A las 6:27 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy viernes 11 de marzo en SEMANA y suena por los lados de los resultados del encuentro Biden-Duque, porque no es fácil asegurar que una noticia vieja sea la gran noticia que produjo este luchado encuentro, como lo fue que Biden anunció que designará a Colombia como aliado principal extra-Otan de Estados Unidos.
Resulta que hace alrededor de un mes, más o menos, se había conocido que congresistas republicanos habían presentado un proyecto de ley en ese mismo sentido, lo cual fue comentado —aunque poco entendido— porque las ventajas son principalmente militares: asesorías, financiación, tecnología, maquinaria y equipos de defensa.
En ningún caso implica que los países, como funciona la esencia de su pacto interno, enviarán tropas para defender a Colombia si la atacan, o que Colombia mandará su ejército a defender alguno de los países de la Otan si son atacados.
Ahora bien, lo que verdaderamente interesaba era el tema de Venezuela. Lo que el presidente Iván Duque aseguró —con posterioridad al encuentro— es que ni Estados Unidos ni Colombia van a tener interlocución con ese régimen dictatorial. Sin embargo, el hecho es que Estados Unidos sí lo está haciendo, toda vez que envió a personas de su gobierno para que se reunieran con funcionarios del gobierno Maduro.
En la reunión, el presidente Biden brilló la píldora con el cuento de que Colombia, como aliado no miembro de la Otan, es el reconocimiento máximo de lo cercana y única que es esta relación. El encuentro fue privado en un comienzo y allí se pudo discutir muy probablemente el tema de Venezuela entre los dos presidentes, pero después se integraron los colaboradores de ambos gobiernos.
Por cuenta esta segunda reunión se anunció que Estados Unidos donarán más vacunas para una tercera dosis a los colombianos, que habrá ayuda en el manejo de la crisis migratoria y que se van a celebrar los 200 años de relaciones bilaterales entre los dos países.
Básicamente, el resultado de la reunión es que confirma a Estados Unidos como un país pragmático, al que la guerra en Europa le pudo haber cambiado su visión sobre Venezuela y que podría, bajo determinadas condiciones y en un tiempo aún no definido, comenzar a levantarle las sanciones a Venezuela ante la mirada atónita de Colombia.