Suena el segundo Tik Tak de hoy viernes 27 de enero en SEMANA y suena por los lados del anuncio populista, que es sagrado en el estilo de gobierno del presidente Gustavo Petro, de no delegar y más bien asumir él mismo las funciones de las Comisiones de Regulación de los servicios públicos.
Por temporal que pueda ser, ya se temen consecuencias. A ver, nadie quiere que le suba la luz, ni el agua, ni el gas, hasta produce rabia muchas veces leer el recibo con las tarifas del mes, pero hay que entender también que, a veces, tener un buen servicio implica mayores costos.
Pero con el peligro de que venga con el anuncio del presidente con visos bastante dictatoriales un control de precios, se afectaría la confianza hacia futuras inversiones en la ampliación de las redes necesarias para la prestación de estos servicios.
Los ajustes necesarios para que los servicios públicos no nos ahorquen a los colombianos se pueden lograr precisamente por la vía de las Comisiones de Regulación, que son de creación legal para darles estabilidad institucional a todas las decisiones relacionadas con las tarifas de los servicios públicos de domiciliarios. Incluso, las empresas prestadoras de esos servicios tienen proyecciones financieras que ya han hecho y que son las que indican la viabilidad de sus inversiones.
Si ahora sus modelos financieros van a ser intervenidos directamente por el presidente Petro, pregunta: ¿la confianza inversionista será fácilmente mandada al diablo? El diario El Tiempo incluso cita a expertos que se preguntan si Petro también va a asumir las funciones de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), porque ello podría generar racionamiento de energía a no muy largo plazo.
Nuevo anuncio este de Petro que se suma a la incertidumbre creada por las reformas del ‘gobierno del cambio’, cuyo articulado se maneja hasta hoy de manera clandestina; la que más nerviosismo genera es la salud, sobre la cual internamente hasta algunos de sus colaboradores le han dicho al oído que, en lugar de salvar vidas, las podría cobrar.
Pero el presidente dice todo lo contrario, que de lo que se trata es de incentivar en Colombia un régimen preventivo de salud que haga que la gente se enferme menos. ¿Acaso es el propósito que no se puede lograr sin implosionar, lo que en materia de salud para los colombianos se ha construido con tanto esfuerzo a lo largo de 30 años?