A las 6:15 a. m. suena el segundo Tik Tak de hoy, jueves 18 de diciembre, en SEMANA y suena por los lados de las curiosidades de los actuales millonarios del mundo. Porque según la cadena CNN y el diario colombiano La República, el francés Bernard Arnault pasó en la lista Bloomberg a ser el primer europeo entre los más ricos del mundo, desplazando a Elon Musk.
La noticia es particularmente interesante por dos razones: las cifras que determinan la caída del millonario sudafricano Musk, por un lado, y por la personalidad de los magnates, por el otro. En cuanto a las cifras, Musk ha perdido más de 100.000 millones de dólares desde enero hasta cerrar el año, con la bobadita de una fortuna de 163.600.000 de dólares. Mientras que, quien lo descabeza, el millonario Arnault tiene un patrimonio neto de un poquito más 170.800.000 de dólares.
Y mientras Arnault es millonario por ser cabeza de una gigantesca cadena de lujo, Musk lo es, entre otras cosas, por ser el arquitecto de la marca de vehículos electrónicos y autónomos Tesla, y más recientemente por haber comprado, luego de una negociación muy accidentada de la que intentó salirse y no pudo, ese monstruo de las redes que se llama Twitter.
Pero la acción de Tesla se le cayó en más de un 50 % este año y por Twitter tuvo que pagar más de 15.000 millones de dólares en acciones precisamente de Tesla. Estas movidas son las que justifican que Bloomberg le haya rebajado a su fortuna los 10.000 millones de dólares, que hoy lo tienen en el segundo lugar en el listado.
Pero mientras Musk está sumido en grandes controversias, entre otras, por el retiro masivo de empleados de Twitter; Arnault, por su lado, no está envuelto en tantos dramas y su fortuna tiene la extraña característica de que no proviene como la de la generalidad de los millonarios actuales del mundo: de la tecnología. Sus marcas incluyen nombres famosos como: Christian Dior, Fendi, Bulgari, Tiffany & Co y Möet & Chandon.
Lo curioso es que Musk, que debería ser un hombre tremendamente reputado por sus inversiones en viajes espaciales, en energía solar, en investigaciones sobre inteligencia artificial, en tecnología neurológica, tiene la desgracia de ser considerado un millonario frondío. Se le asocia con declaraciones anticientíficas y engañosas. Especialmente sobre la covid-19, ha producido controversias como las atadas por la comparación del primer ministro Canadá, Justin Trudeau, con Adolfo Hitler.
Considera que la inteligencia artificial se va a convertir en una especie de Terminator. Tiene una amplia fama de alarmista y sensacionalista. Propone colonizar Marte y utilizar armas nucleares para transformar el planeta sobre el que ha propuesto instalar una democracia directa, y sostiene que Marte es la solución para la sobrepoblación mundial; para que la humanidad se convierta en una especie multiplanetaria.
Y anuncia, además, su apoyo a la candidatura presidencial del controvertido gobernador de La Florida, el hombre antivacunas, Ron DeSantis. Durante la pandemia no utilizó mascarilla, sino una bandana sobre su boca, aquella popular pañoleta que todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas, y alcanzó a sostener que las muertes por covid estaban infladas. Y que el pánico por la pandemia era una idiotez, porque solo se trataba de una variante de la gripa común.
En 2020 predijo que para abril de ese año habría cero casos de covid en Estados Unidos, imagínense. Si bien en 2021 terminó aceptando vacunarse, junto con algunos de sus diez hijos que tiene con tres madres diferentes, un año después está proponiendo enjuiciar al respetadísimo y reputadísimo médico Anthony Fauci. También se le señala por manipular los mercados de criptodinero.
Conclusión: mientras para algunos el Musk es un millonario muy visionario, gana la opinión de que más bien es un millonario frondío.
Escuche aquí el primer Tik Tak de María Isabel Rueda
Tik Tak: el presidente Petro y el banquete del millón
Un millón de pesos mensuales ofrece pagar el presidente Petro a 100.000 jóvenes, que el estadista ministro del interior, Alfonso Prada, jura y rejura que no serán los de las primeras líneas. ¿Cómo escogerán a los beneficiarios? ¿Tendrán que ser en primer lugar petristas o volverse partidarios a cambio de la prebenda? ¿Quién garantiza que se utilicen para estudiar? ¿Qué pasará cuando en las próximas horas el mínimo pase del millón? Arrancan las preguntas… Escuche a María Isabel Rueda.
A las 6:00 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy jueves, 15 de diciembre, en SEMANA y suena por los lados de cómo funcionará la oferta de remunerar con un millón de pesos mensuales a 100.000 jóvenes que Petro va a graduar de promotores de paz y convivencia.
Y arrancan las preguntas: ¿será una remuneración con contrato o un regalo sin reglas? ¿Quiénes clasificarán? Es cierto, como lo dice el estadista ministro del Interior, Alfonso Prada, que no tendrá nada que ver ni con las primeras, ni con las segundas ni con las terceras líneas. Si el millón se entregará como un salario mínimo por una labor prestada, ¿qué pasará cuando el mínimo como es seguro que sucederá en las próximas horas pase del millón?
¿Tendrán que pagar seguridad social los beneficiados con el millón mensual? ¿De dónde saldrá el billón y pico de pesos que costará este programa de Petro, que más parece una inversión en milicias? ¿En qué consistirán realmente las labores de gestores de paz que justifiquen el pago del millón?
Si le pagarán el millón a los gestores de paz que graduará Petro por fuera de las primeras líneas, ¿por qué no podrán exigir su millón los excarcelados de las primeras líneas que hagan idénticas labores? ¿Se debe contentar con trabajar sin sueldo solo por haber burlado con la complicidad del gobierno los dictámenes de los jueces?
¿Quién garantizará que el millón de pesos mensuales, como es el propósito, según anuncia del presidente Petro, sí se invertirán en educación como es la propuesta? Pensará él que con un millón de pesos mensuales podrá comprar la incredulidad de los jóvenes sobre la autoridad, sobre el Gobierno y el futuro del país y del planeta. Si quieren más preguntas, pues quedan varias en el tintero, pero dejémoslas hasta ahí.