A las 7:48 minutos de la mañana suena el segundo Tik Tak de hoy 18 de febrero en SEMANA y suena por los lados de alias Otoniel porque el tenebroso delincuente está haciendo objeto de un peloteo entre quienes acusan a la Policía Nacional de que lo tienen demasiado cuidado y que eso ha impedido que diga la verdad ante la Comisión de la Verdad, y quienes por el contrario creen que esa vigilancia es necesaria y que además, tratándose de Otoniel, mucha es poca, porque al fin y al cabo es el jefe del Clan del Golfo, de quien se ha sabido incluso que en su grupo criminal vienen planeando su fuga.

Nunca olvidar, por favor, la sonrisa desafiante con la cual Otoniel recibió a quienes lograron su captura. Era la cara de quien cree que esta historia no termina ahí, pero ojalá el próximo capítulo no sea una fuga. Y precisamente su extradición ya se está convirtiendo en una disputa política entre quienes creen que la extrema vigilancia de la Policía tiene el propósito de que Otoniel no se abra con las verdades que guarda acerca de la guerra en Colombia que involucrarían algunos vínculos del paramilitarismo con la fuerza pública y empresarios.

Otoniel lo sabe todo, y lo que no sepa es capaz de inventárselo con tal de que no lo extraditen, pero vigilarlo no puede ser motivo para creer que lo van a callar. De hecho, hay tanta susceptibilidad con la situación que han vuelto a jugar las teorías de que Otoniel no piensa fugarse porque si no, no se habría entregado, teoría que él mismo puso a rodar, la de que a él no lo capturaron sino que se entregó voluntariamente.

Pero esa teoría ha sido desmentida no solo por los autoridades colombianas sino por las de Estados Unidos, que asesoraron y hasta felicitaron al Gobierno colombiano por el intenso operativo que se montó para la captura de tan escurridizo personaje.

La controversia está hoy en si es mejor tener a Otoniel en Colombia denunciando lo que le venga en gana. Denunciar pero que satisfaga a la Comisión de la Verdad o tenerlo por fin pagando alguna pena en los Estados Unidos por sus fechorías, lejos de la tentación de prepararle una fuga.

Se oyen opiniones de lado y lado, pero la única absurda es la teoría de que la Policía mientras tanto, debe aflojarle la vigilancia porque si no, el hombre, uno de los más buscados del país, no va a desinhibirse ante la Comisión de la Verdad.