Suena el primer Tik Tak de hoy miércoles 24 de noviembre en SEMANA y suena por los lados del supuesto plagio de la presidenta de la Cámara Jennifer Arias.

Porque ha desencadenado toda una tormenta política, que de paso, la ha venido acompañando desde el primer día que llegó a ocupar esa distinción. Ella es uribista y ese solo hecho, desde antes del escándalo del plagio, ha determinado que vientos huracanados le marquen el ritmo a sus funciones en el Congreso.

Independientemente del análisis de la tesis plagiada, que haremos a continuación, a la doctora Jennifer la juzgan desde el día uno en la Cámara con ojos más estrictos de lo normal, se las cobran todas, las que sí y las que no y es indudable que la virulencia con la que ha explotado el escándalo el plagio ha influido de manera categórica su filiación política.

La quieren tumbar y la oposición no descansará en ese empeño; ahora independientemente del caótico del castigo político que le están propinando está el tema moral del plagio y las pruebas que existen para probarlo. Y el asunto no deja de tener curiosos ribetes porque la denuncia del plagio la hace una institución tan seria como el Externado de Colombia.

Aparentemente, la graduaron sin que existiera una copia física de la tesis, algo bastante inusual; en el acta de grado parecen nombres de profesores sin firma y luego aparecen dos versiones de la tesis, la que detectó lo propia universidad, con el director del programa y de la tesis de la doctora Jennifer, que él proporcionó del archivo de su computador que sí contiene el plagio que detectó de la Universidad. Luego aparece otra copia, la de la tesis que maneja la doctora Jennifer y su compañera de tesis, otra funcionaria de la cámara de Representantes, que no contiene los pedazos aparentemente plagiados.

Es decir que en medio del escándalo hay lo que podríamos denominar rarezas administrativas de la Universidad, que deben ser tenidas en cuenta en este debate. Vale recordar otro episodio que se dio en la misma Universidad Externado hace algunos años, de lo cual seguramente hay constancia. ¿Qué pasó? Que un aliado actual y congresista, además, como la doctora Jennifer, del Pacto Histórico desde donde están lanzando por cierto ataques más duros contra ella.

Pues a este personaje lo expulsaron de la misma maestría por un caso de plagio en épocas de la rectoría del recordado maestro Fernando Hinestroza. Por lo cual resulta bien curioso que si el plagiador es del Pacto Histórico, pasa, pero si viene del uribismo, a decapitarlo. Es el típico caso del que mira la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.