La nueva protesta prevista para el 20 de julio genera alerta en las autoridades de todo el país. Los organismos de seguridad tienen información previa de lo que puede pasar en Cali o en Bogotá. Se habla de paros, bloqueos y hasta ataque a los servicios de transporte.

Para enfrentar esa posible contingencia, la Policía ya tiene un plan. Se ha dicho que se saldrá a decomisar caucheras, gasolina en tarros y todo el material que pueda ayudar a crecer el caos.

María Isabel Rueda habla de esas medidas y de otras más extremas como la de la gobernadora del Valle que decidió cerrar las fronteras.

Asegura que será un día clave para los alcaldes de Cali, Jorge Iván Ospina y Bogotá, Claudia López, que han mandado señales equívocas frente al vandalismo. Mientras tanto, la Policía comienza su gran cambio, en el que el nuevo uniforme es por ahora lo más llamativo.

“No puede ser que una minoría convierta la fiesta nacional en un calvario”, sostiene Rueda.