Suena el segundo Tik Tak de hoy jueves 30 de marzo en SEMANA y suena por los lados de la tragedia que ya habíamos vivido, como una especie de segundo capítulo de una película de terror.
Y me refiero a la que, en medio de las mesas de diálogo con el ELN, ya habíamos visto. Cuando, bajo el entonces gobierno de Juan Manuel Santos, el presidente se vio obligado a romper con el proceso que avanzaba con los elenos cuando les quitaron la vida a 22 cadetes de la Escuela General Santander.
Esta vez fueron siete jóvenes soldados y dos suboficiales asesinados con explosivos en El Carmen, Norte de Santander, en su base militar mientras dormían. La diferencia en esta oportunidad es que el Gobierno y sus negociadores se comprometieron a no levantarse de la mesa, pase lo que pase. Ellos apenas serán llamados a consultas, como un embajador cuando hay problemas diplomáticos, no más, pero no habrá congelamiento de diálogos.
Y, por lo tanto, son varias las reflexiones que estamos obligados a hacer en esta oportunidad. La más elemental: ¿desde dónde nos hemos equivocado? Y la primera respuesta: desde que bautizamos el ambicioso plan de la ‘paz total’ así, “la paz total”.
Desfocalizó los esfuerzos de paz cuando se pusieron en el mismo canasto delincuentes de todos los pelambres. Desde los que se refugian como el ELN, tras el propósito político de derrocar al Gobierno y cambiar el sistema político y económico del país, hasta los que, siguiendo este ejemplo bastante rentable y lucrativo, ahora alegan también propósitos políticos para dedicarse al narcotráfico y al paramilitarismo como el Clan del Golfo. Que se viste de Autodefensas Gaitanistas un día, o se desviste al otro como Clan del Golfo, cada vez que necesita pasar de protagonista con suficientes méritos para esta ‘paz total’.
Y así sigue la cadena de errores. La falta de unos mínimos en la mesa de negociación con el ELN, que comenzaron a no correr cuando este negó que un cese el fuego bilateral hubiera surgido de una negociación con ellos, como equivocadamente lo anunció el Gobierno. Desde ese momento, el Gobierno quedó en estado de cese al fuego bilateral-unilateral, si es que esta figura existe.
Pero existe. Por increíble que eso suene, estamos viendo sus frutos. Se le dio la orden al Ejército Nacional de que no adelantara acciones ofensivas contra a, b, c o d, pero sí contra la “e” de ELN después de que esto salieron a negar que hubieran pactado un cese al fuego bilateral. Pero eso sumió a nuestras fuerzas del orden en la disyuntiva de tener que escoger con pinzas en qué alteración del orden público se meten y en cuáles no.
Eso ha sumido a nuestro Ejército y a nuestra Policía en un cese obligatorio de operatividad que determina que no nos puede extrañar de ninguna manera que, aprovechando el estado de los soldados dormidos, en descanso, terminen masacrándolos sin que los que permanecían despiertos y custodiándolos lo hubieran podido evitar.
Era toda la base la que estaba dormida, incluyendo los despiertos. Por cuenta de que la ‘paz total’ ha borrado las barreras no sólo de las acciones operativas, sino también de las defensivas. El ELN, orondamente, alega que está en libertad de matar a quien quiera, porque ellos no firmaron ningún cese de hostilidades.
Y como la ‘paz total’ contiene la perversidad de que entre más peligroso y beligerante sea un grupo alzado en armas, y entre mayor control tenga sobre el territorio y su población, más mérito suma para hacerse acreedor de los beneficios de la ‘paz total’. Incluyendo en algunos casos excarcelación y hasta suspensión de los procesos penales que corren en su contra.
Una cosa es que el Gobierno tenga resuelto no romper conversaciones con el ELN, pase lo que pase, y otra saber cuánto le debe costar al ELN hablar al mismo tiempo con el idioma en el que habla en una mesa de paz y con el idioma de bombardear una base de nuestro Ejército en pleno descanso de su jornada. ¿Todo seguirá igual?
Mientras tanto, el ministro de Defensa y el comisionado de paz diciendo babosadas. Sí, “que este es un signo negativo en el camino de la paz”, pues claro. “Que qué vaina”, pues claro. Necesitamos del ELN su cuota en el cese al fuego bilateral que resultó siendo, por ahora, sólo unilateral de parte del Estado colombiano. Repito: cese al fuego bilateral-unilateral.
Escuche aquí el primer Tik Tak del día de hoy:
Tik Tak: ¿qué pasa en Ecopetrol?
Suena el primer Tik Tak de hoy jueves 30 de marzo en SEMANA, y suena por los lados de Ecopetrol. Nuestra empresa reina, nuestra iguana favorita, que ayer fue objeto de un extraño allanamiento de la Superintendencia de Industria y Comercio.
En un hecho sin precedentes, fueron incautados ayer los teléfonos celulares y computadores de casi todos los directivos de la entidad, con excepción de los de su próximo presidente encargado, Alberto Consuegra, quien a partir de hoy asumirá su cargo.
En la noche de ayer, Consuegra era el único que tenía celular y da la casualidad de que hoy será la asamblea anual de la compañía, que este año coincide con la despedida de su actual presidente, Felipe Bayón. Uno de los ejecutivos más cotizados y de mayor prestigio, que ha recibido todos los aplausos como un presidente que logró colocar a Ecopetrol como la empresa más lucrativa del Estado colombiano.
Pues al presidente Bayón se le opacó su despedida porque la Superintendencia de Industria y Comercio –que tampoco tiene director en propiedad, sino uno encargado– procedió ayer al decomiso de celulares y computadores de directivos de la prestigiada empresa. ¿Qué puede ser lo que están buscando? Detalles de la contratación de helicópteros que se requieren para el mantenimiento del oleoducto. Sea por el mantenimiento normal por su desgaste o por los famosos atentados del ELN.
Lo que la Super busca es, por un lado, establecer qué tan importante ha sido esta contratación. No sólo en materia de costos, sino de transparencia. Si la competencia ha sido leal o si hay directivos de la empresa que se han dedicado a filtrar supuestamente información para amañar las licitaciones. Y si además eran premiados con viajes a Londres en medio de total gratitud.
Es absolutamente lamentable que si hay base para este escándalo de falta de transparencia administrativa, la despedida del ejecutivo Felipe Bayón y la coyuntura de la asamblea anual de la empresa se vean ahora empañadas por la sombra aparente de la misma corrupción que empaña al país en todas sus órbitas.
Y todavía falta que se complete la junta directiva que le traerá nuevos aires a la empresa y se elija propiedad a la nueva cabeza de la iguana, que seguramente tendrá todo el beneplácito y la complacencia del presidente de la República, Gustavo Petro.