas del doctor Barbosa, también tiene reparos muy serios sobre el plan de desarrollo y las demás reformas del Gobierno, que mantienen últimamente el fiscal en una actividad rarísima: cazando micos.
En la primera reforma, el fiscal alerta sobre el boquete que se abre con ella, o sea la del Plan de Desarrollo, para la contratación directa con las comunidades. Si hoy se roban tanta plata sin estar permitida, ¿cómo será cuando lo esté? “Sifones donde desaparecen los recursos públicos”, remata Barbosa.
Al respecto, el presidente Petro, pues no se ha quedado callado; dice que el fiscal no ha hecho nada contra los delincuentes de la sociedad de activos especiales, de la Unidad Nacional de Protección, del Inpec y de la propia Fiscalía, entidades en las que, según el presidente Petro, hay mafias enquistadas.
Total, arde París (por un lado), según Dominique la Pierre y Lari Collins, autores del famoso libro publicado en 1965. Pero arde también la relación Gobierno-Fiscalía (por el otro lado) y aún no sabemos ese libro quién lo va a prorrogar.
Tik Tak: los adornos de la reforma pensional de Gustavo Petro
El presidente se deleita adornando su reforma pensional con hermosos apodos. Un día la bautiza “reforma para las mujeres”, y al otro día, “reforma para la vejez”. Detrás tan bellos apelativos se oculta un gigantesco hueco fiscal. Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el segundo Tik Tak de hoy jueves 23 de marzo en SEMANA y suena por los lados de la reforma pensional.
Porque no sólo los colombianos, según las encuestas, piden que se le respete su libertad de invertir su aporte pensional donde quieran, sino que revelan su temor de que obligados a hacerlo en Colpensiones, por lo menos los tres primeros salarios mínimos, esa plata termine en el bolsillo populista de este gobierno y no se invierta para crecerla.
Con todo tipo de jugaditas, se ambienta esta reforma, el presidente Petro, por ejemplo, dice que es una reforma para las mujeres que son la mayoría de personas en la edad de jubilación, pero además la bautizó reforma para la vejez, cuando nunca los viejitos quedarían en estado más incierto.
La procuradora Margarita Cabello, luego de discutir la reforma para las mujeres y los viejitos con los gremios, diagnosticó que es en realidad un pliego de peticiones sindicales, y más grave aún, que carece de estudio fiscal y que no cuenta por lo tanto con el aval del Ministerio de Hacienda.
Precisamente, según pudo establecer el diario El Tiempo con el Centro de Estudios Económicos Anif, el hueco o huecazo fiscal que hace rato desvela el país con respecto a las mesadas de los jubilados actuales, crecería de 110 % del PIB a 249% en el curso de unos 40 años. Tiene la ventaja de que aquí a allá, de pronto muchos colombianos estaremos ahogados por el invierno que nos azota.
Pero aquí lo que está en riesgo es el pago de las pensiones futuras de los colombianos que sobrevivan al naufragio, que desde ya desestimulan por sus dudas a los aportantes. A eso sumémosle las facultades extraordinarias de las que quedaría investido el presidente Petro con su Plan Nacional de Desarrollo.
Que entre otras cosas plantea la discusión decir los 14 fondos que existen deben aumentarse a 17 o disminuirse, porque por ahí se incentiva la contratación a dedo. Los nuevos fondos serían el Fondo Cuenta del Ministerio del Deporte, hoy sumido en una controversia precisamente de contratitis, el Fondo Colombia Potencia Mundial de la Vida, que es el poema del presidente Petro, y desde luego no podía faltar este genérico; el Fondo para la Igualdad y la Equidad.
Esto, con toda la burocracia que implicaría montarlos y el gasto adicional para el Estado. Ojalá que el Congreso respire profundo y no reparta sólo si es al que se autodenomina gobierno del cambio.