La senadora Sandra Ramírez, antes Griselda Lobo, tuvo que pedir perdón por la frase que estremeció al país y que puso a muchos a pensar en su verdadero compromiso con la paz. La senadora aseguró ser consciente del dolor que las Farc habían infligido con el secuestro.

Para María Isabel Rueda está bien que se presenten esas excusas, pero el compromiso de la desmovilizada guerrilla quedó manchado. Lo que necesita el país, según la periodista, es que las Farc realmente sientan que obraron mal y no que ajusten sus palabras por la presión de la opinión. Rueda dice que frente a ese terrible delito, quienes fueron sus víctimas no merecen “una caricaturización de las comodidades de su secuestro”.

La senadora Ramírez había asegurado que las cárceles de alambre en las que vivían los secuestrados contaban “con su camita y cambuche”. “Dentro de estas tenían sus comodidades, pero hay que ver las cárceles del régimen cómo son, tenemos cárceles para 80.000 personas y tenemos hoy 123.000 personas. Ellos tenían sus comodidades a medida de las condiciones, su camita, su cambuche, todo”, sostuvo la congresista en diálogo con la emisora Blu Radio.