Suena el segundo Tik Tak de hoy viernes 2 de septiembre en SEMANA y suena por los lados del anuncio y su correspondiente no aclaración, sino semiaclaración, de la ministra de Minas, Irene Vélez, en el Congreso minero de Cartagena
El anuncio consiste en que ella exige, no usó otro término sino exige, a los países el crecimiento económico para ayudar a que nosotros logremos un equilibrio, para que los impactos del cambio climático nos afecten menos. Pero no fue la única actuación de la ministra de Minas que sorprendió en el Congreso minero. Luego de sus exigencias de crecimiento a los países, no dijo en ese instante si pensaba que Colombia también debía crecer y regañó al auditorio que murmuraba ante las exigencias de crecimiento.
Recordó sus épocas de profesora y dijo: “Como les decía a mis alumnos, se me callan los de la segunda fila a la derecha para que yo pueda hablar”. Eso, a los empresarios asistentes al importante Congreso Nacional de Minería, en momentos en que el Gobierno precisamente propone que nos vayamos desprendiendo de la minería y las fuentes energéticas extractivas para instalarlos en el menor tiempo posible en las energías renovables.
Todo eso sin que nos expliquen de dónde va a salir el dinero, van a salir los ingresos del Estado para sostener la salud, la educación, la infraestructura de los más pobres del país, los subsidios que quiere seguir dando el Gobierno, la plata de los viejitos...
Al final del foro la pelea fue con los periodistas, a los que les tiró la puerta en la cara, porque como era obvio, la estaban arrollando con preguntas acerca de sus exigencias de decrecimiento en momentos en que el país debería más bien estar pensando en crecer más, para repartir más; en lugar de contentarse con repartir pobreza, con pobreza. Esto se acaba acá, les dijo la ministra Vélez a los sabios periodistas y se fue. Horas más tarde, la ministra explicó que sus exigencias de crecimiento eran para los países más desarrollados, que viven a expensas de nuestras exportaciones energéticas, pero nos las pagan o no
Imagínense cómo caerían si las tomaran en serio, las exigencias de la ministra de Minas, filósofa colombiana, de crecimiento en los países europeos, mientras se preparan para un despiadado invierno que se les viene encima y que los cogerá cortos de energía para calentarse por cuenta de la invasión rusa o ucraniana. ¿No será que llegó la hora de que el presidente Petro calme a sus ministros y les pida que anuncien menos para que tengan que aclarar menos?
Pero no, porque hay que comenzar por él. Ayer dijo -y dejó sorprendidos a todos los bogotanos y habitantes de esta capital- que Bogotá era la ciudad más segura del país y se basó en las cifras o en la rebaja de las cifras de homicidios. Pregúntele a una persona que se monta el TransMilenio, que sale por la calle a caminar, si se siente segura; a las personas de los trancones en los carros, si se sienten seguras, a ver. No, aquí no sé qué está pasando en este gobierno, pero hablar menos y aclarar menos sería la fórmula que habría que recomendar.