Suena el primer Tik Tak de hoy miércoles 5 de abril en SEMANA y suena por los lados del ELN. Porque a estas alturas del paseo ―que el Gobierno se está dando con este grupo guerrillero entre Venezuela y México intentando que avance una mesa de negociación que ni siquiera ha logrado pactar un cese al fuego―, la desfachatez de los elenos no tiene límite.
Asesinan soldados aprovechando cobardemente que están dormidos, y el cabecilla Antonio García responde que ellos tienen el derecho de contestar los ataques que reciben porque nunca han pactado ningún cese al fuego. Y exige que si se descalifican las acciones del ELN, también se descalifiquen las que hacen las fuerzas gubernamentales, como si el Ejército colombiano estuviera al mismo nivel del grupo guerrillero.
Pero ahí no pararía todo: a los pocos días se hicieron fotografiar muy tiesos y muy majos con sendas sudaderas de la reputada marca Nike, acompañados de varios menores. Varios de los cuales estaban “armados” con palos de escoba, semejando que portaban un arma. Este abuso de los niños recibió el repudio general, e incluso hasta el presidente Petro exigió “dejar a los niños por fuera de esta guerra”.
Pero faltaba la última, la amenaza con nombre propio contra las periodistas Vicky Dávila y María Alejandra Villamizar, con una canción del famoso cantante de música popular ―conocido como el rey del despecho, Darío Gómez― que dice: “Sufrirás, llorarás, mientras te acostumbres a perder, pero después te resignarás cuando ya no me vuelvas a ver”.
Nuevamente, hasta el presidente Petro salió a pedir respeto por la libertad de prensa. Aunque claro, el presidente debió comenzar por recomendarle a su ministra de Salud, Carolina Corcho, que se abstenga de acusar a los medios de comunicación de las dificultades políticas que atraviesa su polémica reforma a la salud.
A estas alturas uno se pregunta si el ELN no se está poniendo de ruana la mesa de negociación con el Gobierno. Como la consigna es que hagan lo que hagan sus delegados negociadores no se pararán de la mesa, vale la pena que nos preguntemos si algo aquí no arrancó mal planteado. Es decir, que mientras se llega ―si se llega a algún acuerdo― el ELN recrudece sus comportamientos violentos y antidemocráticos para demostrar poder, no sólo contra nuestro Ejército, sino contra los niños, contra el periodismo... y no pasa absolutamente nada.
Sentar en ELN en una mesa de negociación sin ninguna condición previa, y hasta ofrecerle un cese al fuego de parte del Estado al que los elenos se dieron el lujo de darle un portazo, ¿no será una delicada equivocación de estrategia?
Es que no vemos ninguna diferencia entre un ELN sentado dialogando en una mesa, con un ELN parado que no dialoga. Peor aún, por momentos parece como si se sintieran obligados, ahora que el Gobierno les abrió la puerta del diálogo y al cese al fuego, a hacerse notar con el poderío de su crueldad.
No han dado ni una sola prueba de su voluntad de diálogo, y menos de su intención de llegar algún día a una desmovilización. Ahí es donde uno vuelve y se pregunta si al comisionado Danilo Rueda no le están quedando como grandes sus gafas amarillas.
Escuche aquí el segundo Tik Tak de del día de hoy:
Tik Tak: Donald Trump regresa al ruedo
El expresidente se declaró inocente de 34 cargos de felonía. Y estos son los débiles que pesan en su contra, porque están montados sobre un caso muy difícil de concretar, como es el pago a cambio de silencio a una actriz porno, con la que tuvo un affaire de una noche. Más graves y serias son las acusaciones que le vienen por la toma del Capitolio y el manejo indebido de documentos reservados. Al regreso a su casa en Palm Beach, Trump, ni corto ni perezoso, lanzó su precandidatura de reelección. Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el primer Tik Tak de hoy miércoles 5 de abril en SEMANA, y suena por los lados del juicio contra Donald Trump, que arrancó ayer en una Corte Criminal en Nueva York, porque no pasó nada, pero pasó de todo.
Arranquemos por lo anecdótico. A la entrada del juzgado a Trump le tiraron la puerta en la cara, por una física falta de cortesía de quien entró primero. Eso desde luego es imaginable en las épocas de gloria de su poderosa presidencia. Y en la única foto interna que se conoció del proceso, se ve a un Donald Trump medio apachurrado, muy lejos de su arrogancia de otras épocas, y muy dócil. Desde luego actitud correspondiente a la situación de humillación de haberse visto sometido a su entrega a la justicia.
Se sabe que en el recinto Trump no pronunció más de una docena de palabras, y que se declaró no culpable de 34 cargos de felonía. Eso sí, días antes Trump había amenazado con que “muerte y destrucción seguirían si él era acusado”.
El otro aspecto anecdótico que vimos ayer fue al equipo legal de Trump, compuesto por los abogados Tod Blanch, el último de los agregados que fue fiscal adjunto del Distrito Sur de Nueva York durante nueve años, y a quien se conoce por su especialidad en delitos de cuello blanco. Joe Tocapina quien tiene activa presencia como comentarista en programas de televisión, ha sido incluso defensor de la mafia genovesa, también fue fiscal de Brooklyn. Y la única mujer del equipo es Susan Nichols, quien ya había sido abogada de la organización Trump cuando esta fue acusada de un plan para cometer fraudes tributarios.
Mientras los dos hombres se mostraron empoderados en sus declaraciones a la prensa a la salida del juzgado, a la abogada Susan se le vio casi aplastada por el brazo de un periodista de camisa azul, quien se lo atravesó todo el tiempo prácticamente por la cara, poniéndola en una situación de práctica inexistencia.
Pero en Nueva York no terminará el dolor de cabeza jurídico de Trump, aunque digamos que el proceso sea difícil de demostrar, y muy difícil de avanzar. Lo esperan también Investigaciones Criminales en Georgia y Washington, relacionadas con cosas mucho más graves que comprar el silencio de una actriz porno. Como es el manejo de récords gubernamentales muy sensibles que se llevó para su casa, y atentar contra los resultados electorales cuando alentó la toma del Capitolio en Washington.
El caso del fiscal Bragg es “flojón”, hay que decirlo, pero la puerta de su judicialización ya quedó abierta, y él, Trump, lo aprovechó para -de regreso a su casa en Palm Beach- echarse un discurso que calentó el lanzamiento de su campaña presidencial.
Y eso que el caso ni siquiera ha comenzado. Y muy posiblemente el proceso, que se calentará el año entrante, se cruce con la campaña presidencial. Momento en que las cosas se facilitarán para Trump, y se complicarán para la justicia.