Suena el primer Tik Tak de hoy viernes 24 de marzo en SEMANA, y suena por los lados del secuestro del que ―según afirmación sorprendente el director general de la Policía, Henry Sanabria, a Noticias Caracol― habría sido víctima del estadista ministro del Interior, Alfonso Prada, en los pozos San Vicente del Caguán.
El general afirmó que el ministro Prada incluso tuvo que ser canjeado por los 78 policías que estuvieron privados de su libertad durante 48 largas horas, y que Prada fue constreñido por sus secuestradores a no utilizar la palabra “secuestro” en el documento del acuerdo final.
Constreñimiento que explica por fin algo insólito que no habíamos podido comprender: por qué el ministro Prada recurrió al eufemístico título de “cerco humanitario” en un giro semántico que asombró e indignó al país; porque era evidente que en esa asonada los 78 policías estuvieron secuestrados. Tiempo durante el cual no hubo apoyo de sus superiores ante sus llamados de auxilio, que todos escuchamos. Después, supimos que fue por orden directa del presidente Petro, o sea, omisión por orden presidencial.
Y pensábamos que tan grave de episodio iba a acabar acá, cuando la justicia penal militar sorpresivamente también ordenó la captura del comandante de la Policía del Caquetá, coronel Javier Antonio Castro, por no haber cumplido un llamado previo indagatoria para que explicara por qué no actuó ante el pedido de auxilio de este nutrido grupo de policías cercados por fuerzas cocaleras.
Los planes ―si el ministro Prada no se hubieran arrodillado ante su propio secuestro― era sacar de la zona a los policías secuestrados por vía fluvial y llevarlos quién sabe a dónde. Al respecto de tan grave incidente, el presidente Petro dice que él es el único responsable de esta omisión, y que está dispuesto a contratar en defensa de los oficiales que cumplan con su orden de no permitir la masacre de niños a los mejores abogados internacionales especialistas en derechos humanos para que los defiendan.
Entre tanto, el ministro estadista Prada niega la versión del director de la Policía, asegura que él jamás estuvo secuestrado, que incluso durmió en el Batallón, y que tenía total libertad para ir a donde quisiera, inclusive para ir a la tienda a comprar cosas.
Si no fuera tan grave esto lo que parece es un sainete, donde actúan los siguientes protagonistas: la declaración del general de la Policía ―en la cual asegura que el secuestro de policías y del ministro fueron reales―, ministro al que constriñeron para que se arrodillara y hablara de cerco humanitario a manera de canje por los policías secuestrados, y que hubiera total omisión de apoyo, es decir total, y el abandono de los compañeros de esos policías por cuenta de una orden superior. Y todo esto lo suaviza el ministro Prada con la tesis de que él sí podía ir a comprar a la tienda, ¿habrá derecho?
Tik Tak: la confusión del general
Según el ministro de Defensa, el director general de la Policía, general Henry Sanabria, anda todo confundido. Que nadie, como él lo asegura, estuvo secuestrado en el Caguán. Mientras las revelaciones del general destapan que hubo un claro abandono del territorio de parte de las autoridades, en el bajo Cauca se completan 23 días de paro minero. Pero siempre queda la solución Prada… Escuche a María Isabel Rueda.
Suena el segundo Tik Tak de hoy viernes 24 de marzo en SEMANA y suena por los lados de la suerte que podría correr el director general de la Policía, general Henry Sanabria, luego de que sus confesiones en entrevista con el director de Caracol Noticias, Juan Roberto Vargas fueran rectificadas por el ministro de Defensa, Iván Velásquez.
El ministro, quien rompió su inexistencia, precisamente para eso, para rectificarlo, pero un director de la Policía que ha sido rectificado uno no sabe cuánto dure. Dijo Velásquez que el general se confundió al momento de asegurar que el ministro Prada había estado secuestrado por la comunidad campesina de San Vicente del Caguán y que le había tocado canjearse por los policías en ese secuestro, que todo eso había sido una confusión del general Sanabria.
¿Y cómo explica el ministro Velásquez la tal confusión que le adjudica al director de la Policía? Pues que pudo incurrir en ella porque el general estaba lejos, a unos metros de él, y los demás ministros mientras sucedían los acontecimientos y esperaban la liberación de los policías, entonces que por eso se confundió.
Este incidente ha sido aprovechado por el presidente Petro para decir que jamás emitirá una orden para que se proceda a masacrar niños, pues, por favor, nadie cree que él vaya a hacer eso. Pero hay que situar ese debate en sus verdaderos parámetros y no en los populistas del presidente.
Si se va a permitir que se tomen el territorio del país a través de asonadas violentas de grupos cocaleros y de mineros ilegales, camuflados tras la población civil, esa es la cuestión, si nos vamos a rendir ante estos embates. Es que luego de los gravísimos hechos ocurridos en el Caguán, ahora estamos completando 23 días de paro de mineros en el Bajo Cauca antioqueño, un paro que se volvió prácticamente indefinido sin que se vislumbren salidas en la negociación con el Gobierno.
¿Tocará que el ministro Prada también se canjee allá para levantar el paro detrás del cual las autoridades aseguran que está el Clan del Golfo? Por allá no puede circular ningún vehículo que no esté metido en el esquema de una caravana escoltada por policías y ejército para que no los incineren. ¿Otro cerco humanitario?
El gremio del transporte denuncia pérdidas millonarias, hay despidos a granel, escasean alimentos y medicamentos. Los dueños de este paro no están dispuestos a que el Gobierno les suspenda la actividad minera, quieren que se saque a la fuerza pública del lugar hasta tanto los mineros no tengan sobre el papel el permiso de explotar el oro de la región, lo cual tiene asoladas grandes extensiones de tierra y de agua circundante.
Pero siempre queda la solución Prada, que es arrodillarse antes la protesta minera, calificarla de protesta social legítima, colgarle el nombre de cerco humanitario y listo el pollo. Nos vemos en el próximo paro.