A las 6:22 minutos de la mañana suena el primer Tik Tak de hoy martes primero de noviembre en SEMANA y suena por los lados del encuentro entre Petro y Maduro, absolutamente inevitable, si se tiene en cuenta que normalizar las relaciones diplomáticas y comerciales entre dos países, sobre todo tan vecinos como Colombia y Venezuela, debe ser completa.

Eso incluye que se puedan encontrar personalmente sus mandatarios para discutir los temas que hoy nos dividen o nos separan. De ahí el almuerzo en Caracas de Petro con Maduro, donde la agenda de conversación se anunció que giraría alrededor de tres temas.

Los primeros serán los relacionados con la relación bilateral entre ambos países, incluyendo la seguridad en la frontera. Porque, precisamente, hace unos días, desesperado el presidente Petro con el contrabando que pasa por las trochas ilegales instaladas desde que los dos países rompieron relaciones, resultó con la siguiente frase: “tocó hablar con Maduro”, como resignado.

Pero sí, tocó y además qué bueno que ahora tenemos los canales. Porque antes solo podíamos quejarnos ante el mono de la pila. Pero, claro, el encuentro no deja de preocupar por la violenta y sistemática violación de derechos humanos que ocurre en Venezuela, bajo la batuta de Maduro. Porque el discurso de Petro es absolutamente contrario y a estas alturas hasta contradictorio el estrechón de manos, que es inevitable que se den; cosa que no ocurría desde hace seis años cuando se rompieron las relaciones bajo el gobierno Santos.

En esa época marcaban las casas de los colombianos con una D, de demoler. Por eso, el tercer tema será la propuesta del regreso de Venezuela a la Convención Interamericana de Derechos Humanos, que hábilmente Petro le va a poner. Porque Venezuela, bajo el gobierno Chávez, se retiró de este órgano independiente de la OEA, porque interponía sanciones a las violaciones de derechos humanos del chavismo. Entonces, Petro le va a decir a Maduro: “vuelva que eso fue lo que me salvó, cuando tuve el tema de las basuras y me permitió hoy estar en la Presidencia de la República”.

Pero, Petro no solo tiene una buena disculpa para reunirse con el violador, Maduro, sino que sus pretensiones son continentales. Ahora que el mapa de América Latina es esencialmente rojo, Petro busca de frente el liderazgo de esa izquierda continental. Es como si fuera una confluencia de estrellas, que las seis mayores economías de América Latina estén hoy gobernadas por la izquierda: Colombia, Venezuela, Chile, Argentina, Perú y ahora de nuevo Brasil, y como dice el expresidente Rafael Correa sobre el triunfo de Lula: “Esperen y verán la revancha popular en Ecuador que será aún mayor”.

Y no es de extrañar que las pretensiones de Pedro lleguen hasta la de promover una cumbre de mandatarios de izquierda continental, incluso, con la meta de inventarse una especie de Unión Europea, pero latinoamericana, hasta con figuras de una moneda común.

Que no nos extrañe: el encuentro entre Petro y Maduro no será solamente la foto. Lo que está detrás y lo que sigue puede dejarnos boquiabiertos.