A las 6:00 a. m. suena el primer Tik Tak de hoy miércoles 15 de febrero en SEMANA, y suena por los lados de Gustavo en el balcón, porque el discurso de ayer del presidente Petro desde una ventana de Casa de Nariño tuvo la virulencia de un discurso de candidato en campaña y no la serenidad o el llamado a la unidad y ecuanimidad de un discurso de un presidente en ejercicio.

La frase que más repercutió, “llegó el momento de levantarse, el presidente de Colombia invita a su pueblo a levantarse y no arrodillarse”, es una invitación bastante enigmática, como casi todo lo de este presidente. Porque parecería en principio un ejercicio para que la gente sea la que presione las reformas del Gobierno y no que sea el Congreso el que, sin presiones, libre y conscientemente realice su trabajo, así como analice cuáles serán las consecuencias de todo lo que implican las reformas como esta de la salud, que nos tiene a todos los colombianos trasnochados.

Presidente Gustavo Petro en el balcón de la Casa de Nariño. | Foto: Guillermo Torres Reina

En la reforma a la salud, por cierto, el presidente pide facultades extraordinarias que, en la práctica, le permitirían legislar en todo lo que el Congreso no le apruebe al Gobierno en materia de salud. Es decir, cuando ya la reforma haga su trámite en el Congreso y no resulte aprobado todo lo que el presidente quiere, este, si el Congreso acepta concedérselas, tendrá facultades extraordinarias para legislar.

En contraste, el presidente en su balcón se queja de que lo acusen de dictador, cuando él ha dejado las reformas en manos del Congreso —asegura— para que sea este el que dé la última palabra. Pero como sabemos, por lo que acabamos de explicar, eso es mentira, eso es para el discurso.

En realidad, lo que vimos en el balcón fue a un presidente “uchando” a la gente a que se levante y más reformas que lo empoderen con facultades extraordinarias para que él dé la última palabra, no el Congreso.

Varios ciudadanos marcharon por las calles de Bucaramanga. | Foto: Fragmento de video tomado de Facebook

Otra particularidad del discurso del balcón fue el permanente intento del presidente de Colombia de enfrentar a los pobres y los ricos. Llama ricos a los que pueden pagar una prepagada de salud y pobres a los que son atendidos en el régimen subsidiario, desconociendo el hecho de que el más rico y el más pobre en Colombia reciben una atención médica idéntica en calidad en buena parte del territorio del país, aunque él asegure que no es cierto y que existe una salud para cada sector social.

Presidente Gustavo Petro en el balcón de la Casa de Nariño. | Foto: Guillermo Torres Reina

Está claro que “uchar” a la gente será el estilo definitivo de un presidente que sigue todavía en campaña. Según las autoridades, una cantidad modesta de personas, cerca de 26.000 a 28.000, apoyaron al Gobierno ayer en varios lugares del país. Pero, claramente, es un gobierno de corte caudillista que pretende ahondar en la división de la opinión, que quiere un Congreso que le apruebe sus caprichos a pupitrazos, que quiere presionar a los jueces para que liberen de las cárceles a quien él señale a dedo, mientras hace creerle a la gente que sale a la calle que es ella la que está gobernando, así haya medio país que no le come cuento a Gustavo Petro.